Los árboles del Cementerio General de Santiago se están muriendo

Por Tomás Domínguez Balmaceda. Arquitecto, Proyecto “Ciudad de los Muertos”

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Quizás sea el parque más antiguo que se conserva aún en Santiago y que le ha dado al Cementerio General su sello paisajístico que lo identifica como un lugar donde los monumentos descansan bajo el follaje, pero en los últimos años y a causa del abandono del municipio, ha muerto una gran cantidad de valiosos ejemplares como es posible verificar en el video.

Se trata de las calles de cipreses plantadas en 1832 y de las avenidas de magnolios, olmos, palmeras chinas, araucarias, jacarandá y otras especies plantadas en 1890 y que conforman aproximadamente 40 hectáreas, 28 de ellas que forman parte del casco Antiguo y están protegidas como Monumento Histórico.

¿Por qué están muriendo?

Esta triste agonía vegetal es consecuencia de muchos factores como el abandono del sistema de riego por canaletas, la venta de los derechos de agua el 2002 (originales de 1821 y para 86 hectáreas agrícolas) por ser considerados por Recoleta como un bien “prescindible”, la prolongada sequía de los últimos años y a ausencia de un sistema de riego actual por camiones o mangueras que al menos asegure la subsistencia de árboles, como lo haría cualquier municipio en cualquier calle de la ciudad. Es suma el Cementerio General ha sido desahuciado por las autoridades y el abandono es consecuencia de que Recoleta no está dispuesto a gastar ni invertir lo mínimo como para que los árboles no mueran. El 2013 el alcalde Jadue anunció la rehabilitación del abandonado vivero del Cementerio, en el marco de una donación de 2000 especies nativas hecha por Conaf. Surge la pregunta ¿Para qué criar nuevos árboles si los antiguos se están muriendo? ¿Con qué van a regarlos? ¿Fue sólo un anuncio para simular interés por la salvaguarda y rescate del Cementerio o en realidad el vivero tiene algún destino?

Durante el verano 2014 partes del Cementerio parecían estar en invierno. Se siguieron sumando árboles muertos y ramas secas por doquier. Vimos caer varias araucarias de avenida Romero esquina Baquedano, en las afueras del mausoleo de la Sociedad Española de Beneficencia (patio 49), especie que es emblema nacional, tarda muchísimo en crecer y configura avenidas monumentales únicas (el Cementerio General también es Emblema Nacional como lo señala el decreto 72-1 del Mineduc).

¿Qué esperar? Pensar en que Recoleta recupere los derechos de agua y restaure el sistema de riego es lo elemental y urgente, pero de acuerdo al historial de conducta del municipio es inconcebible. Más fácil de imaginar es un cementerio abandonado con viejos troncos de árboles secos hundido en un invierno eterno. Lo más realista por ahora será visitar a algún pariente y prender una vela para pedir la intercesión de San Isidro para que comience pronto la temporada de lluvias.