Obras subterráneas en rotonda Bonilla del Biobío aumentarán su vida útil en una década

Rotonda Bonilla BiobioPor Víctor Fuentes Besoaín.

Luego de desviar el canal Las Pocitas, trabajos bajo tierra partirán en 2017:

Hoy el anillo cuenta con dos niveles: uno de carretera (para tránsito en Concepción) y otro en altura (que llega a Penco). En dos años sumará la vía soterrada (a Talcahuano).

Mientras en otras zonas del país las rotondas están en retirada, en la Octava Región el anillo Bonilla proyecta su vida útil para los próximos diez años. Su importancia radica en su condición de eje de la conectividad entre Concepción y otras comunas dormitorio del Biobío, descongestionando el flujo vehicular hacia Cabrero, Penco y Talcahuano.

La ruta circular contará con tres pisos: uno de carretera, para distribuir el tránsito local en Concepción; otro en altura, que conecta la actual capital regional con la otrora metrópolis de Penco; y en dos años sumará una vía subterránea, que llevará los flujos desde Cabrero hacia Talcahuano. La descongestión de ese anillo impactará en vehículos particulares, buses interurbanos y transportes de carga. Estos últimos, además, podrán incrementar el traslado de carga entre los puertos de Talcahuano, Lirquén y Tomé.

El director nacional de Obras Públicas del MOP, Juan Manuel Sánchez, explica que los actuales trabajos son “indispensables” y señala que antes de su ejecución fue necesario reencauzar el canal Las Pocitas. A partir del próximo año se iniciarán las obras de soterramiento. “Esta es una obra complementaria a la ruta Concepción-Cabrero, que alivia un problema de congestión importante para la ciudad, en su enlace y comunicación con Penco y Talcahuano”, destaca Sánchez.

El alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, considera que una mayor eficiencia en la conectividad “hará que el sistema sea más competitivo, aunque todavía falta el término de la ruta interportuaria que permitía conectar esta vía con los puertos de Talcahuano y San Vicente y Coronel”, explica.

Para el seremi de Obras Públicas de Biobío, René Carvajal, la rotonda Bonilla tiene un impacto de triple conectividad: urbana, económica y portuaria. “A este nudo uno se conecta vía la ruta Concepción-Cabrero, la que lleva a la Ruta 5 y te saca al resto de las regiones y también te vincula con las ciudades puerto de Talcahuano y Coronel. El que va a Santiago tiene que pasar por ahí, no tiene otra salida”, explica.

Carvajal recalca que “todo pasa por ese nudo” y que impacta a tres de las cuatro provincias de la región: Concepción, Biobío y Arauco.

Carvajal calcula la vida útil de la rotonda para absorber nuevos flujos en “a lo menos diez años” y proyecta su aporte junto a otras obras que se planifican para la zona. “La rotonda es una solución para lo que hoy está ocurriendo y lo que está proyectado (en el mediano plazo)”, indica, pero agrega que “la región demanda otras conectividades que hay que proyectar y que ya se están desarrollando; por ejemplo, nuevos puentes de carácter industrial, de carreteras de mayor estándar”. A ello suma “una rotonda más ancha, una suerte de circunvalación -que está en etapa de prefactibilidad-, que una las rutas que llevan hacia los centros urbanos y portuarios”.

OPERACIÓN
El nivel ubicado bajo tierra estará en pleno funcionamiento a partir de 2018.

900 vehículos por hora pasan actualmente por la vía circular que conecta Concepción con otras ciudades del Biobío.

1.200 móviles cada 60 minutos abarcará la rotonda cuando su nivel soterrado esté operativo.

12 meses es el tiempo presupuestado para las obras subterráneas.

”A este nudo uno se conecta por la ruta Concepción- Cabrero, la que lleva a la Ruta 5 y te saca al resto de las regiones y también te vincula con los puertos”.
RENÉ CARVAJAL Seremi de Obras Públicas de la Región del Biobío