Los embalses que buscan terminar con el desborde de ríos en Arica

aricaPor: Ramón Vásquez.

A dos semanas de las intensas lluvias estivales registradas en el altiplano de Parinacota, todavía se están realizando arreglos en la Ruta Internacional 11-CH, que une Arica con Bolivia. Además, los agricultores de la zona debieron recibir ayuda de emergencia y varias escuelas tuvieron que retrasar el inicio de clases. Todo producto de los daños ocasionados por el desborde de los ríos San José y Lluta.

Una solución planteada hace décadas para evitar los problemas generados por el invierno boliviano es la construcción de embalses, que permitan acumular el agua de las precipitaciones y administrar el recurso hídrico.

El proyecto más avanzado es el de Chironta. “Hay ocho consorcios nacionales e internacionales que se presentaron a la licitación”, explica el seremi de Obras Públicas de Arica, Jorge Cáceres.

Las iniciativas planeadas son tres: además de Chironta, están Livílcar y Umirpa, que serían construidos en el altiplano de Arica antes de 2020. Según afirman desde el gobierno regional, la inversión superaría los $ 102 mil millones.

Chironta estará emplazado a 70 kilómetros de la capital regional y acumulará aguas del río Lluta. La autoridad del ramo estima que mejorará el riego de 2.383 hectáreas y ayudará a mitigar los daños que producen las crecidas del torrente en las zonas productivas. Su construcción costará $ 68 mil millones y logrará embalsar 7,5 millones de metros cúbicos de agua.

“La visita a terreno estaba programada para el 15 de marzo, pero se retrasó para fin de mes, por las lluvias. En septiembre estará adjudicada y esperamos que entre funcionamiento en 2018”, indicó Cáceres. El 50% de los derechos de agua acumulada del embalse será administrado por los regantes del Río Lluta.

La segunda represa más importante es la de Livílcar, que estará emplazada sobre el río del mismo nombre, a 73 kilómetros de Arica.

Su objetivo principal es mitigar los daños de las crecidas del Río San José en verano, que provocan estragos en los suelos agrícolas del valle de Azapa y en las obras de infraestructura de la ciudad y el sector costero, incluyendo al puerto de Arica y playas del litoral.

Como objetivo secundario, este embalse recargaría la napa subterránea del valle de Azapa, lo que aumentaría la cantidad de agua potable en la región para consumo y riego. “El embalse de Livílcar está en etapa de evaluación ambiental. Se está investigando cuál es el aporte de los sedimentos del Río San José en la costa. Terminado este proceso se haría el llamado a licitación”, explican en la seremi.

Críticas

No todos los agricultores de la zona están de acuerdo con la construcción en Livílcar. “Los datos que manejamos indican que el embalse lograría controlar las crecidas y el aporte de sedimentos a las playas, ampliar el área de cultivos y recargar el acuífero de Azapa, pero por otro lado vemos que el lecho del río es rocoso y el sedimento que se acumulará en el fondo del embalse impedirá la infiltración”, sostuvo el dirigente de la Agrupación de Pequeños Agricultores de Acha, Milton Rojas.

El que registra menos avance es el embalse de Umirpa, del río Camarones, que pretende asegurar el riego de 460 hectáreas. “Está en diseño, pero el proyecto tiene como plazo que entre en funcionamiento en 2020”, sentenció el seremi del MOP.