Parte carrera por el reciclaje, y empresas automotrices, de combustibles y electrónicas alistan planes

reciclajePor: Cristián Rivas N.

Ley promulgada esta semana obliga a seis industrias a recolectar sus residuos:
La norma será obligatoria en un año, y estos rubros deberán generar un sistema de gestión, por lo que ya se anticipa que surgirá un segmento de firmas especialistas.

Justo cuando el mundo entero celebra hoy el Día del Medioambiente, en Chile las empresas comienzan a alistar sus planes para enfrentar el inicio de una nueva ley de reciclaje, que dentro de un año obligará a seis sectores industriales a recolectar parte de sus residuos.

Todos los años Chile genera casi siete millones de toneladas de basura domiciliaria. Apenas el 10% se recicla, y el objetivo ahora es alcanzar el 30% en una primera etapa, incluyendo metas específicas de reciclaje para las baterías de vehículos, neumáticos, aceites lubricantes, envases y embalajes, artículos eléctricos y electrónicos, y pilas.

El miércoles se promulgó la Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor. Con ello comenzó el plazo de un año para que las empresas tengan la obligación de cumplir. Y previo a ello -dentro de seis meses, o a más tardar en marzo próximo-, el Ministerio del Medio Ambiente debiera tener listos los reglamentos que especificarán las metas de reciclaje y gradualidad que le imprimirá al proceso.

Esto, con el fin de tener el tiempo suficiente para que sean aprobados por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad -que considera a 11 reparticiones- y ante el eventual caso de que las empresas disconformes apelen ante el Tribunal Ambiental.

¿Quiénes deben garantizar el reciclaje? La ley dice que deben responder todos los fabricantes que vendan por primera vez un producto. También establece como responsables a quienes vendan bajo una marca propia, quienes importen directamente para su uso, y, en el caso de los envases y embalajes, todo aquel que introduce a público un producto envasado.

En Alemania, el reciclaje mueve 900 millones de euros anuales

En el sector privado están expectantes con estas definiciones que debe tomar la autoridad, aunque ya están preparándose para lo que viene.

Porque la normativa establece que las empresas deben crear sistemas de gestión que garanticen las labores de recolección y transporte de sus desechos y la entrega a un tercero para que realice el trabajo de reutilización.

Estos sistemas deben ser sin fines de lucro y abiertos a todas las compañías que quieran participar. Por ello, deben ser visados por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC). Entre las compañías coinciden en que lo mejor es armar un sistema que agrupe a todas las empresas en torno a un determinado producto y así disminuir los costos logísticos.

Como el reciclaje finalmente se hará por terceros, ya se anticipa la proliferación de una nueva industria en el país, pues estas empresas sí cobrarán a los sistemas de gestión por este trabajo. En Alemania, por ejemplo, el sector de reciclaje mueve todos los años cerca de 900 millones de euros, lo que ya ha atraído a empresas extranjeras a poner sus ojos en Chile.

La compañía de origen alemán Reclay Group ya visitó a fines de abril al ministro de Medioambiente, Pablo Badenier, ofreciendo sus servicios como empresa experta en la implementación de modelos de gestión, según consta en el registro público de audiencias del ministerio.

Desde otros segmentos confirman que hay varias otras firmas internacionales dando vueltas con la finalidad de concretar inversiones.

Pilas: se espera avanzar en la exportación de sus componentesSi bien es muy común toparse con campañas de recolección de pilas en distintos espacios públicos, no hay en la actualidad otra opción más que disponerlas adecuadamente en rellenos sanitarios, pues no existen empresas que las transformen para reutilizar sus componentes.

De acuerdo con las cifras más recientes manejadas en el Ministerio del Medio Ambiente, en 2013 se generaban anualmente un total de 1.808 toneladas de pilas en desuso. De ellas, apenas 72 toneladas son tratadas adecuadamente en empresas como Hidronor, que maneja plantas de tratamiento para distintos productos en Antofagasta, Santiago y Concepción, y del resto no se tiene mayor conocimiento.

Las pilas son consideradas un desecho peligroso por su alta composición en metales pesados, que pueden contaminar el suelo y las aguas subterráneas. Lo peor es que actualmente no hay restricción de calidad sobre estos productos y es el segmento sobre el que menos información pública existe.

