¿En qué transporte se movilizarán los santiaguinos durante la próxima década?

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Por Camila Mardones y Oriana Fernández.

El 48% de los viajes se hacen hoy en automóviles. Si no se impulsa un sistema eficiente y alternativo a los buses, esa cifra aumentará a 65%.

Seis millones de viajes se realizan diariamente en Metro y buses en Santiago, demanda que aumentará exponencialmente en la próxima década, debido que la población proyectada crecerá un 10%. Considerando las dificultades en el funcionamiento del Transantiago, que arrastra un déficit de US$ 426 mil millones en 2015, y una evasión del pago superior al 27%, la pregunta que surge es qué sistema de transporte se tiene que hacer cargo de movilizar a los capitalinos en el futuro.

De hecho, si la ciudad no cuenta con un sistema eficiente y alternativo, los traslados en automóvil aumentarán de un 48% actual, a un 65% en la próxima década, según el Ministerio de Transportes.

Además de plantear que cualquier cambio debe ser progresivo -y no como ocurrió en 2007 con el inicio del Transantiago- los especialistas en urbanismo señalan que para intervenir se requiere de tres ejes: una autoridad metropolitana a cargo del área, mayor presupuesto estatal para emprender iniciativas público-privadas e impulsar planes con financiamiento propio. Estos dos últimos se ejemplifican en los proyectos, algunos en ejecución, que aumentarán las alternativas de movilización en el corto plazo (ver recuadro).

Marcial Echenique, urbanista y académico de U. de Cambridge, asegura que urge la existencia de una autoridad que organice las políticas en cuanto a movilidad, pues ahora el Estado, los municipios y las empresas “poseen sus propias propuestas, sin tener conexión”.

Pero para impulsar proyectos como trenes ligeros o bien la expansión de redes de Metro, Echenique sostiene que podrían aportar fondos las empresas concesionarias, citando como ejemplo la eventual tarificación vial. “Se podría traspasar esas platas al Estado para un mejor transporte público y vialidad”. Agrega que lo mismo podría suceder con el pago de la tarifa por saturación que se cobra en las autopistas, fondos que deberían invertirse en nuevas rutas públicas.

Añade que, en la práctica, hay consenso entre los expertos de que el Estado no puede asumir las inversiones en transportes y viales. “Pero recordemos que se da un subsidio enorme para Transantiago, el que debiera ser pagado por los pasajeros en el futuro”, como ocurre en el Metro. En 2009 se invertían US$ 1.189 millones en buses y Metro, mientras que hoy se alcanza US$ 1.347 millones, un 14% más.

Transporte limpio

La extensión de red de Metro, a través de la Línea 3 y 6, es considerada como un avance para bajar la recarga de pasajeros en las otras vías del tren subterráneo. Por lo mismo, muchos esperan que una eventual Línea 7 pueda recibir parte de las 2,2 millones de transacciones por jornada que tiene la firma estatal.

Louis de Grange, experto en Transportes de la U. Diego Portales, dice que es para mejorar el sistema es clave extender el Metro hacia diversos puntos de la capital. “Se debe llegar a los 300 kilómetros: vemos que es y será clave, como lo es en todas las capitales del mundo”, manifiesta. Agrega que si se concreta esto los buses del Transantiago deberían ser un medio secundario en la próxima década.

Raimundo Cruzat, ex coordinador del Directorio del Transporte Público Metropolitano y urbanista, añade que es fundamental poder sumar trenes livianos, como el Santiago-Melipilla, el que está en su fase de estudio de impacto ambiental. Además, el proyecto ferroviario que unirá Quinta Normal con Batuco inició hace dos meses su análisis en cuanto a ingeniería básica (luego viene la de detalle), que concluirá en 2017. “Estas iniciativas son útiles para integrar social y económicamente las grandes ciudades en el mundo”, dice. Cruzat añade que este tipo de transporte también lleva a que las personas dejen sus automóviles en sus hogares o bien en estacionamientos.

Los especialistas y el Ministerio de Medio Ambiente, coinciden en que Santiago debe aspirar a vehículos más limpios, debido a que la capital fue calificada como zona saturada de material particulado fino. Ernesto Gramsch, académico del departamento de Física de la U. de Santiago, afirma que es clave electrificar el parque e incentivar a los inversionistas -tanto del sistema de buses, automóviles particulares o camiones- a la compra de vehículos híbridos que operan con diesel, gas o electricidad y reducen la polución.

