Transantiago: pagos a empresas crecieron 18% desde 2012

TransantiagoPor Oriana Fernández.

Fondos transferidos a las firmas concesionarias corresponden al dinero por pasajeros transportados en el período.

Los recursos entregados a las empresas del Transantiago por concepto de “pasajero transportado” han ido en alza en los últimos cuatro años, según un informe del Ministerio de Transportes solicitado por La Tercera través de la Ley de Transparencia. Los operadores recibieron un 18% más de fondos el año pasado de los que recepcionaban en 2012.

El balance financiero fue realizado por el Directorio del Transporte Público Metropolitano (DTPM) y corresponde a los dineros recibidos por los Bip! que realizan los usuarios en los buses (sin incorporar el Metro).

De acuerdo al reporte, las firmas obtuvieron más de $ 322 mil millones hace cuatro años, mientras que el 2016 acumularon más de $ 382 mil millones, lo que implica el aumento del 18%.

No obstante, el informe muestra también una variación negativa en el último año: en 2015 los concesionarios recibieron sobre $ 475 mil millones, es decir, un 24% más de los recursos percibidos en 2016.

¿De qué depende la variación en los fondos recibidos? De la cantidad de pasajeros que realizan “transacciones” en el sistema. Este pago lo realiza el Administrador Financiero cada 15 días a los privados. Según el DTPM, hace cuatro años, se realizaban 748 millones de Bip!, mientras que en 2016 fueron 880 millones.

Las validaciones contempladas en el informe se contabilizan desde 2012, cuando se cambiaron los contratos entre el Estado y los operadores: ese año se comenzó a pagar por pasajero transportado y por kilómetro recorrido.

Las empresas que tuvieron las mayores alzas de recursos en ese lapso fueron Express y Red Bus, mientras que los que obtuvieron menores aumentos pecuniarios fueron Vule, Metbus y Subus. Esta última compañía es la que ha denunciado las mayores pérdidas, por lo que se encuentra en crisis financiera.

Los privados explican que estos montos no son sinónimo de “utilidad”, pues se les deben descontar los costos de la operación (mantención de máquinas, sueldos, impuestos y otros).

Louis de Grange, director de la Escuela de Ingeniería de la U. Diego Portales, afirma que las “grandes y únicas favorecidas” con el plan han sido las empresas operadoras, “que han ejercido su poder oligopólico y de captura al Estado en beneficio propio”. Añade que la capitalización del sector “ha sido enorme, lo que se refleja en la compra de grandes terrenos para terminales de buses, financiados con subsidio estatal”.

El encargado del DTPM, Guillermo Muñoz, dice que el mercado para los privados sigue siendo atractivo, pues “no se pierde dinero”. Sin embargo, los costos del sector han aumentado debido al precio del combustible, la mano de obra (y el déficit de la misma), además de la baja de los usuarios que prefieren el transporte público.

Pero además de recibir estos pagos, en la próxima licitación del Transantiago se introducirán estímulos financieros para un buen desempeño. Según Rodrigo Troncoso, investigador del Instituto Libertad y Desarrollo, el programa de transporte está “basado en la planificación central, que no resuelve adecuadamente los incentivos de usuarios y operadores”. Las nuevas bases “no cambian este paradigma, por el contrario, los reafirman”, dice.

Los nuevos contratos, que se adjudicarán en 2018, podrían incluir recursos extra por cumplir con indicadores de calidad, lo que será medido a través de encuestas. Por eso, el Centro de Estudios Espacio Público plantea que la medición de esos parámetros debe hacerse a través de pasajeros incógnitos, cámaras y otros mecanismos objetivos para verificar el cumplimiento de los metas.