La nueva ley busca disminuir su disposición final en rellenos y crear un mercado del reciclaje, aunque probablemente, por el menor volumen, se exportarán hacia países donde existan plantas para reutilizarlas. En otros lugares del mundo, tras la trituración de las pilas, se utiliza parte de sus metales para la elaboración de nuevas pilas, y el resto del material se inserta como aditivo en el hormigón o el asfalto.

Neumáticos de automóviles podrían subir de precio entre $1.500 y $2 mil, según la experiencia de reciclaje europeaEl mercado de los neumáticos es tan amplio que va desde los utilizados en las bicicletas, que no pesan más de medio kilo cada uno, hasta los gigantescos aro 73 usados en la gran minería, que pueden pesar hasta cuatro toneladas. Por eso, los volúmenes aquí pueden ser gigantescos.

La Cámara de la Industria del Neumático de Chile (CINC) -que agrupa a Michelin, Bridgestone, Goodyear y Pirelli- sostiene que cada año quedan en desuso en el país un total de 115 mil toneladas de este producto. Apenas el 6% se recicla, principalmente para usar como gránulos en la instalación de canchas de césped sintético o insumo para generar energía.

El gerente general de este gremio, José Browne, cuenta que han recopilado estadísticas de aplicación de leyes similares en otros lugares del mundo y a partir de la experiencia europea ya tienen cálculos sobre lo que podría suceder en Chile.

Cuenta que en el Viejo Continente reciclar un kilo de neumáticos cuesta actualmente unos $180 cuando la tasa de reciclaje de este producto es casi total. Así, una vez que en Chile se logre reciclar todos los neumáticos en desuso, el valor de uno nuevo podría elevarse entre $1.500 y $2 mil en el caso de los automóviles, y entre $8 mil y $10 mil en el caso de los camiones. En este aumento están considerados aspectos como la recolección y transporte, los ítems más caros del proceso.

Los socios de CINC ya han venido conversando la posibilidad de formar un sistema de gestión en conjunto, al que esperan integrar una buena parte de los 800 importadores que existen actualmente en el país.

Browne cuenta que varios inversionistas nacionales y extranjeros ya han estado solicitando reuniones con empresas y el gremio, con la idea de participar en el negocio de reciclaje que conlleva la ley. A partir del caucho de los neumáticos se pueden fabricar distintas piezas aislantes para la construcción, juegos infantiles, aditivos para cementos y carreteras o gomas para el uso como lomos de toro en las calles. Eso, sin contar que son usados como elemento calórico para producir energía, como lo hace hoy Cemento Melón.

Aceites lubricantes: la meta es incrementar su reutilizaciónEntre los principales operadores del segmento de aceites lubricantes están Shell y Copec. Desde esta última empresa, el gerente de Lubricantes, José Ignacio Depassier, cuenta que este mercado mueve anualmente unos 170 millones de litros en el país, de los cuales unos 50 millones de litros se reciclan.

Bien manejado, este producto es usado para la fabricación de nuevos aceites y también como combustible industrial, pero a nivel local abundan los casos en que se utiliza para evitar que se levante polvo en algunos suelos, o se incinera como combustible en condiciones muy contaminantes.

Shell y Copec ya tienen experiencia acumulada en el retiro de este elemento. Ambas manejan actualmente una red de retiro y disposición del lubricante usado a lo largo del país.

Lo que faltaría, concuerdan los expertos del Ministerio del Medio Ambiente, es encontrar la forma en que esos residuos sean reutilizados para la elaboración de nuevos productos, lo que en la ley se conoce como mejorar su valorización.

Como en la generalidad de los otros productos, en este segmento también podría generarse un impacto en el valor de los productos al incorporar obligatoriamente su reciclaje. “En general, por la complejidad de la recolección, transporte y la atomización de productos en algunos canales de venta, la experiencia internacional ha demostrado que el sistema tiende a ser deficitario. El qué tan deficitario sea a nivel local es parte del análisis a trabajar, ya sea pensando en establecer un sistema de gestión individual o colectivo”, dice desde Enex el gerente de Asuntos Corporativos, Juan Eduardo López.