Además de que el transporte rebaje sus emisiones, algunos centros de estudios y organizaciones ciudadanas piden optimizar las condiciones para la caminata como medio de desplazamiento, sumado a la expansión de ciclovías, que hoy llegan a 252 kilómetros. Ambas son considerados elementos fundamentales para el futuro. Lake Sagaris, investigadora UC en transportes y directora del Laboratorio Cambio Social, afirma que hay que adoptar un sistema multimodal: “Se puede caminar dos kilómetros hasta el bus, donde se puede avanzar otros 10 o 15 km o más. La idea es dejar el vehículo en la casa”.

Sagaris apuesta porque las rutas para ciclistas sean de calidad, tal como ha sucedido con el plan aplicado en Santiago, donde se han emplazado dos ciclorutas de alto estándar como las ubicadas en Teatinos y Santa Rosa. También valora que el eje Merced-Compañía haya sido adaptado a los peatones y que se esté pensando en zonas calmas, donde los vehículos deben bajar la velocidad para respetar a los caminantes.

Tarificación para evitar tacos

La tarificación vial o pago que deben hacer los conductores para ingresar a determinados perímetros es otra opción que proponen los especialistas. “En una ciudad del futuro es necesaria la introducción de la tarificación por congestión en las áreas con gran demanda. Esto sería elemental en el centro de Santiago y en sectores como ‘Sanhattan’”, dice Marcial Echenique, profesor emérito de la U. de Cambridge. Agrega que él mismo realizó estudios sobre esta materia, pero no obtuvo apoyo político para emprender la medida. Esto desincentiva el uso del vehículo particular.

El auge de los trenes para movilizarse 

Tanto vecinos y alcaldes han abogado por mejorar los viajes hacia comunas alejadas del Santiago a través de trenes. En el Grupo EFE aseguran que iniciativas como los trenes urbanos a Melipilla y Batuco (en estudio de ingeniería) “no son sólo proyectos de transportes”, sino que “contribuyen y son parte del crecimiento y desarrollo urbano de las comunas en las que se inserta el tren”. El proyecto estrella de EFE es el Rancagua-Express, de un costo de US$ 540 millones y unirá la VI Región y Santiago en menos de una hora. Este semestre estará operativo el tramo Alameda-Nos.

Aumento de la red de Metro

Los expertos han llegado a un consenso en que ampliar la cobertura de Metro es una de las respuestas para mejorar el transporte público en Santiago. La construcción de las líneas 3 y 6, que se inaugurarán a partir de 2017, implican sumar 37 kilómetros a la red. El proyecto muestra un 54% de avance físico. Pablo Allard, decano de Arquitectura de la U. Del Desarrollo, dice que “el gran troncal de la ciudad es el Metro, se deben construir más líneas y mejorar las estaciones de trasbordos” para que los usuarios continúen el viaje en bus o en bicicleta.
 
Unir comunas con medios en altura 

El Teleférico Bicentenario es un proyecto que busca conectar la zona comercial de Providencia con Ciudad Empresarial, en Huechuraba, donde hasta ahora se debe llegar a través del túnel San Cristóbal o bien por La Pirámide. La iniciativa contempla emplazar de tres estaciones: Tobalaba, Del Río y Ciudad Empresarial. Se espera que los usuarios puedan recorrer una distancia de 3,4 kilómetros en 12 minutos y que unas tres mil personas podrán utilizar el sistema por hora. La licitación se realizaría este segundo semestre.

Tranvía para conectar el sector oriente 

El tranvía de Las Condes contempla emplazar esa comuna con Lo Barnechea en nueve kilómetros de extensión y once paradas. El servicio comenzaría en el Metro Manquehue y llegaría a La Dehesa. Según el concejal de Las Condes, Felipe De Pujadas, se logró un acuerdo con el Ministerio de Transportes para que el sistema esté integrado al Transantiago a través de la tarjeta Bip, con una tarifa similar a la de Metro. “Será una ventaja para quienes trabajan en el sector oriente”, dijo. El llamado a licitación sería entre abril y mayo, y se espera que esté construido el 2018.