Edificio de la Cepal, en la comuna de Vitacura, cumple medio siglo desde su construcción

Edificio CepalPor Sebastián Sottorff.

Emblemática obra es reconocida en todo el mundo:

Inaugurado en agosto de 1966 por el Presidente Eduardo Frei Montalva, alberga a 480 funcionarios de 40 nacionalidades.

“Nueva York tiene la Estatua de la Libertad; París, la Torre Eiffel; Moscú, la Catedral de San Basilio. ¿Y cuál es el lugar que atrae la atención de los turistas en Santiago? La ciudad entera”.

Con esas palabras, el reconocido Huffington Post describió en una columna los atractivos de la capital para quienes pasan por Chile. Además de resaltar los más clásicos, como Bellavista, Lastarria o Providencia, el medio también reconoce algunos edificios.

Y pese a que no aparece nombrado, hay una obra arquitectónica netamente capitalina que es reconocida a nivel mundial: el edificio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en Vitacura.

Un ícono de la arquitectura moderna

Diseñado por el arquitecto Emilio Duhart, en colaboración con Christian de Groote, Roberto Goycoolea y Óscar Santelices, es considerado un ícono de la arquitectura moderna y acaba de cumplir medio siglo desde su inauguración.

Fue el 29 de agosto de 1966, cuando el Presidente Eduardo Frei Montalva y el secretario general de la ONU, U Thant, presidieron una ceremonia que marcó la apertura oficial de la edificación, que se emplazó en un área muy particular, junto a la ribera del Mapocho.

“Este sector se empezó a lotear después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la influencia norteamericana dictó la construcción de casas con jardines más amplios. Eso generó una vida más deportiva también, que se refleja en la implementación del Club de Planeadores y el Club de Polo”, explica el historiador y urbanista Miguel Laborde, quien descarta que esta zona de Santiago estuviera “desierta” antes del arribo de la Cepal, pues ya existían algunas casas.

“Claro que no muchas, pues en esa época el río tenía cerca de 250 o 300 metros de ancho y no se ocupaba el área inundable”. Eso hasta que se construyó el edificio del organismo internacional, que cuenta con un estanque oval, juegos de agua rodeados por jardines con aves acuáticas y pavos reales.

Los símbolos de su arquitectura

En ese lugar está ubicada la Campana de la Paz -donada por el gobierno de Costa Rica-, las banderas de los 45 Estados miembros (y 13 asociados), una enorme teja invertida de hormigón que simboliza la típica teja de las casas chilenas y las huellas de los trabajadores que participaron en la construcción en los muros de la entrada.

Claro que uno de sus mayores atractivos es el caracol principal, que sobresale de la estructura y que homenajea a las culturas precolombinas. Bajo este espacio se emplaza una sala de reuniones que representa la igualdad de todos los países miembros y donde han sido recibidos presidentes, ministros y personalidades de todo el planeta, como Juan Pablo II, quien visitó el edificio en 1987.

Y si hace cincuenta años el barrio que alberga a la Cepal no estaba completamente urbanizado, hoy este sector es uno de los que tiene mayor plusvalía en Vitacura. De hecho, ya casi no quedan paños disponibles y la construcción del Parque Bicentenario aumentó aun más el valor de esta privilegiada zona junto al río Mapocho.

“Este edificio es un hito arquitectónico, pero también histórico. De igual forma, la obra y misión de la Cepal, profundamente arraigada en su gente y en su tierra”, explica Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, donde trabajan cerca de 480 funcionarios de cuarenta nacionalidades distintas.

URBANIZACIÓN
Aunque cuando se comenzó a construir la sede de la Cepal había algunas casas, el edificio despertó el interés urbanístico en la zona.