El túnel secreto de Los Carrera

carreraPor: Ximena Bertín.

Yo soy carrerista, como todos en mi pueblo”, declara orgulloso Pablo Escobar, antiguo vecino de la comuna rural de El Monte, ubicada en las afueras de la Región Metropolitana. Ahí no se hacen fondas para el 18 de septiembre y la bandera de la Patria Vieja ondea en las calles. Ese espíritu se respira, y con convicción, los vecinos aseguran que su comuna es la real cuna de la independencia chilena, asociada a sus más ilustres vecinos: los hermanos Carrera. Así, los vecinos de hoy tratan de reponer el sitial que les corresponde en la historia. “Eran muy inteligentes, tenían un túnel que estuvo abierto hasta cuando yo era niña. Nunca me atreví a entrar, pero mi hermano sí. Comenzaba en la iglesia y salía por allá, en la hacienda que tenían. Eran poderosos”, relata María José Arce, tras dejar una ofrenda en la fachada de la iglesia, cerrada por los daños que dejó el 27F, a la espera de su reconstrucción.

“Desde el terremoto las misas se hacen en un gimnasio”, se lamenta esta vecina. Agrega que la hacienda San Miguel, propiedad de Los Carrera, hoy la ocupa la Viña Doña Javiera. La casa familiar y la iglesia franciscana, justo frente a la plaza del pueblo, son hoy monumentos nacionales. Siguen conectados por la historia y por aquel misterioso túnel que se extendería por más de un kilómetro entre ambos puntos, y con el suficiente espacio para que pasaran hombres a pie con sus caballos.

“En un principio los franciscanos lo construyeron para protegerse de los indígenas y con los años lo usaron Los Carrera para esconderse en las batallas y pasar hacia la hacienda de la familia”, relata el sacerdote Alejandro Núñez, mientras apunta a la entrada del túnel bajo el convento. Este acceso está custodiado por el cráneo del mismísimo José Miguel Carrera, cuya familia solicitó que se mantuviera ahí, a la vista de los visitantes. Se estima que el túnel está hoy inundado por las crecidas del río, y que la cavidad efectivamente existe según estudios realizados por la Usach.

Los vecinos más antiguos del pueblo, como Pablo Escobar, conocieron parte del pasadizo antes de su clausura en los años 40. En esa época de las misas en latín, tenía 10 años, y en su rol de acólito junto a sus dos hermanos podía recorrer hasta el último rincón del convento, incluido el misterioso túnel. “Eramos muy chicos y nos íbamos a esconder ahí, nos daba harto miedo, bajábamos hasta una parte no más. Ibamos con un tarrito con velas, en esos tiempos no existían las linternas, pero cuando llegábamos abajo se nos apagaban con el viento y volvíamos corriendo. Encontramos muchas balas botadas, y mi hermano más grande vio bebederos para los caballos más adentro”, indica Escobar.

Pero los juegos se acabaron cuando la escuela parroquial se hizo chica, y dos salas tuvieron que trasladarse al propio convento, sobre el túnel. El peligro que los niños entraran obligó a clausurar el escondite de los héroes locales. “Mi papá que era constructor tapió la entrada, pero la historia está porque yo lo viví”, precisa.

El pasadizo bajo el convento y la iglesia, son parte de la historia de El Monte, poblado que nació como aldea colonial al alero de los franciscanos.

Por eso esta iglesia típica de adobe y arcilla que levantaron hace 284 años, será completamente restaurada a partir de septiembre para recuperar su aspecto original. Se hará con financiamiento de la Subsecretaria de Desarrollo Nacional (Subdere) por un total de $ 1.610 millones a través del programa de puesta en valor del patrimonio.

“Llevamos 95 obras de restauración similares en el país con 130 mil millones invertidos, para devolverle a los chilenos una parte importante de su historia, para que la conozca y disfrute, y se impulse la actividad económica local. En el caso de la iglesia de El Monte se reanudarán las misas, con la historia del túnel que es un atractivo enorme”, señala Ricardo Cifuentes, subsecretario de Desarrollo Regional.

El alcalde de El Monte, Francisco Gómez, destaca la posibilidad de contar con recursos para preservar “y no tener que botar obras antiguas para construir de nuevo. Queremos fortalecer el turismo patrimonial para también recuperar parte de lo que es el túnel y atraer visitantes que puedan disfrutar de eso y sacarle partido como íconos de la comuna”.