Derco y Gildemeister tienen firma para recolectar baterías, y ahora cambiarán sus estatutos para sumar más actoresDe los seis productos prioritarios definidos en la nueva ley, las baterías son el sector que más avance tiene en el trabajo de reciclaje y uno de los que podrían avanzar más rápido en la implementación del sistema de gestión. Derco y Gildemeister ya crearon hace un tiempo la empresa Eco-Valor, que próximamente cambiará sus estatutos para cumplir con el requisito de no tener fines de lucro e integrar a otros actores.

El gerente general de Eco-Valor, Pedro Álamos, cuenta que las automotoras buscaron anticiparse al inicio de la ley al crear esta compañía, hace cuatro años. Hoy maneja alrededor de 200 puntos de recolección de baterías entre Santiago y Puerto Montt, y a la fecha han recolectado cerca de 150 mil baterías. Estas son entregadas a RAM (ex Recimat), la única empresa recicladora que opera en el país, instalada en la ciudad de Calama.

El registro de Aduanas revela que en 2015 ingresaron a Chile 1,7 millones de baterías automotrices. A su vez, cada año quedan en desuso cerca de 1,5 millones de unidades. De ellas, entre el 60 y el 70% ya son recicladas por Recimat. Del resto no se sabe mucho, salvo que existe un mercado negro del reciclaje de baterías, con fundiciones clandestinas y exportación ilegal hacia países vecinos.

Álamos explica que la batería es uno de los residuos con mayor valor económico, pues de ella se puede reutilizar hasta el 97% de sus componentes. El principal es el plomo, que se exporta a países que lo usan para elaborar nuevas baterías, o bien puede venderse a las empresas mineras, ya que es un insumo importante en el proceso de elaboración de cátodos de cobre.

El mismo uso se da al ácido sulfúrico contenido en estos productos; es decir, se exporta, se usa en la minería o se dispone en rellenos sanitarios una vez que su nocivo efecto ha sido neutralizado con cal. El plástico, en tanto, es convertido en pellet y enviado principalmente a los fabricantes internacionales de baterías.

“Las baterías son uno de los residuos con mayor recolección y reciclaje en el país, pero falta trabajar mucho en la trazabilidad de este proceso; por ejemplo, en el transporte adecuado”, plantea Álamos. Se refiere a que muchos de los camiones que trasladan estos productos no lo hacen de una manera correcta, y hay muchos casos en que el contenido de las baterías se derrama.

Por eso mismo, plantea que más que elevar considerablemente el porcentaje de reciclaje hacia este sector en los reglamentos pendientes, en una primera etapa de vigencia de la ley los esfuerzos debiesen concentrarse en establecer mejoras en esta línea logística.

El ejecutivo sostiene que tras la implementación del sistema de gestión definitivo -al que esperan sumar otros actores, tal y como ya lo han hecho un par de importadores y empresas del retail -, buscarán ampliar la red de puntos de recolección de Eco-Valor hacia el norte del país.

Además, están trabajando con algunos municipios para desarrollar programas piloto de recolección para indagar en el costo que implicará la implementación nacional de una cadena logística completa. Dice que por el valor económico de las baterías, es posible que incluso este producto no registre incrementos de precio a los clientes.

Industria de artículos eléctricos partiría con televisores de cualquier tipo, celulares, tablets , computadores e impresorasIndagar en la composición de aparatos eléctricos en desuso puede traer más de una sorpresa. Por ejemplo, en los celulares se suele hablar mucho de sus circuitos de cobre o de sus pantallas de cristal líquido y las baterías de litio, pero también contienen una larga lista de otros metales. Incluso una pequeñísima porción de oro.

Así como celulares, existe un sinnúmero de otros artículos que podrían ser agrupados en la categoría “aparatos eléctricos y electrónicos” a la que se alude en la ley y no se conoce a ciencia cierta las toneladas de residuos que pueden estar generando en conjunto. Las cifras macro de organismos internacionales como la ONU señalan que en el país se producirían unos 9,9 kilos de residuos eléctricos por persona al año, y en el Ministerio del Medio Ambiente las cifras manejadas suman un total de 123 mil toneladas de residuos al año en este segmento, considerando grandes y pequeños electrodomésticos, equipos de informática, celulares y ampolletas.

Las empresas involucradas esperan expectantes el reglamento que definirá los productos a considerar en una primera fase. Entre algunos actores involucrados se comenta que existiría un acuerdo de palabra con la autoridad en cuanto a partir por los cinco productos más masivos: televisores de cualquier tipo, celulares, tablets , computadores e impresoras. Todos ellos tienen la tasa de rotación más rápida de la industria.

