Opinión: Valparaíso ¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar?

Por Victoria López, Coordinadora de Arquitectura del Área del Desarrollo del Hábitat, de la Oficina de TECHO-Chile, Región de Valparaíso.


Ya van 7 semanas desde que Valparaíso y el país se han visto afectados por una de las más grandes tragedias urbanas de los últimos tiempos. El incendio que afectó a los cerros El Litre, La Cruz, Las Cañas, Mariposas, Ramaditas, Rocuant y al cerro Merced, nos abren una serie de interrogantes con respecto a cuáles serán las soluciones de vivienda definitiva para los afectados y cuales va a ser las medidas de reestructuración urbana y planificación para el momento de la reconstrucción. Según el catastro realizado por el SERVIU, 2491 viviendas sufrieron daños irreparables y 165 con daños reparables.

Como una primera etapa y para abordar “lo inmediato” el Estado ofrece 3 soluciones a elección del afectado: La famosa mediagua o vivienda de emergencia, el subsidio de arriendo y el subsidio de acogida familiar; cada una de estas va acompañada por un bono de enseres de un millón de pesos y una giftcard para la compra de vestuario. Las 3 alternativas tienen sus propias deficiencias, la mediagua es tan solo una “carpa de madera” para poder pasar la noche y guardar las pertenencias. Por otro lado encontrar un arriendo por 150.000 pesos ha sido muy difícil. A pesar de estas fallas, al menos, realmente se están tomando como medidas de emergencia para abordar la reconstrucción y no como la solución definitiva.

Desde ya las últimas dos semanas se han expuesto a través de FLAYER en los cerros, a través de los diarios y en las distintas reuniones con las autoridades, el Plan de Reconstrucción para Valparaíso, como una segunda etapa, a través de 5 tipos de subsidios destinados a las distintas realidades de las familias afectadas.

  • Construcción en sitio propio con pago de subsidios posterior o con pago por avance de obras, para propietarios de viviendas irrecuperables. Este subsidio contempla 600 UF para la vivienda + 300 UF para habilitación + 80 UF en caso de requerir demoliciones + 30 UF para asistencia técnica.
  • Densificación predial o condominios familiares para propietarios de viviendas irrecuperables más otros grupos familiares. Este subsidio contempla 600 UF para la vivienda + 300 UF para habilitación + 150 UF como incremento por densificación + 70 UF para asistencia técnica.
  • Adquisición de vivienda nueva o usada para damnificados de viviendas irrecuperables, que sean arrendatario o allegados o propietarios que habitan en zonas de riesgo no mitigables. Este subsidio contempla 900 UF en el caso de una vivienda nueva y 700 UF en el de una vivienda usada + 30 UF para asistencia técnica.
  • Reparación de viviendas para familias damnificadas con viviendas con daños reparables. Este subsidio contempla 200 UF para la reparación de la vivienda + 15 UF para asistencia técnica.

Cada una de estas alternativas desencadena una serie de interrogantes en la población porteña:

Por ejemplo, en el caso de las dos modalidades para la construcción en sitio propio y la opción de densificación, es necesario primero obtener un permiso de edificación, inscribirse en el registro de damnificados y que resultar beneficiado publicados en la nómina oficial, para luego hacer el inicio de la obra. Entonces, ¿Cuánto tiempo tomara esto? ¿Cuánto dinero les costara a las familias hacer todo este procedimiento previo a la construcción? ¿Dara abasto la DOM de Valparaíso en dar los permisos de edificación y todo lo que estos conllevan? existe una opción de elegir una vivienda tipo que previamente este aprobada por SERVIU, pero ¿cuantos damnificados optaran por esta opción?

Se propone un cronograma donde del 16 al 30 de Mayo es el periodo de difusión de las modalidades de solución, del 26 de mayo al 30 de junio se hará la validación de damnificados para la elección de la modalidad y del 1 al 11 de Julio se hará la publicación de la nómina de las familias beneficiados, pero dentro de estos plazos ¿Dónde queda la obtención del permiso de edificación necesaria para la inscripción al registro de damnificados? Esto quiere decir que, ¿Deben ser ejecutados y desarrollados, tal vez 100 o 1000, proyectos de vivienda y además deben tener su permiso para esta fecha?

Se ha expuesto también que el 43% de las viviendas catastradas están en zonas segura según el PRC y el PREMVAL, esto quiere decir que cerca de 1500 viviendas estaban en zonas de restricción de quebradas o de altas pendientes. Para estos casos se propone que las familias opten por el subsidio de adquisición de vivienda nueva o usada, previa cesión de sus terrenos a SERVIU, ¿Este proceso debe estar efectivo antes de la asignación de subsidios?

Estas soluciones expuestas entran en el marco de las familias propietarias de sus terrenos, pero ¿Qué pasará con los asentamientos irregulares y la tomas de terrenos individuales que están por todo Valparaíso? Considerando que la ciudad nace y crece a través de la autoconstrucción y que es una sus grande esencias, Campamentos como Mesana, El Vergel, Sor Teresa, Tiro al Blanco, Nueva Esperanza entre otros, aún están a la espera de una solución y no solo desde el incendio recién pasado sino que desde hace muchos años.

Es en estos momentos cuando se puede ver con claridad si la organización comunitaria está presente o no, dirigentes de juntas de vecinos y de campamentos, están cumpliendo la labor de ser la voz de los cerros, ellos son los verdaderos conocedores del territorio y de sus necesidades. Ellos arrastran una profunda desconfianza con el Municipio y el Estado, que creció a lo largo del tiempo cuando al proponer y exigir mejoramiento en sus barrios se encontraron con respuesta negativas y ahora se ven enfrentados a una catástrofe pronosticable.

Ahora queda por definir la tercera etapa de la reconstrucción el replanteamiento urbanístico de la ciudad que permita y garantice la habitabilidad, seguridad y resguardo que merece nuestro patrimonio de la humanidad. Y, ¿Qué pasa con el resto de Valparaíso y Viña del Mar que geográficamente sufren la misma vulnerabilidad?

El plan de reconstrucción no solo debería enfocarse en la conectividad de los sectores, la facilitación de acceso a cada uno de las viviendas, en reestructuración de la red de quebradas y en las medidas de mitigación a los riesgos que implica vivir en zonas de altas pendientes y vecino a áreas de vegetación, sino que también deben ser aplicadas en todo el territorio para no encontrarnos nueva mente con algo que lamentar.