Central Ventanas y la convivencia diaria con sectores industriales

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Hace algunas semanas que la escuela La Greda de Puchuncaví hace noticia. Un total de 46 personas, entre profesores y estudiantes, resultaron intoxicados por emanaciones provenientes de la planta Ventanas de Codelco.

Laa Corte de Apelaciones de Valparaíso acogió una orden de no innovar que significaba la detención de las faenas; sin embargo, después esta misma corte revocó la medida. No se alcanzó a ejecutar ningún tipo de cierre en la planta, ya que este debía ser progresivo.

En un informe preliminar del Seremi de Salud de la Región de Valparaíso, efectuado a mediados de marzo, se detectaron altas concentraciones de arsénico y cobre en los suelos, aguas de pozo y polvo residencial. Se evaluaba extender estos estudios a ciudades como Quillota y La Calera, y realizar monitoreos biológicos periódicos para determinar cuál es el impacto que tienen en los habitantes de los poblados cercanos las emanaciones de varias empresas circundantes.

La necesidad de las autoridades de investigar el impacto que tienen el creciente número de industrias alrededor de zonas pobladas entrega el antecedente de que quizás la construcción de las plantas ni siquiera considera su impacto posible antes de instalarse. Ocurre que las intoxicaciones del día 23 se debieron a un hecho esporádico, pero pueden existir efectos acumulativos de contaminación en las zonas de larga data de trabajo industrial.

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La empresa del cobre informó que una planta de fundición de Ventanas  fue sometida a reparaciones durante las últimas semanas. Pocas horas antes de que se comenzaran los primeros síntomas de intoxicación, la planta había comenzado a funcionar, y debido a “un imprevisto” en su operación, según informó Codelco, se detuvo el trabajo a eso de las 10 de la mañana, originando las emanaciones de gases.

La nube azulina de dióxido de azufre comenzó a afectar a los estudiantes y profesores de la escuela La Greda, ubicada a unos 2 kilómetros de la central. La escuela fue cerrada ese mismo día, por precaución, y fue reabierta ayer luego de lo que se llamó una profunda limpieza, realizada con ayuda de Codelco, como la remoción y reemplazo de centímetros de suelo y la instalación de carpas.

A pesar de estas obras de mitigación, la convivencia con las industrias deberá asumirse como cotidiana al futuro, ya que en la zona se preparan nuevos proyectos, como la central a carbón Campiche, la termoeléctrica Energía Minera, que incluye tres centrales de 250 MW, y la termoeléctrica Río Corriente, que aún está en evaluación.

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Además existen 2 cementeras, una pronta a inaugurarse y la otra en proyecto. Las empresas ya instaladas firmaron un Acuerdo de Producción Limpia con el Ministerio, que aunque no es vinculante implica el compromiso para mejorar las gestiones de producción y colaborar con la autoridad en materias ambientales.

La paralización de la central Ventanas, que al final no se concretó, traía consecuencias contradictorias para la población. Por una parte, significaba un hecho positivo para proteger la salud de los habitantes, pero era preocupante por la cantidad de puestos de trabajo paralizados. La Corte de Apelaciones, además, decidió acoger la petición de la empresa de revocar la detención, ya que la escuela había sido reabierta y con el argumento de que los estudios de contaminantes no eran concluyentes.

Como medidas ante esta resolución, ex funcionarios de la Enami y habitantes de Puchuncaví ha presentado un recurso de protección para que la planta cierre definitivamente, e incluso el consejero regional Manuel Millones ha propuesto erradicar las poblaciones, si fuese necesario, y habilitar áreas verdes para sanear los terrenos y evitar la instalación de más industrias.