Consejo de Desarrollo Urbano propone crear planes maestros para todas las ciudades de Chile

desarrollo urbanoPor: Manuel Valencia.

Para ordenar inversiones y normativas, y definir vocaciones productivas:
Figura se transformará en proyecto de ley y busca ordenar las inversiones públicas y privadas en torno a una imagen objetivo para definir el futuro de cada urbe.

El desorden institucional que viven hoy las ciudades chilenas se refleja en diversas escalas. En muchas, por ejemplo, se definen zonas para instalar viviendas sociales donde no llegan servicios de transporte o donde el Ministerio de Obras Públicas no ha proyectado una vialidad. En otras, diversas entidades estatales realizan inversiones redundantes que al no tener una visión en común se anulan y no dialogan entre sí. Hay también ciudades que construyen malls en zonas de alto valor patrimonial (Castro), que propician altas concentraciones de vivienda social fuera de zonas de servicios, empleos y movilidad (Bajos de Mena, en Puente Alto) o que posibilitan la instalación de faenas industriales en el entorno de zonas pobladas (Freirina).

Este tipo de situaciones fueron las que justamente inspiraron la creación de una política nacional de desarrollo urbano en el gobierno anterior y las que hoy inspiran la elaboración de un proyecto de ley que ordene las ciudades e impida contrasentidos urbanos de este tipo.

Esta iniciativa legal creará un nuevo instrumento que superará en alcance a los actuales planes reguladores y se transformarán en planes maestros para cada ciudad del país.

“Los planes directores unifican la visión de desarrollo y crecimiento de la ciudad en el largo plazo para darles consistencia a normas, inversiones y procesos de gestión urbana. Serán un plan de ciudad que integren normativas, planes de inversión , gestión, subsidios. La idea es que las normas que cooperan en la ciudad tengan una visión ordenadora, que ordena las inversiones, planes de transporte, vivienda y otros sectores”, explica Luis Eduardo Bresciani, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano.

En términos operativos, los planes fijarán una visión de cada ciudad a 20 años y tendrán instrumentos que se revisarán cada cinco años. Serán fruto de la reflexión de los consejos municipales, en conjunto con la ciudadanía, que participará en ellos a través de fortalecidos Consejos de la Sociedad Civil (Cosoc).

La ciudadanía participará, según las definiciones del Consejo de Desarrollo Urbano, en la elaboración, aprobación, evaluación y ajuste de los planes.

“Ya no es aceptable que las decisiones de la ciudad se sigan tomando en forma fragmentada y a puertas cerradas; se debe abrir el debate a la ciudadanía sobre la forma más equitativa de conducir nuestras urbes”, añade Bresciani.

Este modelo de trabajo se basa en experiencias exitosas en Barcelona y Portland, y busca integrar ámbitos de vivienda y barrio, infraestructura de servicios, espacio público y parques, equipamiento urbano, movilidad urbana, medio ambiente, riesgos, desarrollo económico y patrimonio urbano.

En el caso de Chile se elaborarán planes para diversas escalas: se establecerán unos metropolitanos para ciudades de esa escala (Santiago, Valparaíso, Concepción), para ciudades intermedias o comunales (Talca, Arica, Valdivia, Antofagasta) y otros para comunas al interior de un área metropolitana (Ñuñoa, Viña del Mar, Talcahuano o Las Condes, por ejemplo). Asimismo, habrá planes para pequeñas ciudades o localidades (Puerto Aysén, Puerto Natales, por ejemplo).

Diagnóstico
El sistema actual se planteó como centralista, con superposiciones y vacíos normativos y con una institucionalidad urbana débil.