Con nuevo tren y universidad, Rancagua busca alejarse de la sombra de Santiago

Por Manuel Valencia, El Mercurio.

Capital de O’Higgins se debate entre robustecer su influencia regional o ser “dormitorio” de la zona metropolitana:

Expertos destacan el crecimiento de la clase media, pero ven como principal problema la contaminación. Su futuro está ligado al desarrollo de una macrozona central.

Poco más de 85 kilómetros, que se traducen en una hora y 20 minutos de viaje, separan a Rancagua de Santiago. La cercanía entre ambas ha marcado el desarrollo y la historia de la capital de O’Higgins a tal punto, que ha debido luchar por una identidad propia y no llegar a convertirse en una ciudad dormitorio del Gran Santiago.

Algo de esta idea volvió a reflotar la semana pasada cuando el ex Presidente Ricardo Lagos señaló que Santiago, Rancagua y Valparaíso debían tender hacia la conformación de un ente único al que llamó “Sanraval”.

A eso se suma la puesta en marcha del nuevo servicio ferroviario Rancagua Xpress, que conectará la ciudad con la Estación Central de Santiago en apenas 50 minutos en el segundo semestre de 2015. El alcalde de la ciudad, Eduardo Soto, opina que esa infraestructura debe ser aprovechada para consolidar a esta urbe como una alternativa de residencia para los santiaguinos. “El futuro del país está dado por el desarrollo de un área metropolitana y, en ese sentido, es importante avanzar en una conexión internacional en el paso Las Leñas. Pero no pretendemos ser una ciudad dormitorio, somos más ambiciosos”, afirma.

Otra característica que marca a Rancagua es la fuerte dependencia de El Teniente. Según el municipio, más del 70% de los empleos depende o se relaciona de alguna forma con la mina de cobre. Esa situación también deriva en que la capital de O’Higgins tiene el tercer ingreso per cápita más alto del país, lo que eleva algunos precios. Por ejemplo, los arriendos en promedio superan los $300 mil, aunque el precio de las viviendas aún es bajo respecto de Santiago, lo que, según el jefe comunal, atrae a santiaguinos a vivir a la zona, especialmente a Machalí.

¿Una debilidad? Soto responde rápido: “Hoy día la contaminación es el gran tema. No podemos esconder la cabeza. No es tan dramático como se ha presentado, pero requiere acciones más coordinadas de la autoridad medioambiental”.

Para Luis Fuentes, subdirector del Instituto de Estudios Urbanos UC, el destino como “dormitorio” de Santiago es positivo para la ciudad. “Con esa cercanía debe aprender a vivir. Las oportunidades que abre la conectividad pueden consolidar la idea de una macrozona central. Rancagua puede presentarse como una gran opción de vivienda para familias de ingresos medios y altos de Santiago. En lo que se debe poner atención es en la segregación que pueda generar que los ingresos más altos se concentren en Machalí”.

Otra obra que miran con atención es la eventual instalación de una universidad estatal en la ciudad, anunciada por el Gobierno. El director del Laboratorio de Ciudad y Territorio de la U. Diego Portales, Genaro Cuadros, dice que si se opta por construir esa universidad, debe potenciarse para retener masa crítica que opta por irse a Santiago: “En Rancagua la clase media ha ido creciendo fuertemente, pero aún son tímidas las oportunidades culturales, esas que complejizan a las ciudades. Le hace falta más universidades, espectáculos y cultura para volverse atractiva por sí misma y no por su cercanía a Santiago”.

La mirada de la OCDE

En el último análisis de las ciudades de Chile, realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Rancagua ocupó el lugar 20 como la más desigual del grupo.

La capital de O’Higgins es también la sexta menos pobre de Chile, pero la décima en la que más crece la pobreza.

En medio ambiente , la ciudad emite 3.000 toneladas anuales de material particulado fino y produce 300 toneladas de basura al año.