Crecimiento de grandes ciudades convierte en comunas dormitorio a 24 pueblos del país

Comunas dormitorioPor M. V., El Mercurio.

Urbanistas plantean cambios normativos para mejorar su integración:

El informe de política urbana publicado por la OCDE evidenció que estas comunas comenzaron a tener una alta dependencia laboral y productiva de otras zonas de mayor auge. 

Hasta 2005, antes de la transformación del antiguo tren regional de Valparaíso en un metro, la rutina de Sandra Valenzuela (46) era distinta. Si debía hacer trámites los resolvía en Quillota. Lo mismo si tenía que hacer la compra mensual del supermercado o de ropa. “Los uniformes los buscaba siempre allá”, cuenta. Sin embargo, hoy dice que va “muy a lo lejos” a Quillota. Con el metro regional, no demora más de 40 minutos en estar en el centro de Viña del Mar. “Antes iba poco, ahora trabajo allá y voy todos los días”.

Este cambio de dinámica, que ha convertido a Limache en ciudad dormitorio de Valparaíso, no es aislado. Según el informe de política urbana publicado el año pasado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en Chile hay 26 grandes núcleos urbanos que han crecido (e incluso doblado su superficie) en los últimos 20 años. Sobre ellos ya orbitan 24 pueblos o comunas más pequeñas dependientes de ellos, por distintos motivos, como sus mejores servicios de transporte y conectividad, alza de precios de suelos que derivan en expansiones inmobiliarias por “rebase” o el efecto de nuevas fuentes de empleo.

“El crecimiento urbano de Chile puede ser descrito como una mezcla de crecimiento de población en pequeñas áreas urbanas, suburbanización en áreas urbanas medianas y grandes, y dispersión urbana y gentrificación en Santiago. En el norte de Chile, ciudades como Arica, Calama y Antofagasta están creciendo dentro de sus límites administrativos, pero emergentes ciudades dormitorio y suburbanizaciones son ahora visibles”, reseña la OCDE en el documento.

Entre los pueblos que intensificaron su dependencia con centros urbanos mayores están Andacollo (que aumentó su vinculación a Coquimbo y La Serena), Graneros, Doñihue, Olivar y Machalí (dependientes de Rancagua), Rauco (con Curicó), Maule (Talca), San Nicolás (Chillán), Lautaro y Vilcún (Temuco). En el Gran Santiago se generaron “dormitorios” en Colina, Peñaflor, Talagante, Buin, Lampa, Padre Hurtado, Isla de Maipo, El Monte, Curacaví, Calera de Tango, Pirque y San José de Maipo.

Desde el Gobierno, la visión de estas zonas es crítica. “La tendencia a generar ciudades dormitorio se concibió alguna vez como algo positivo, como una manera de organizar la ciudad. Sin embargo, hoy hay una visión contraria porque la historia demostró que generan deseconomía y desintegración social”, afirma la ministra de Vivienda y Urbanismo, Paulina Saball.

Esta mirada la comparte Julio Poblete, urbanista y socio de la oficina Dupla. Señala que “muchas comunas y ciudades dormitorio están conurbanadas con la ciudad principal. Esa fusión física no implica para nada que se gestionen en forma coordinada, sino por el contrario, en Chile es el opuesto. Uno de los casos más complejos es la extensión de Talca al sur, que se ha desarrollado en función de solo un eje vial del cual cuelga una agregación de pequeños loteos. Ese desarrollo al sur desbordó hacia la vecina comuna de Maule, incorporando barrios que solo son accesibles desde la ciudad de Talca, situación que es fiel reflejo de la demencia funcional de ese dormitorio respecto de la ciudad completa que ofrece el trabajo y los servicios”, afirma.

Planificación

Para Ricardo Truffello, geógrafo y académico del centro de inteligencia territorial de la Universidad Adolfo Ibáñez, la generación de ciudades dormitorios responde a una problemática ligada al crecimiento natural de las ciudades y la falta de regulación. “Genera un crecimiento desordenado, generalmente sin mezcla de usos de suelo, porque es solo residencial, en sistemas urbanos que tienen un solo centro”.

Truffello puntualiza que es necesario planificar estas zonas con diversos usos de suelo para generar zonas comerciales, colegios y otros servicios. De esa manera -explica- se puede evitar generar demasiados desplazamientos. También propone que se genere buena conectividad y múltiples modos de transporte “para evitar segregar desde un punto de vista socioeconómico y descongestionar”.

La ministra Paulina Saball complementa que, mediante la Política Nacional de Desarrollo Urbano promulgada el año pasado, se trabaja en las ciudades dormitorio desde el ámbito de la integración social. “Las monofuncionales tienden a atraer a un grupo económico determinado, entonces tenemos ciudades dormitorio para ricos, pobres y para la clase media (…). El hecho de que existan ciudades dormitorio en sí mismo es un factor de desintegración social. Tenemos lugares donde prácticamente la gente no se encuentra con personas de otros grupos socioeconómicos en su ámbito de vecindad”.

Gestión

Diversas medidas prácticas e institucionales proponen los urbanistas consultados.

Mezcla en suelos De esa forma se garantiza contar con diversos servicios que eviten desplazamientos.

Conectividad Con buen transporte se mejora la vinculación de los territorios con la ciudad madre.