Restauradores de catedrales medievales asumen obras en el Palacio Rioja de Viña

Por Mauricio Silva, El Mercurio.

El 1 de julio comienza rehabilitación de la fachada, interior y parque del museo de artes decorativas de la Ciudad Jardín:

Especialistas formados en el puerto de Valparaíso se integrarán a trabajos de recuperación.

Los muebles de madera de haya y cubiertas de mármol ya están embalados. Y los 60 alumnos del Conservatorio Izidor Handler preparan su traslado, a partir del lunes, a una escuela.

Todo se dispone para que el 1 de julio parta la restauración del Palacio Rioja, el primero de los emblemáticos edificios patrimoniales de Viña del Mar dañados por el terremoto del 27-F que cuenta con recursos para ser rehabilitado. Allí funciona el museo de artes decorativas de Viña.

El Fondo de Recuperación de Ciudades de la Subsecretaría de Desarrollo (Subdere) hará que el edificio de arquitectura historicista recupere el esplendor que en 1920 le permitió hospedar al infante español Fernando de Baviera y Borbón.

Su construcción fue encargada en 1907 por el peninsular Fernando Rioja. Enriquecido por el negocio del tabaco, contrató al arquitecto galo Alfredo Azancot, que se inspiró en el Petit Trianon. Ahora, otros españoles serán los encargados de reparar las grietas y desprendimientos en su fachada y muros interiores que dejó el 27-F, así como las deformaciones y pudrición que el escurrimiento de la lluvia ha causado en sectores de la estructura interior de madera.

Arquitectos y jefes de obras vienen de la península Ibérica. Allí la firma Kalam, que se adjudicó la licitación convocada por el municipio de Viña del Mar, cumplió 23 años de experiencia restaurando palacios reales como los de Aranjuez y La Granja, además de catedrales medievales en Sigüenza, Coria y Cuenca.

En su primera incursión en Sudamérica contratará a restauradores en madera, yesería, mármol y hormigón formados en la sede del DUOC en Valparaíso.

Para la alcaldesa Virginia Reginato, los trabajos están muy vinculados a la memoria de Viña. “Permitirán revalorizar al palacio como parte viva de la historia de la ciudad, junto con sus históricos jardines”, dijo.

En esos terrenos, el hacendado colonial Alonso de Riberos plantó en 1581 las vides que perduraron hasta el siglo XIX y que dieron el nombre al lugar como “la Viña de la Mar”. Tras el terremoto de 1906, Azancot empezó a construir el palacio con una estructura interior de pino oregón, resistente a sismos. El revestimiento exterior de cemento da forma a columnas, balaustradas y frisos que le otorgan la majestuosidad exigida por las prósperas familias fundadoras de Viña del Mar. La diferencia entre su interior rígido y su exterior flexible facilitó las grietas y el desprendimiento de cemento y yeso en su ornamentación.

El director de proyectos en Chile de la firma española, Álvaro Alonso, destaca que la restauración es integral y de gran trabajo artesanal. Reparar capiteles, columnas corintias y pilastras exigirá hacer moldes para recuperar y encajar las formas originales. El costo de la reparación asciende a $2.230 millones.

El objetivo es que la planta noble (piso superior) recupere en plenitud su carácter de vivienda de la belle époque . Allí, los 333 muebles y objetos de arte que Rioja encargó a Europa serán ubicados en su posición original, de modo que su sola presencia conforme el museo de arte decorativo, que se combinará con nuevas exhibiciones.

En el zócalo de servicio habrá una zona de extensión, administración, venta de los tickets y una cafetería.