Paisaje urbano e interdiseño sustentable: Estrategias de intervención en áreas de borde de la ciudad / Buenos Aires

© Guillermo Tella

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El considerable número de trabajos recientes que abordan las transformaciones de la estructura urbana de grandes ciudades se ha orientado comúnmente a estudiar el fenómeno de la suburbanización y la atención del debate se dirigió a la nueva realidad periurbana como compleja mezcla de suburbios pobres desplazados del centro de las ciudades y, entre medio, pequeños enclaves de clase media y de nueva construcción cercada.

De modo que la situación de borde resulta cada vez más difícil de examinar debido a la complejidad urbana dominante, abandonada en general a operadores inmobiliarios, usualmente desinteresados de las cuestiones espaciales que no logran superar la comprensión unidisciplinar. Dar respuesta a esta problemática implica atender cada área en particular con respuestas intrínsecas y no con soluciones generalizadas.

Tal el caso de los barrios Nueva Pompeya -en la Ciudad de Buenos Aires- y Valentín Alsina -en el municipio de Lanús-, que se encuentran enmarcados en esta cuestión. Separados por una barrera física -el Riachuelo- y vinculados por un puente vehicular -Puente Alsina-, sus altos niveles de contaminación generaron una barrera ambiental, negando el uso de sus orillas y relegando el uso del río como mero receptor de residuos.

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La conexión física no logra ser eficaz para comunicar a ambas comunidades de manera contundente más que como una simple vía de tránsito y transporte. Este área posee una conflictividad urbana creciente dadas las tensiones establecidas entre los residentes y la población pasajera así como por las asimetrías espaciales, culturales y sociales de un entorno que alterna construcciones patrimoniales y espacios públicos degradados.

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La pauperización urbana y ambiental deviene en paisajes heterogéneos, fragmentados y amenazados por ciertos procesos de gentrificación incipiente ante múltiples expectativas de renovación del tejido urbano deteriorado. En este marco, surgen algunos interrogantes: ¿cómo garantizar la legitimidad de un proceso de transformación? y ¿qué características debiera tener un modelo de intervención que garantice el desarrollo sostenible?

La complejidad del tema exige una mirada integradora sobre aquellos elementos constitutivos del paisaje tales como: (a) la identificación de aspectos que construyen la identidad de la zona; (b) la recuperación de la memoria histórica del lugar como bien cultural; (c) la apropiación de espacios públicos para fortalecer el sentido de pertenencia; y (d) la participación activa de los vecinos para garantizar la efectividad de resultados.

Herramientas para recalificar situaciones desarticuladas

El desafío planteado consiste en identificar e intervenir en situaciones urbanas susceptibles de recalificación. Estos territorios comparten características de desarrollo ambiental tales como: (a) constituyen áreas con altos niveles de fragmentación y de exclusión de borde; (b) ostentan patrones de fragmentación urbana y ambiental que degradan el entorno; y (c) evidencian la ausencia de instrumentos apropiados para recuperar el hábitat.

A partir del corpus jurídico emergente del Convenio Europeo del Paisaje para la actuación territorial, es indispensable generar condiciones mínimas de intervención en el paisaje fragmentado del entorno del Riachuelo, cuyas estructuras urbanas se encuentran subsumidas en un proceso gradual de degradación, con pautas de interdiseño como herramienta para recalificar situaciones desarticuladas y tender hacia un hábitat sustentable.

Mediante la realización de talleres participativos con la comunidad, se apunta a actuar sobre los patrones de habitabilidad de los espacios urbanos como herramienta para la promoción de la movilidad social. El objetivo final será el mejoramiento del paisaje cultural en áreas degradadas considerando criterios de desarrollo sustentable para la consolidación del espacio público como dimensión potencial de vinculación entre habitantes.

Esto implica identificar y tipificar distintos sectores del paisaje degradado, situados en áreas de borde de la ciudad, que ofrecen condiciones de hábitat no saludables en términos ambientales, sociales y territoriales para desarrollar estrategias de reintegración y de desfragmentación del espacio urbano, a partir de instancias de participación social para interpretar colectivamente el paisaje existente y definir componentes para un paisaje deseado.

Dado que numerosas áreas de borde la ciudad ofrecen hoy procesos sistemáticos de postergación y de deterioro, con altos niveles de desarticulación y bajas condiciones de sustentabilidad, su reconversión hacia paisajes recalificados, diversos y ordenados, con apropiación colectiva de la comunidad local, contribuirá a producir entornos propicios para el desarrollo de actividades de inclusión que la ciudad demanda.

NOTA: Síntesis del proyecto de investigación “Paisaje urbano e interdiseño sustentable: Estrategias de intervención en áreas de borde de la ciudad”, acreditado en la Universidad de Buenos Aires en la programación científica 2016-2018. Equipo de Investigación: Gustavo Dieguez, Mariana Larumbe Araujo, Fabio Márquez, Lucas Miotti y Alexandra Passos. Co-dirección: Analía Fernández. Dirección: Guillermo Tella.