Barrio crítico de la “Manzana 666” recupera su tranquilidad en Viña
Por Audénico Barría, El Mercurio.
Resultados de intervención iniciada en 2010 para mejorar su seguridad:
Comerciantes y vecinos reconocen alejamiento de violencia y de delitos gracias a un mayor control y planes de vigilancia.
A comienzos de 2010, el barrio de la “Manzana 666” de Viña del Mar fue uno de los primeros sectores en ser intervenidos a través del plan “Barrio comercial en paz”, por el alto índice de desórdenes y delitos que registraba.
Cuando fue intervenida esta zona, que comprende las céntricas calles Von Schröeder, Valparaíso, Viana y el pie del Cerro Castillo, había 97 locales con patente para vender alcohol. Algunos acumulaban hasta 10 partes por desórdenes o permanencia de ebrios en su interior.
Hoy subsisten 60 de estos, pero ya no registran tantos desórdenes ni delitos. En lo que va corrido del año han disminuido en un 20% respecto del mismo período de 2014, debido a una mayor presencia policial, existencia de cámaras de vigilancia y otras acciones emprendidas por el municipio, asegura el gobernador de Valparaíso, Omar Jara.
En el primer operativo masivo realizado por Carabineros en el 2010, en el sector hubo 216 detenidos: 87 estaban ebrios y el resto había sido protagonista de riñas, cometido delitos o tenían órdenes de captura pendientes. La PDI desbarató prostíbulos, pandillas y detuvo a Alejandro Veas, el principal proveedor de drogas, con antecedentes de haber sido guardaespaldas de un mafioso mexicano, en cuyo poder se encontraron una escopeta, una pistola, abundantes municiones, seis chalecos antibalas, esposas y balizas.
Las estadísticas de Carabineros destacan que en el primer trimestre de este año, en el plan de Viña del Mar se produjeron 771 delitos, de los cuales 462 fueron hurtos, 101 robos con fuerza y 103 robos violentos. Aún cuando no hay cifras desagregadas, las autoridades aseguran que los menos ocurrieron en el barrio de la “Manzana 666”.
Cinthia Cruz, propietaria de una librería de calle Von Schröeder, cuenta que “antes las riñas y desórdenes en la noche eran muy frecuentes. Los antiguos caserones donde llegaba mucho delincuente de paso han sido demolidos y hoy son edificios”.
Sebastián Ramírez, guardia de un pub, dice que “el público que llega a los locales también ha cambiado. La gente violenta y delincuentes se han ido alejando”.
El presidente de la junta de vecinos, Daniel Cáceres, estima que hay más seguridad, pero el estigma queda y se generaliza por conductas aisladas. “Si quieren menos locales de alcoholes, entonces que la municipalidad no dé más patentes”, expresó.
El Concejo Municipal acordó que si en un año un local tiene tres infracciones, la patente de alcohol se caduca de inmediato.