No desperdiciar oportunidades: Nuevo Acceso Sur a Santiago

Las autopistas urbanas fueron una oportunidad desperdiciada de aprovechar una de las mayores inversiones que ha involucrado a las comunas más pobres de Santiago. Aún queda una parte por construirse ¿perderemos la oportunidad?

Primero, recordar la cita hecha en un post anterior:

…Un trabajo profundamente integrado con otras disciplinas y con la comunidad, podría haber contribuido, no sólo a ahorrar tiempo, combustible y accidentes en los desplazamientos viales, sino que además a cambiarle drásticamente el aspecto a grandes zonas de la ciudad.
En efecto, la enorme superficie de parques, la cantidad de equipos de iluminación, las pasarelas peatonales, los puentes, los pasos bajo nivel, las calles de servicio y otros, además de cumplir con las especificaciones viales (seguridad, velocidad de desplazamientos, durabilidad y mantenimiento), eran una increíble oportunidad para que nuestra ciudad también mejorara fuertemente el diseño y la calidad de sus espacios públicos.
La envergadura de las obras y su distribución espacial involucran a casi todas las comunas del Gran Santiago. Haberlas diseñado con profundidad podría haber generado un nuevo paisaje urbano para nuestra ciudad, podría haber contribuido con mucho más fuerza a disminuir las desigualdades sociales aportando nuevos espacios públicos de calidad en áreas sumamente pobres, y quién sabe qué otros beneficios adicionales se podrían haber imaginado y ejecutado si se hubiera abordado el proyecto con mayor amplitud y participación desde el inicio.”*

Segundo, volver a preguntar lo mismo:

¿Siempre hablaremos de lo que podría haber sido?

Las autopistas han mejorado la conectividad en el Gran Santiago y fomentado el uso del automóvil; han construido barreras en comunas como San Ramón: han mejorado la conectividad macro pero cortado la accesibilidad y conectividad a escala de barrio; aparte de excepciones dadas por la influencia de los sectores afectados, las autopistas han degenerado el espacio público. Por ellas circulan en su mayoría vehículos particulares y no lo hace el transporte público.

Las obras ya están prácticamente terminadas, lo que significa que se intervinieron US 1.429 millones en las comunas más pobres de Santiago sin incorporar el mejoramiento de los espacios públicos que, tal como dice Brahm, fue la gran oportunidad que estas obras presentaban para mejorar nuestra ciudad.

Queda la ejecución de la Radial Nororiente y hoy se construye el nuevo Acceso Sur a Santiago. Éste último adquiere enorme importancia porque pasa por los sectores de mayor desarrollo de la ciudad hacia el sur oriente, incluyendo comunas pobres emblemáticas como La Pintana, Puente Alto y La Granja.
El Acceso Sur es una autopista con accesos controlados cuya zona urbana corresponde al sector que va desde Américo Vespucio esquina de Avenida La Serena, en la comuna de La Granja, hasta las cercanías del Río Maipo en la comuna de Puente Alto con un desarrollo de 11.2 kilómetros.

En la actualidad se encuentra construida la autopista principal, pero quedan los empalmes y pasos nivel, como es el caso del mostrado en la fotografía, ubicado en el límite entre las comunas de La Florida, La Pintana y Puente Alto: hoy existe un terreno eriazo donde se lleva a cabo la feria que abastece al sector.

Las Ferias Libres constituyen muchas veces, en una periferia carente de equipamientos adecuados para los extensos paños de vivienda que se han construido principalmente por la acción de los programas sociales, la mejor manera de abastecimiento y el único dinamismo de estos sectores. En el caso mencionado, y muchos otros, éstas se realizan en lugares inadecuados.

Es aquí donde habría que citar la propuesta de implementación de Ferias Libres Reversibles realizada por ELEMENTAL.

La necesidad de reubicación de las ferias libres es una enorme oportunidad de dotar de espacios públicos a sectores de la ciudad que tienen un enorme déficit en ese sentido. Tal como tenemos hoy vías reversibles para hacer un uso más eficiente de la vialidad disponible, los espacios diseñados para las ferias deberían ser pensados para los días que no hay feria. Una feria tiene en promedio 300 puestos y se instala 2 veces por semana en cada lugar, rotando e itinerando. Hay aquí una enorme oportunidad de reducir un déficit de espacio público si los diseños incluyen como parte de la pregunta, los 5 días de la semana que no hay feria y a los 5000 vecinos que ella sirve.
La pavimentación necesaria para el manejo de la basura y la circulación de mercadería, la iluminación o los servicios sanitarios debieran tener la doble condición de ser además multi-canchas, camarines, paseo o simplemente la sombra que nuestra periferia no tiene.”**

El lugar donde se realiza hoy el ejemplo de la foto, deberá ser intervenido por la nueva autopista. Este es uno de los momentos claves donde se pueden aplicar ideas como la planteada por ELEMENTAL, y hacer un cambio en la calidad de ciudad donde viven quienes más ayuda necesitan.

Repito, se trata hoy de una gran intervención en el espacio público de comunas como Puente Alto, La Pintana y La Granja que podría cambiar la realidad de sus habitantes.
¿Siempre hablaremos de lo que podría haber sido?

Referencias:

*BRAHM, Alex. Autopistas urbanas: Santiago, Chile. ARQ (Santiago), jul. 2005, no.60, p.28-39. ISSN 0717-6996.

**ELEMENTAL http://www.elementalchile.cl/

Ver:

Arriba de la Autopista