Fiscalización Ciudadana. ¿Qué pasa en el Congreso?

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Foto original de loco085, vía Flickr.

Comienza el 2009, y resulta imposible no pensar en todas aquellas anécdotas que el año que se ha ido nos dejó. Enfocándome en política, más allá del Transantiago y todos sus problemas, me gustaría enfocarme en aquellos responsables de legislar en Chile, cuales son los diputados y senadores de nuestra República. Gran parte de lo que hacemos o no hacemos en nuestras ciudades y lo que pasa en nuestro entorno es determinado  por el trabajo de los legisladores, y ahí radica su enorme importancia para el desarrollo y crecimiento de la ciudad.

A grandes rasgos, no se si consideran el 2008 como un buen o mal año, pero lo cierto es que algunos sucesos marcaron la pauta nacional e hicieron que por lo menos por un día, nosotros los ciudadanos dudáramos de las responsabilidades y el compromiso de aquellos que fueron electos precisamente por nosotros.

Uno de los temas más comentados, tanto en la prensa nacional como en Plataforma Urbana fue el alza en el bono por concepto de bencina que aprobaron en agosto del 2008. Los 871.000 pesos que cada diputado recibía para gastos en combustible fue una exageración desde un principio (y sigo creyendo que restándole el bono, continúa siendo exagerado), por lo que muchos de los beneficiados mostraron su arrepentimiento frente a las cámaras y devolvieron el dinero. ¿Más ejemplos? Después del salto.

Durante la misma semana, la Comisión de Deportes de la Cámara Baja no pudo sesionar por falta de quórum. ¿La razón? Sus integrantes se encontraban en las afueras del Congreso, filmando un comercial para el Canal del Fútbol.

Otro hecho aislado, pero de un integrante del Congreso al fin y al cabo, llenó páginas de noticias y airados comentarios por parte de los chilenos, cuando Guido Girardi abusó de su poder y llamó a la subsecretaria de Carabineros, Javiera Blanco, tras recibir un parte por exceso de velocidad. La historia es conocida, y la irresponsabilidad, y perdonen la expresión, la patudez del senador llevaron al ciudadano a levantar su voz clamando justicia.

El último episodio es digno de una comedia. Un periodista y lector del sitio web El Francotirador descubrió que la ley para castigar hasta por un año sin Internet a los piratas cibernéticos fue redactada en nada más ni menos, que un software pirateado. Honestamente, digno de Ripley.

¿A que voy con todo esto? Simple. La única razón por la que los diputados y senadores gozan de su cargo es porque nosotros les dimos nuestro voto. Y en un futuro será responsabilidad nuestra castigar a quienes no han realizado su labor como corresponde al no permitir eventuales reelecciones (porque no creo que todos lo hagan mal). Sin embargo hay herramientas que, tales como lo hizo brillantemente el periodista de El Francotirador, permiten fiscalizar el trabajo de nuestros legisladores.

Así, tan solo ingresando al sitio web de los diputados como también de los senadores, es posible seguir día a día el trabajo que llevan a cabo. Por ejemplo, puedo ver en detalle los permisos de viajes, viático asignado, remuneraciones, presupuesto, licitaciones, concursos y declaración de patrimonio de cada uno de los diputados. Incluso la dirección de sus oficinas en los distritos donde legislan. También es posible ver la orden del día por cada sesión, los proyectos de acuerdo, incidentes, intervenciones en sala, permisos y pareos, entre otras cosas.

Por otro lado, tan solo ingresando al sitio web del Senado, con un par de clicks puedo ver la asistencia de cada senador. Así, cualquier ciudadano puede ver que el 76% de Alejandro Navarro, o el 77% de Soledad Alvear contrastan con el 100% de asistencia de José García o José Antonio Gómez. Asimismo puedo seguir en detalle cada una de las sesiones como también el estado de tramitación de los proyectos, entre otras herramientas de fiscalización.

Creo que en los últimos años se han hecho importantes avances en materia de transparencia e información pública, y es crucial aprovechar estos mecanismo. Hoy en día, donde Internet le ha permitido al ciudadano hacerse escuchar, todos podemos asumir nuestro rol de fiscalizadores en la gente que nosotros elegimos. Y así como con un par de clicks cualquier persona puede descubrir que un proyecto de ley de piratería se hizo con software pirata, es posible seguir el paso de senadores y diputados y saber qué es lo que están haciendo. Así quizás, una vez que volvamos a las urnas, sabremos mejor, por quién estamos votando.