El potencial de las eco-ciudades. El caso de Hammarby

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Hoy, a 4 semanas del inicio de la cumbre de Copenhague, podemos constatar que existe una preocupación mundial en torno a los problemas medioambientales, y si bien hoy las tecnologías (y la conciencia colectiva ante el tema) están apuntando a mejoras en los estándares de calidad medioambiental, el camino aún no termina de pavimentarse.

Hace algunos días tuve la oportunidad de ver un video de Hammarby, una eco ciudad sueca propuesta en un principio como una extensión del casco urbano hacia el suroeste de Estocolmo, y que hoy se ha convertido en un ejemplo de sustentabilidad a nivel mundial, por sus altos estándares de vida y una impresionante organización en cuanto a los residuos sólidos, tratamiento de aguas y aguas lluvias y uso de la energía.

¿Cómo hacer posibles las eco ciudades? Sin duda, un Plan que vale la pena revisar.

Desde principios de los años 90, surgieron varios planes para expandir el casco urbano hacia el sureste de Estocolmo. El resultado es Hammarby-Sjostad o “ciudad a orillas del lago”, un nuevo polo de desarrollo que se espera que cuando se finalice, proporcione 11.000 hogares para 25.000 personas.

Para Hammarby, estaban pensados 6 objetivos medioambientales:

– Transporte

– Suelo contaminado

– Uso de la energía

– Recogida de desechos

– Tratamiento de agua y aguas residuales

– Mejora en las construcciones con buenos materiales

El plan inicial, considera un tratamiento único de desechos, energía y agua.

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DESECHOS

Para los desechos, cada bloque de viviendas cuenta con zonas de depósito de desechos peligrosos, como cristal, plástico y artículos voluminosos que se recogen para ser separados.

Muchos bloques del centro de Hammarby tienen depósitos de desechos que acaban en un sistema de desechos subterráneos; se trata de 3 contenedores que se dejan asomar a la superficie y luego se conectan bajo tierra a un sistema general. Hay un contenedor para desechos generales, otro para papel y otro para desechos orgánicos.

Una vez dentro, los distintos desechos son absorbidos a 70 km/h, lo que impide la congestión de las bolsas en los ductos, que llega a una estación de reciclaje donde se tratarán los residuos, separándose en contenedores que recibirán un tratamiento distinto según el origen de la basura.

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ENERGÍA

Los desechos orgánicos van a plantas de compostaje para generar biocombustibles, donde se incineran para producir nuevo combustible que proporcionará calor y electricidad a la zona.

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AGUA

La planta de tratamiento de aguas de la ciudad, recicla el agua residual con tanques de filtración y sedimentación. En el proceso de filtrado, los tanques de tratamiento separan el material orgánico del agua como sedimentos, los que se tratan para crear dos bioproductos: biosólidos, que pueden usarse para fertilizar biocombustibles, y el biogás, el cual se usa como combustible para autos, taxis y aproximadamente 100 autobuses a biogás de Estocolmo, y sirve además para uso en restaurantes y viviendas.

El agua limpia, termina en el lago de Hammarby y en el mar.

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LAS CLAVES DEL PROCESO

Una de las claves es intentar minimizar las necesidades energéticas y maximizar la energía sobrante, dentro de lo cual se considera la energía solar, por lo que en la ciudad hay varios edificios que tienen paneles fotovoltaicos.

Otra de las claves que señala uno de los expertos a cargo del proceso de reciclaje de residuos, es la importancia de mantener informada a la gente, no sólo del proceso y el método de reciclaje, sino que además sobre los beneficios y la necesidad que hay de reciclar, para que se vaya convirtiendo con el tiempo en parte del modo de vida de los habitantes

Para reducir el impacto en el medio ambiente a la mitad, se debe contar con un centro o una oficina de información para que la gente pueda informarse del programa. A escala más local, se entregan folletos con la información de los procesos, de las acciones que se pide que realicen los ciudadanos. En el fondo se trata de un proceso conjunto, que involucra las voluntades de todos.

Sin duda existe una preocupación mundial en torno a los problemas medioambientales, y sin embargo el camino aún es difícil, involucrando no sólo entidades públicas y privadas, sino que lográndose mediante una conciencia y mirada colectiva, enfocada en la reducción y potencialmente en la promoción de nuevas fuentes de energía a partir de los residuos contaminantes.

Uno de los grandes desafíos, es plantearse objetivos de esta envergadura dentro de la realidad en la que hoy vivimos. Si bien todos reconocemos que Suecia es uno de los países que tiene índices más elevados de calidad de vida, varios países están trabajando al menos en las “declaraciones de intenciones” medioambientales, que son necesarias como punto de partida para establecer parámetros iniciales que posibiliten el desarrollo de nuevas fuentes de energías más limpias. Se trata de un largo proceso, que vinculando potenciales tecnológicos, económicos, voluntades políticas y ciudadanas, sin duda es posible.

¿Cuán preparados estamos para ir integrando estos factores de potenciación y resguardo mediambiental, en nuestra vida cotidiana y en nuestras ciudades?

Fuente de la información e imágenes: Hammarby. A model for green living? [DVD]. Design for Homes.