Pedalear y escribir: concurso literario proyecta su alcance

pizarra bicirelatosPor Iñigo Díaz.

Convocatoria de Bicirelatos abierta hasta el 17 de agosto:

Por segundo año, este certamen busca microcuentos alrededor de la bicicleta. Los ganadores se conocerán el 12 de septiembre.

Fue escrito por una ciclista de 21 años llamada Beatriz Rodríguez. Se titula casi como se tituló una película de Wim Wenders, y de hecho el premio que obtuvo su autora por ganar este concurso literario hizo que el cuento”Tan cerca, tan lejos” se convirtiera en un cortometraje chileno, estrenado en marzo en la Cineteca Nacional.

Es una de las más de 300 historias que el año pasado participaron en Bicirelatos, un concurso literario para ciclistas que no necesariamente tienen además una proximidad con la escritura.

“O tal vez sí la tienen. No sabemos, pero queremos invitar a la gente a escribir sus experiencias o sus historias de ficción”, señala José Antonio Mena, uno de los creadores de este certamen que va por su segunda edición. “Los únicos requisitos son que los cuentos estén relacionados con la bicicleta, que estén escritos en castellano y que no superen las 200 palabras”, agrega.

Hasta el 17 de agosto los organizadores reciben los microcuentos en la plataforma Bicirelatos.cl, donde se deben pegar los textos y llenar un formulario para participar.

El jurado está formado por la poeta Teresa Calderón, el editor Galo Ghigliotto y el escritor Diego Muñoz, y este año los premios están dotados en dinero. Además, el equipo organizador abrió una segunda categoría para convocar a ciclistas y narradores en etapa escolar.

Bicirelatos trabaja en simultáneo difundiendo los cuentos que más han llamado la atención de los jurados. Se han compartido cerca de 200 relatos en redes sociales y se han generado una serie de ilustraciones y hasta cómics. Además existen tres pizarras urbanas donde se publican diversos cuentos con una periodicidad mensual. La más vistosa es la pizarra ubicada en un muro del barrio Yungay, en la esquina de Rosas y calle Elisa Clark, justo al borde de la concurrida ciclovía.

“La idea es generar un valor extra en la cultura de la bicicleta”, dice Mena, y por eso el concurso está abierto a todos los textos: experiencias reales como la de un viaje en bicicleta entre una jauría de perros, impresiones como lo desfavorable que es pedalear bebido o de a dos en una misma bicicleta, sensaciones poéticas como la mujer que pierde contacto físico con su bicicleta para iniciar un vuelo, o el cuento ganador de Beatriz Rodríguez, donde una pareja de ciclistas desconocidos tratan de encontrarse pero su destino cósmico dirá lo contrario.