Basílica de los Sacramentinos pide ayuda para su reparación y suspender las multas

Por Pamela Gutiérrez, El Mercurio.

Dirección de Obras de la Municipalidad de Santiago los infracciona desde hace ocho años:

El párroco Rafael Cáceres busca empresarios para crear una fundación, similar a la que tiene la Basílica del Salvador, para rescatar este emblemático templo de Santiago.

Ocho multas ha cursado la Dirección de Obras de la Municipalidad de Santiago a la Basílica del Santísimo Sacramento, también conocida como parroquia de los Sacramentinos, para exigir la reparación de su estructura. Una situación que tiene al párroco, Rafael Cáceres, pidiendo ayuda al municipio y a particulares para ejecutar las obras, ya que solo instalar un andamio cuesta $8 millones.

Esta basílica, ubicada en Arturo Prat con Santa Isabel, es una de las joyas arquitectónicas de Santiago, solo comparable con la Basílica del Salvador. La parroquia de los Sacramentinos es de estilo neorrománico y, si bien no es una copia, como se cree, está inspirada en la iglesia del Sacre Coeur de París. El templo fue por años el edificio de mayor altura en Santiago y uno de los primeros en construirse en hormigón armado, ya que su autor, el arquitecto Ricardo Larraín, promovía el uso de este material.

El templo, levantado entre 1912 y 1920, fue afectado severamente por los terremotos de 1985 y 2010 y aún quedan restauraciones pendientes. Ello se ha traducido en que los revestimientos exteriores no logran impedir el ingreso de la humedad, que ha deteriorado el edificio.

Desde hace ocho años la Dirección de Obras les cobra en marzo una multa por reparaciones pendientes. La última es del 23 de abril pasado, cuando se ordenó la reparación inmediata de las “cúpulas y esculturas que se encuentran en mal estado de conservación y con posible desprendimiento, implicando daños a terceros”. El plazo perentorio para ejecutar estas obras era de 15 días.

“Solo en armar un andamio para llegar arriba, donde están las cúpulas que están a 68 metros de altura, nos costaría unos $8 millones. Entonces, mi gran preocupación es qué hago”, cuenta el sacerdote.

La Basílica del Salvador ha estado en ruinas desde el terremoto de 1985. Pero una fundación del mismo nombre está gestionando los recursos y ejecutando un proyecto con miras a su restauración. En cambio, la Basílica de los Sacramentinos carece de una institución similar que colabore con ellos. Aunque la iglesia se construyó en una época en que el barrio era aristocrático, hoy la feligresía es, en su mayoría, de escasos recursos.

“Si la municipalidad nos pudiera ayudar, podríamos reparar aquellas cosas que nos están diciendo que arreglemos”, plantea el padre Cáceres.

La congregación está trabajando en constituir una corporación: “Estamos en eso, pero no la hemos inscrito todavía porque faltan personas que nos pudieran ayudar. Es decir, empresarios que puedan hacerse presente en esta corporación para poder reparar lo que falta”, señala.

Precisamente, el peligro de desprendimientos llevó a que en 2010 la Dirección de Obras dictara un decreto de inhabilidad. Según explicó el subdirector de construcción (s), Víctor Gómez, “el representante legal tiene que cumplir el decreto y, en este caso, eso significa no permitir el acceso de público a la iglesia”. De no cumplirse esta disposición, agrega, la parroquia también será objeto de multas.

El párroco explica que dicho decreto se dictó a causa del daño sufrido por la cruz de una cúpula; una cabeza de ángel y dos flores de lis, todas las cuales fueron removidas por el gobierno regional el 2 de marzo de 2010. “Eso nos dio la seguridad de que no había riesgo para los feligreses y tampoco ha habido accidentes”, afirma categórico el religioso.

Tanto así, sostiene Cáceres, que en la administración anterior (la de Pablo Zalaquett) les habían asegurado que dicho decreto dejaba de tener validez una vez que se retiraran los elementos que habían sido considerados como peligrosos.

 Ingresos de esta iglesiaPese a que la parroquia de los Sacramentinos ha sido escenario de programas de televisión y es una de las favoritas para celebrar matrimonios, los recursos no alcanzan ni para financiar el sustento de los sacerdotes.

Ingreso por aporte del 1%: $300 mil aproximadamente.

Aporte de matrimonios : es voluntario, pero en casamientos más pudientes, es de $400 mil pagado en cuotas. En verano se llega a cuatro bodas como máximo al mes y en invierno casi no se hacen.

Cobro por locación: $1,5 millones, que es un ingreso esporádico.

Gasto en mantención mensual : $3 millones, destinado al pago de sueldos de secretaria, sacristanes y auxiliares.