Vecinos de Tunquén piden al ministro Badenier que prohíba obras en la costa

tunquenPor Ó.S. 

Mediante una carta que además fue remitida a la Presidenta:

Según plantean, se han realizado trabajos que podrían dañar gravemente a las especies en la playa y la duna.

A través de una carta al ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, la cual fue copiada además a la titular de Vivienda, Paulina Saball, y al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), un grupo de vecinos de la localidad de Tunquén -en la comuna de Algarrobo, Región de Valparaíso- evidencian su preocupación por una serie de faenas que se están realizando en la zona costera, y solicitan la interrupción y prohibición de los trabajos para evitar un daño en el paisaje y sus ecosistemas.

La misiva también fue enviada a la Presidenta Michelle Bachelet, quien tiene una casa en ese balneario.

En el documento, enviado el 29 de diciembre último, los remitentes exponen que en el lugar existe un humedal declarado Santuario de la Naturaleza y, además, una duna que conserva más de trece especies (el 40% de ellas, endémicas), no habiendo ninguna otra en la región que presente tal riqueza.

Según el escrito, los dueños de los terrenos de la playa son cuatro: Sara Romo, uno de los firmantes, quien es propietaria de un paño de 107 hectáreas que incluye el humedal y pidió que este fuera proclamado santuario; una sociedad inmobiliaria controlada por un estadounidense -que intentó llevar a cabo un proyecto de población con 198 sitios de mil metros cuadrados (cuyo anteproyecto caducó y no se pudo realizar) y que también habría ejecutado otras faenas afectando sitios arqueológicos-; un tercero que comenzó a levantar caminos internos dentro de su propiedad (obras que fueron suspendidas por la Dirección de Obras Municipales de Algarrobo), y un cuarto que no se menciona.

Respecto de los trabajos efectuados supuestamente por el segundo dueño en sectores con valor arqueológico, los firmantes plantean que interpusieron una denuncia ante el CMN, el que ordenó paralizar las obras y cumplir con ciertas exigencias antes de continuar con estas, pero que ello no se habría acatado, pese a que se le advirtió al representante de la sociedad que la remoción o destrucción del lugar podría constituir un delito.

Ante este escenario, los vecinos interpelan al ministro Badenier y le preguntan si él o el consejo de ministros “¿van a aceptar, tranquila y calladamente, la destrucción de todo el patrimonio ambiental de Tunquén? ¿Van a tolerar y aceptar que se invada la playa y la duna de Tunquén, y que esta y los ecosistemas que alberga esa playa sean destruidos por los mercaderes? ¿Cómo se va a justificar, por ese ministerio y los demás que tienen voz en el tema, la destrucción del paisaje y de los ecosistemas, de la flora y la fauna?”.

Luego le piden al ministro Badenier y a otras autoridades a nivel central, regional y comunal que se adopten medidas para impedir la destrucción de la duna y la playa de Tunquén, lo que debiera traducirse en la prohibición de realizar trabajos en el sector, y que se dispongan en un breve plazo las medidas de protección dispuestas por el CMN, ampliando la extensión del santuario ya creado al resto de la zona costera.

Valor
Los remitentes exponen que la duna de Tunquén alberga a más de trece especies (40% de estas endémicas), no existiendo otra con mayor riqueza en la región.