Muertes en accidentes de tránsito por ingesta de alcohol llegan a mayor cifra en cinco años

Conductores EbriosPor Manuel Valencia y Paloma Valencia.

Pese a la entrada en vigencia de leyes Tolerancia Cero y Emilia, fallecidos llegaron a 151 en 2015:

También los delitos de pérdidas de vida y lesiones causados por conductores ebrios a terceros subieron en 19,3%, según un informe anual del Ministerio Público.

A casi cuatro años de la entrada en vigencia de la Ley Tolerancia Cero, que endureció los límites y sanciones para los conductores que son sorprendidos bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, la cantidad de muertos en accidentes de tránsito por consumo de alcohol aumentaron en 22%, de acuerdo al último reporte de accidentes de tránsito elaborado por Carabineros de Chile y correspondiente a 2015.

La cifra de conductores en estado de ebriedad (con más de 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre) que provocaron fallecidos en accidentes llegó a 123 en 2015, el mayor número desde los 124 que hubo en 2010. En tanto, quienes manejaron bajo la influencia del alcohol (entre 0,3 y 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre) y ocasionaron víctimas fatales bajaron de 42 en 2014 a 28.

En suma, las muertes vinculadas al consumo de alcohol totalizaron 151 en 2015, la cifra más alta desde los 205 de 2011 (ver infografía).

A juicio de Gabriela Rosende, secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional del Tránsito (Conaset), es complejo analizar las causas del alza debido a que, según señala, han aumentado los controles. “Según la experiencia internacional, cuando hay normativas como la Ley Tolerancia Cero o la Ley Emilia, en los primeros tiempos de aplicación tienen resultados más fuertes en todos los aspectos porque se toma conciencia, la noticia es nueva y la fiscalización está, aunque ha aumentado”.

Añade que esta situación debiese cambiar con la pronta entrada en vigencia del decreto que legitimará el uso de los etilómetros evidenciales. Estos dispositivos buscan reemplazar a las alcoholemias (exámenes de sangre para medir el grado alcohólico que se realizan en ambulancias u hospitales), al establecer de inmediato el grado de alcohol en la sangre que tienen los conductores.

De acuerdo a Rosende, con ello buscan constituirse como una prueba más certera, debido a que en el tiempo que transcurre hasta que se realiza alcoholemias la graduación alcohólica se va diluyendo y no resulta ser representativa.

Para el funcionamiento de estos etilómetros, se necesita construir un laboratorio, por lo que no hay plazos certeros de la entrada en vigor de la tecnología, pese a que el ministro de Transportes lo comprometió para las Fiestas Patrias de 2015.

Además de las cifras de fallecidos, el balance anual realizado por el Ministerio Público también evidencia un incremento: en 2015 se totalizaron 210 ilícitos causados por conductores ebrios que causaron daños o provocaron la muerte de un tercero (delito normado por la Ley Emilia), lo que implica un alza de 19,3% respecto de los 176 de 2014.

Para María Francisca Yáñez, ex secretaria ejecutiva de Conaset y especialista en seguridad vial, la baja pasa por un relajo en los controles. “La ley chilena es una de las más exigentes en el mundo hoy en conducción. Por lo tanto, lo que hace falta es darle vida a la normativa en las calles y la única forma de lograrlo es que con más fiscalización. La OCDE recomienda que se fiscalice a un tercio de los conductores al año y eso en Chile sería más de 1,5 millones, pero con suerte se realizan un poco más de 200 mil”.

El especialista en seguridad vial y gerente de asuntos públicos de Automóvil Club, Alberto Escobar, concuerda: “Hay un 20% de los conductores refractarios a las nuevas leyes, que siempre van a consumir alcohol. Por otra parte, hay una sensación de relajo en los controles, se percibe una baja en la fiscalización sobre todo en regiones, y eso explica por qué, por ejemplo, en Tarapacá o Antofagasta haya más consumo. Se requiere una cultura de fiscalización de verdad”, afirma.

Al respecto, desde el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) negaron que exista una baja en los controles. Según informaron desde la entidad, en 2015 hubo 220.255 controles preventivos, 79,3% más que los 122.811 de 2014. También dijeron que hubo 61,8% más operativos: si en 2014 se realizaron 972, el año pasado estos procedimientos aumentaron a 1.573.

Controles
En 2015 se practicaron 611.655 alcotest. De ellos, se detectaron 19.515 personas en estado de ebriedad y 4.234 bajo la influencia del alcohol. Familiares de víctimas de siniestros viales y especialistas critican alza y piden más fiscalización y claridad en las políticas públicasEn medio de la tramitación de las leyes de Tolerancia Cero y Emilia, algunos familiares de personas fallecidas o afectadas en siniestros viales se hicieron notar.

Así se conocieron casos como el de Verónica Selman, quien perdió a su marido y a su hija, producto de un choque ocasionado por un conductor en estado de ebriedad, y el de la familia de Emilia Silva, una bebé de nueve meses fallecida en similares circunstancias.

Las dramáticas situaciones vividas por estas personas inspiraron normativas como la Ley Emilia, que fueron celebradas como un hito que ayudaría a reducir los siniestros viales y las muertes. Hoy se muestran decepcionadas por el alza en el número de víctimas fatales.

Carolina Figueroa, presidenta de la Fundación Emilia Silva Figueroa y madre de la menor, explica que las legislaciones actuales vigentes en materia vial no pueden “hacerse cargo por sí solas de la cantidad de fallecidos y de lesionados. Aquí lo que falta es mayor fiscalización”.

Añade que falta más compromiso de parte de las fiscalías y tribunales. “Esperamos que entiendan que la ley se modificó, que esto es un delito y que dejó de ser un accidente. Mientras no pase esto, las cifras van a seguir aumentando”.

Alberto Escobar, del Automóvil Club, cree que un daño a la Ley Tolerancia Cero fue la difusión de sistemas como una “calculadora” para saber si una persona podía manejar o no.

“Se entregan señales equívocas. La gente empieza a calcular cuánto toma y en ese ejercicio se van perdiendo, y derechamente se pasan de la norma. Es muy difícil calcular cuánto alcohol se va a tolerar. Hay también una tremenda presión social por el consumo. Calcular cuántos vasos de alcohol se pueden tomar termina confundiendo y generando un mayor consumo de alcohol”.

María Francisca Yáñez añade que se ha perdido un plan de difusión en los medios. “Ellos amplifican el efecto de los controles, pero eso ha dejado de ser noticia, y de eso es responsable la autoridad”.