La nueva invasión de ambulantes en la Alameda: venden todo tipo de alimentos sin control sanitario
Por L. Adriasola y N. Cabello.
Sin entregar cifras, la Municipalidad de Santiago asevera que el negocio informal “ha disminuido”
Además de comida, se pueden encontrar múltiples artículos, como ropa interior o productos medicinales. La autoridad de Salud demanda una mayor fiscalización.
Alguna vez conocida como Alameda de las Delicias, la principal avenida del país ofrece hoy un panorama marcado por la invasión desatada del comercio ilegal, ya no solo de ropa y golosinas envasadas, como ocurre desde hace años. Ahora, una auténtica invasión de alimentos preparados sin control sanitario, de la más amplia variedad, se ofrece en el lugar desde la mañana a la noche. Muchos de ellos son elaborados en precarias condiciones, como improvisadas parrillas, y hasta exhibidos en el suelo o apoyándose en las fachadas de establecimientos.
Empanadas de champiñones, sándwiches con carne de soya, anticuchos, sushi, dulces de La Ligua, marshmallows a granel, chocolates, fruta picada y jugos recién exprimidos son solo algunos de los tantos productos que expenden los ambulantes, que se han “tomado” la arteria santiaguina.
Su oferta no solo se limita a la comida. Calcetines que supuestamente tienen fibra de cobre, parkas falsificadas, fundas para cojines, fajas reductoras, ropa interior, artículos medicinales para atacar hongos, además de joyas bañadas en oro, libros y artículos de cocina se pueden encontrar en la Alameda.
En octubre de 2013, el municipio actualizó la ordenanza de espacios públicos para sancionar a quienes ejercen el negocio callejero sin permiso. En 2015, incluso, creó una subdirección para controlar este problema, que también se extiende por los principales paseos peatonales, accesos del metro y otras calles del centro.
Pasadas las 13:00 horas, de hecho, los ambulantes se multiplican por Huérfanos y por Catedral. En esta última vía, extranjeros venden tortas y otros postres sobre una caja y con cuchillos que mantienen sobre la acera.
Sin medidas higiénicas
La situación es mirada con atención por la autoridad sanitaria. El jefe del Subdepartamento de Control Sanitario de los Alimentos de la Seremi de Salud Metropolitana, Arnoldo Estefó, asegura que “hay preocupación por la cantidad y calidad de la comida callejera que se está vendiendo y consumiendo. Es comida barata para hoy, pero puede salir caro a la larga”.
Entre los peligros a los que se expone la gente, dice, están las intoxicaciones, pero también “se pueden desarrollar enfermedades crónicas, porque es comida alta en grasas, muchas veces frituras”.
Estefó hizo un llamado a un mayor control de parte de las autoridades. “Tiene que haber una fiscalización más exhaustiva de esta venta clandestina”, señala, y además remarca que la inspección de este comercio recae en los municipios y Carabineros.
La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, a quien “El Mercurio” requirió para abordar esta problemática, declinó referirse al tema.
Sí lo hizo el secretario del Plan Convive Santiago, Patricio Hildalgo: “El comercio ilegal ha disminuido”, señaló el funcionario por escrito. Sobre las multas que anunció el municipio para quienes compren o vendan en la vía pública y que obstaculicen la labor de inspectores -en el marco de la recientemente aprobada ley corta antidelincuencia-, dijo que se han cursado dos infracciones. Asimismo, sostuvo que se ha capacitado a 200 fiscalizadores.