Expertos de Chile y Japón crean modelo que mejora sistema de alerta de tsunamis
Estudio de UCSC y U. de Waseda determina cuánto tardan las olas en llegar a la costa tras sismos.
El 1 de abril, a las 20.51 horas y cinco minutos después de ocurrido el terremoto en el norte del país, se conocía la magnitud del desastre. En ese instante, 2.400 kilómetros al sur, en la Región del Biobío, un grupo de investigadores ponía a prueba por primera vez en Chile la modelación numérica para predecir la hora y la altura exacta de las dos olas de 20 y 40 centímetros que finalmente llegarían a la bahía de Concepción pasada la medianoche.
Su proyección difería en una hora respecto de lo que informaba el SHOA, que representa oficialmente al Estado de Chile ante el Sistema Internacional de Alerta de Tsunamis del Pacífico.
El académico de la facultad de Ingeniería de la U. Católica de la Santísima Concepción y máster of Science en Ingeniería Costera, Rafael Aránguiz, cuenta que el proyecto nació a fines de 2009, con la idea de adelantarse a una catástrofe y mejorar el sistema de alerta existente en Chile. Así es como en conjunto con académicos de la Universidad de Waseda, en Japón, desarrolló los modelos numéricos que revelan las zonas de inundación apenas conocida la magnitud y epicentro de un evento telúrico, basándose en datos del Instituto Sismológico de la U. de Chile o la USGS de Estados Unidos.
La mayor preocupación de los expertos radica en la imprecisión de los sistemas actuales, que pueden provocar tragedias como las ocurridas tras el 27/F.
Aránguiz explica que “luego de ocurrido el hecho en Iquique, la información oficial decía que la primera onda llegaría a las 23.14 a Talcahuano. Yo escuchaba la radio y a las 23.30 la gente ya decía ‘la ola no llegó’ y muchos se disponían a bajar a sus casas, lo que habría sido fatal en caso de olas grandes”.
Mejor al modelo
Si bien el SHOA informa a través de su portal que el estado actual del conocimiento científico no dispone de ningún modelo teórico ni operacional que permita determinar si un sismo es tsunamigénico, ni de qué “tamaño” (magnitud, intensidad o altura de olas) será ese tsunami, el estudio realizado en Talcahuano -según los investigadores- plantea una nueva línea de trabajo, de utilidad al discriminar los eventos y otorgar tiempos de mantención de las alertas preventivas de evacuación en localidades distantes.
“El documento lo revisamos y lo tomamos como antecedente, exponiéndolo al comité comunal de emergencias para tener un parámetro más, que finalmente fue el más exacto”, señaló Boris Sáez, jefe del departamento de gestión integral de riesgo de la Municipalidad de Talcahuano.
El trabajo ya fue validado, modelando el evento ocurrido, lo que permite mayor certeza y calibración a futuro.
Los datos son aplicables en distintas zonas, tanto en Chile como en el extranjero. “Lo que podemos hacer es adelantarnos y generar eventos de distintas características, escenarios creíbles, físicamente posibles, distintas magnitudes, tamaños y profundidades y ver cuáles son los efectos en las diferentes localidades”, señala Aránguiz.
Carencia de información costera
Para ello, sin embargo, el principal problema es la inexistencia de datos de geomorfología, batimetría y topografía de las localidades costeras. “Lo importante es tener antecedentes de las profundidades del fondo marino. En otros países esa información es gratuita. Cuando las necesitas, se baja del sitio web y se utiliza, acá no está disponible ni siquiera en organismos como la Dirección de Obras Portuarias, tampoco hay una normativa de cómo confeccionar las cartas de inundación”, criticó Aránguiz.
En efecto, en Japón los organismos estatales proveen la información estandarizada de todo el borde costero.
A pesar de ello y debido a los resultados, los científicos planean extender las zona de análisis a lo largo de Chile, pues ahora se limitó a los efectos en Talcahuano.