Inquietud en vecinos por paralización, atrasos y postergación en construcción de 16 hospitales

Por El Mercurio.

Ayer en Ancud, una de las ciudades afectadas por el aplazamiento de obras, hubo una protesta de 400 personas:

Las principales causas son la reprogramación de licitaciones, la quiebra de las empresas encargadas de su edificación y el retiro de los proyectos.

Barricadas y un taco vehicular de dos kilómetros fueron las expresiones visibles del rechazo de 400 habitantes de Ancud, en la provincia de Chiloé, a la postergación de la construcción del hospital de la zona.

“La licitación del nuevo edificio debía estar lista en noviembre, para que se empezara a trabajar en las obras en febrero o marzo de 2015”, dice Francisco Mutizabal, presidente de los Amigos del Hospital de Ancud. El Gobierno decidió reprogramar la licitación, la que se llevará a cabo al término de su período. Los vecinos responden: están todos los estudios hechos, está el terreno. “Este retraso no tiene justificación”, recalcan.

La movilización de ayer, que se extendía hasta el cierre de esta edición, provocó que algunos pasajeros no pudieran embarcarse en el vuelo de regreso a Santiago, pues la ruta del acceso al aeropuerto, desde Ancud, permanecía interrumpida.

En todo Chile son 16 los recintos hospitalarios que verán retrasada su construcción. Las principales causas de la demora son los cambios en las prioridades de inversión del Ministerio de Salud, el retiro de proyectos que iban a ser realizados a través del sistema de concesiones de obras públicas y la quiebra de las empresas adjudicatarias. Según las proyecciones del gobierno anterior, este año debían iniciar obras 20 hospitales.

Los futuros hospitales de Marga Marga, Quillota-Petorca, Curicó, Linares, Chillán y Sótero del Río salieron de la carpeta de concesiones. En el caso de Ancud, que iba a ser levantado con fondos sectoriales, su licitación fue reprogramada para fines de la actual administración. En tanto, el Gustavo Fricke, Exequiel González Cortés, Rancagua, Puerto Montt y Porvenir presentan retraso en sus obras. Los de Alto Hospicio y Quellón tendrán un cambio de diseño, producto de ajustes presupuestarios. En situación de quiebra están los de Calama y Salamanca.

Además, trabajos pendientes en la Posta Central, cuyos fondos estaban asignados en el Presupuesto 2014, serán concretados recién tras una licitación que se realizaría en 2017.

Las medidas que adoptará el Ministerio de Salud sobre estos proyectos no pudieron ser conocidas, ya que durante más de una semana se pidió el planteamiento de la subsecretaria de redes asistenciales, Angélica Verdugo, pero no hubo respuesta.

Impacto en la población

Maritza Saavedra vive en Salamanca, en la Región de Coquimbo, y tuvo que viajar ocho horas para operarse en La Serena. “Me sentía pésimo, es muy agotador, sobre todo si una va enferma”, relata. Ella no sabe por qué las obras del hospital de su ciudad, que debían concluir el año pasado, están paralizadas, pero sí tiene claro cómo esto le afecta. Maritza no conoce a Cecilia Henríquez (Chillán), a Claudia Martínez (Puente Alto), ni a Leoncia Cortés (Quillota), pero las cuatro tienen en común que sus ciudades han visto postergada la construcción de hospitales que han esperado por años.

“Esto es muy negativo. Nos están pasando a llevar. Vamos a evaluar con los vecinos las acciones que vamos a tomar”, señala Cecilia Henríquez, presidenta de la Unión Comunal de Chillán.

Leoncia Cortés lidera la Unión Comunal de Quillota y advierte que la situación de los futuros hospitales no es conocida por la ciudadanía. “Habían dicho una cosa y ahora salen con otra. Nos hace falta aprender a reclamar y a movilizarnos”, argumenta. Recalca que la medida no solo afectará a la población de Quillota sino que también a otras localidades de la región, cuyos habitantes buscan atención médica en esa ciudad. “Estamos colapsados, porque también viene gente de Limache, La Calera, La Ligua, Papudo, Hijuelas, Maitencillo”, detalla.

Mañalich: “Esto afectará a 6,5 millones de personas”

Más de 6,5 millones de potenciales usuarios del sistema público de salud, considerando tanto población asignada y referida (derivada), serán impactados por el retraso de la construcción de los nuevos hospitales, según estimaciones del ex ministro del ramo Jaime Mañalich.

En el caso de los seis recintos asistenciales que fueron retirados del programa de concesiones por el actual Gobierno, Mañalich explica que rehacer el proceso y ejecutar las obras “demoraría, en promedio, unos cuatro años más, lo que significará que quedarán operativos recién en 2022”.

Considera que es urgente retomar los procesos para contar con nuevos recintos y que todavía es posible revertir algunas decisiones, ya que “la infraestructura hospitalaria del país está absolutamente ruinosa, obsoleta y destruida”. Argumenta que “los estándares de calidad de los hospitales han cambiado y hoy no basta con tomar una estructura vieja y darle una “manito de gato” o normalización”.

Mañalich detalla que un estudio encargado por la Cámara de la Construcción, que compara distintos indicadores de la implementación de hospitales a través del sistema de concesiones de obras públicas versus el modelo de contratos sectoriales, concluye que la primera modalidad, en promedio, presenta costos que son 13,6% más bajos, que el tiempo de demora es 12% menor y que el espacio por cama es 19,5% mayor.