Los graves problemas urbanos que provoca el abastecimiento diario del Gran Santiago

Por Eugenio Droguett Fierro, El Mercurio.

Camiones deben competir con autos y locomoción colectiva por la ya colapsada infraestructura vial:

Centro de Transporte de la U. Andrés Bello trabaja en el levantamiento de información del sector para diseñar planificación.

Es una de las cifras que más preocupan a habitantes y autoridades de Santiago: la motorización va a pasar de 1,6 millones de vehículos en 2012 a 2,7 millones o más en 2025, según estudios sectoriales y de investigadores.

En 2013, el INE registró 1.695.442 vehículos motorizados, de los cuales 77.955 son camiones, tractocamiones, remolques y semirremolques, en el transporte de carga en la Región Metropolitana.

Los casi 80 mil vehículos pesados e industriales parecen una cifra muy menor. Pero son responsables del 49% de las emisiones de PM 2.5 de fuentes móviles, “aportan” casi el 25% de la congestión (dato inferido de otras capitales mundiales) y disputan, para abastecer la ciudad, la misma infraestructura ya colapsada con los automóviles y la locomoción colectiva.

El 23 de abril de 2013 fue presentado el Plan Maestro de Transporte Santiago 2025, trabajo de varios ministerios, liderado por la ex subsecretaria de Transportes Gloria Hutt; existe el Foro Santiago 2041 (para cuando la capital cumpla cinco siglos), y varias universidades tienen a sus profesionales buscando soluciones a presente y futuro, dadas las sombrías expectativas para los capitalinos.

Sector desatendido

Para el director del Centro de Transportes de la U. Andrés Bello, Julio Villalobos, “todos los análisis están hechos pensando sólo en la movilidad de las personas -aumento de líneas del Metro (ya se anunciaron los estudios de factibilidad para extender las líneas 2 y 3), más ciclovías, trenes suburbanos, nueva vialidad para el transporte público, etc.-, como si los camiones y la necesidad de abastecimiento de la ciudad no existieran. Este sector está desatendido en calidad y cantidad de información; la ciudad no está siendo pensada para la distribución y su abastecimiento, y tampoco se contempla la logística urbana como tema prioritario”.

Mientras se debate sobre nuevas autopistas, tarificación vial, restricciones de acceso y hasta rebaja al impuesto específico al combustible, el Centro de Transportes de la UNAB apunta sus investigaciones a una mejor logística para la ciudad: “A través de la colocación de sensores en vehículos de distribución, estudios de horarios peaks , dificultades que tienen cadenas para entregar productos a supermercados o almaceneros, datos de clima, días de la semana de mayor o menor congestión, etc.”, explica el experto.

Y agrega que esta información permitirá una toma de decisiones documentada y aplicada al movimiento de mercancías en la ciudad, para optimizar las operaciones logísticas al interior de los centros urbanos.

Esto se complementa e integra con el concepto Smart City, o cómo a través de la tecnología instalada en una ciudad se pueden optimizar los viajes de las personas y de la carga.

Otras investigaciones de la UNAB apuntan a la eficiencia energética del transporte de carga, adaptando protocolos de EE.UU. a la realidad chilena.

Para Julio Villalobos, es urgente caracterizar el sector, saber cómo es. “Se dice que en el transporte hay 39 mil empresas, ¡pero es un muy mal dato del 2003 o 2004! Formalización de sector por medio de una mayor fiscalización en horas de conducción y de las exigencias técnicas vigentes, entre otros; superar el déficit de conductores y mejorar sus competencias y condiciones de trabajo en ruta”.

Un paso importante -añade- es el proyecto de Registro del Transporte, comprometido por el gobierno pasado, considerando que actualmente es un sector estratégico con enormes brechas en productividad que es urgente abordar y solucionar.

180 toneladas de CO2 al año, equivalentes a 45 m3 de partículas, emite un camión pesado al año.

120 km recorre un camión de distribución en “día normal” en Santiago. Un automóvil, alrededor de 40 km.

33% de la matriz energética de Chile (combustible) lo consume el sector transporte.

El comercio electrónico aumenta la congestión

Carmen vive en el departamento 1203 de un edificio en el centro de Santiago. Está feliz porque recibió aquel equipo electrónico que compró por internet. Esa es una cara del comercio electrónico que aumenta vertiginosamente.

La otra la vivieron el chofer y el auxiliar de la firma que distribuyó el paquete. El vehículo repartidor debió entrar a una zona altamente congestionada, sin estacionamientos. Mientras el auxiliar subía, el chofer daba vueltas por el sector gastando combustible, generando contaminación y aumentando la congestión.

“El comercio por internet se caracteriza por entregas unitarias o de poco volumen y en lugares densamente poblados. Es una distribución muy cara”, explica Andrés Bronfman, director de investigación del Megacity Logistics Lab Santiago. La distribución del comercio electrónico es uno de los tópicos que investiga el laboratorio bajo apremio de las proyecciones que indican que a 2020 Santiago albergará a 7,5 millones de habitantes, acercándose al tamaño de una megaciudad, como ya lo son Londres, Beijing o Río de Janeiro.