En el país no hay un gremio que agrupe a tantos productores e importadores distintos, cuenta Germán Sáenz, gerente senior de Ciudadanía Corporativa y Asuntos Públicos de Samsung Electronics Chile. Pero al alero de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de Información (ACTI) iniciaron la tarea de congregar a los actores más relevantes en torno a una mesa de trabajo para interactuar con la autoridad. De hecho, tienen previstas reuniones la semana entrante.

“Como es difícil partir con metas específicas de inmediato, lo razonable es iniciar primero una red de recolección, que involucre incentivos para que la gente recicle y a futuro establecer metas”, plantea Sáenz.

Agrega que el impacto económico en el valor de los productos tras una meta de reciclaje no es significativo. Dice que en España, por ejemplo, ha significado alzas de entre $5 y $10 por cada celular vendido y la cifra no es mucho mayor en aparatos más grandes.

Diversos programas que ya se han probado

Samsung viene desarrollando desde hace varios años un programa de reciclaje en sus centros de servicio técnico, desde donde nutre de distinto tipo de aparatos en desuso a la empresa Degraf, que los desarma y se encarga de comercializar o disponer adecuadamente sus componentes.

En Entel también han avanzado en este trabajo. El gerente de Regulación y Asuntos Corporativos, Manuel Araya, cuenta: “Desde 2014 desarrollamos un programa de reciclaje de teléfonos móviles en desuso y sus accesorios que, a través de distintos puntos de recolección a lo largo del país, ha logrado recolectar casi ocho toneladas de estos residuos”.

La mayor parte de los elementos extraídos de los aparatos electrónicos no tiene mercado en Chile para nuevos desarrollos y son exportados. “Esperamos que esta ley signifique que surjan empresas que utilicen estos residuos directamente en el país”, concluye Sáenz.

Envases y embalajes inició programa piloto en Providencia para definir los costos que implicará el nuevo sistemaUn tercio de los siete millones de toneladas de basura que anualmente se generan en los hogares del país corresponde al segmento de envases y embalajes. Plásticos, papeles, cartones, vidrios y metales forman parte de estos desechos, y por lejos son el sector que requerirá la mayor cadena logística para cumplir con las metas que se estipulen. Eso, sin contar que también se requiere un trabajo educativo importante para lograr la colaboración de las personas en la separación de estos componentes.

Las empresas recalcan su disposición para garantizar las metas de reciclaje que se impongan, pero reconocen que aún hay cierto temor sobre las tasas que finalmente surjan. De la cifra total de desechos de este segmento, en la actualidad solo se reciclan unas 600 mil toneladas; es decir, algo más del 20% del total, y con mucho más experiencia en áreas como las botellas plásticas y de vidrio, latas de aluminio y envases de cartón, pero prácticamente nada en otros segmentos, como envases de lácteos, pollos u otros alimentos.

Por eso, aspiran a que haya una meta escalonada, citando ejemplos de otros países que ya implementaron la responsabilidad extendida del productor, como Canadá, donde durante 10 años fue prácticamente voluntaria.

Desde el Centro de Envases y Embalajes (Cenem) -organismo técnico que agrupa a empresas e instituciones vinculadas a distintas áreas de la industria-, la gerenta general, Mariana Soto, cuenta que iniciaron hace poco un programa piloto de recolección diferenciada en la comuna de Providencia, junto al municipio y el Consejo de Producción Limpia -dependiente de Corfo-, con el que esperan determinar los costos que involucraría la cadena logística completa, incluyendo capacitaciones domiciliarias, la logística de transporte y retiro de residuos, el trabajo en los centros de acopio y reciclaje, entre otros aspectos.

Este programa involucra 300 casas ubicadas en el cuadrante comprendido entre las calles Jorge Matte, Pocuro, Francisco Bilbao y Tobalaba. Partió a mediados de mayo, y se extenderá por un año.

Desde el municipio, la alcaldesa Josefa Errázuriz describe que el piloto ha tenido buena recepción de los vecinos, pero aún falta avanzar en detalles como el retiro de las etiquetas y tapas de botellas o envases con restos de líquido y no aplastados.