Los desafíos urbanos que Santiago comparte con las demás metrópolis de América Latina

Por Manuel Valencia, El Mercurio.

“El Mercurio” en el VII Foro Mundial de Urbanismo:

Los cambios por los que atraviesa la capital coinciden con procesos que viven las grandes urbes del continente: todas tienen ambiciosos proyectos para resolver déficits cada vez más comunes.

A Samira López una escalera mecánica le revolucionó la vida. Hace poco más de una década, esta mujer de 37 años demoraba dos horas en salir de su casa para iniciar una odisea diaria que incluía esperar un camión, darse de cabezazos en el acoplado del vehículo, dejar a su hijo en el colegio, tomar un bus y caminar dos cuadras antes de llegar a su trabajo en una imprenta.

“Cuando pusieron las escaleras mecánicas guardé tiempo, cansancio y hasta me voy escuchando música. Ha sido una bendición, señor”, dice, mientras acomoda su cartera para dirigirse a hacer trámites al centro.

Esta obra -una red de escaleras mecánicas gratuitas para conectar el sector plano con los empinados cerros de Medellín-, es parte de lo que las autoridades locales llaman “coger los mangos bajitos”: hacer obras urbanas pequeñas que generan confianza para luego ejecutar planes mayores.

Esos proyectos vinieron de la mano de la construcción de infraestructura “dura” de movilidad, como los metrocables (teleféricos), la extensión del metro, ciclovías, bibliotecas públicas, las denominadas “Uvas” (espacios comunitarios en zonas vulnerables) y áreas verdes, que fueron las que permitieron a la segunda ciudad colombiana convertirse en un ejemplo de urbanismo en Latinoamérica.

Pero detrás de los laureles, la ciudad aún vive desafíos que comparte otras urbes del continente, como Santiago, y que la hacen distar mucho de los índices de calidad de vida que muestran sus pares europeas, norteamericanas y algunas asiáticas.

Según datos presentados por la ONU en el VII Foro Mundial de Urbanismo, que esta semana se realizó en Medellín, 472 millones de los 596 millones de latinoamericanos viven en ciudades (79%), pero de ellos, 113,4 millones (24%), habita en asentamientos informales o barrios vulnerables y críticos.

“La desigualdad sigue marcando este continente, aunque los gobiernos se están dando cuenta de que es un problema que debe reducirse. Y eso reside en la educación y en el urbanismo. No hay una bala de plata para hacerlo, pero las ciudades tienen el deber de proveer estructuras urbanas con más espacio para hacerlas más vivibles. Hay que repensar cómo hacer ciudad”, dijo el Nobel de Economía y especialista en ciudades Joseph Stiglitz, presente en el foro.

Tal vez por este desafío común no resuelto, el Foro Mundial hizo evidente que las grandes ciudades del continente enfrentan los mismos dilemas. Al igual que la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, quien asistió al foro, otros ediles, expertos, urbanistas y ministros de la región coinciden en la necesidad de cambios en su institucionalidad, nuevas herramientas para gestionar suelos para viviendas bien localizadas en zonas céntricas y más inversión en movilidad, áreas verdes y equipamiento.

“En Chile debemos resolver varios temas: mucha gente se va a hacer rica a costa de un proyecto financiado por el Estado como el que estamos trabajando con el MOP para cubrir la Norte-Sur. Eso no puede ser, debiese haber una manera en que las grandes inversiones públicas capten las plusvalías que generan y de esa manera se financien. Tenemos que resolver también problemas de desigualdad: no resiste análisis que donde viven los ricos se hagan carreteras subterráneas con parques arriba y en medio de la ciudad tengamos una carretera a tajo abierto. Y esto lleva a un tema de fondo: tenemos serios problemas de institucionalidad para abordar la ciudad. Hoy tenemos una fragmentada en comunas, con recursos y tomas de decisión concentradas en el nivel central, lo que impide resolver problemas de las metrópolis como Santiago”, dijo Tohá.

Esa institucionalidad existe en metrópolis como Ciudad de México, donde se abrió un debate para reformarla. Mientras la capital azteca intenta resolver el paro de un mes en la construcción de una nueva línea de metro, su gobierno metropolitano busca reactivar la figura del alcalde mayor, que solo opera simbólicamente, según Alamira Guzmán, urbanista mexicana. A su juicio, el cargo por sí solo no logra dar cuenta de las complejidades de la ciudad. “Debemos tener otra legislación para obtener más financiamiento”.

Entre las medidas, se está formulando un Programa General de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, que busca consolidar a la capital de ese país como sustentable, dinámica y policéntrica, en palabras del secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de México, Simón Neumann. “El documento estará conformado por ocho ejes: medio ambiente, suelo patrimonio, movilidad, vivienda, espacio público, economía, así como infraestructura y equipamientos. Se hará una consulta pública con especialistas, la sociedad civil y autoridades para luego presentar la iniciativa a la Asamblea Legislativa”, dijo.

En Sao Paulo, en tanto, los desafíos se manifiestan en la administración de una urbe de más de 18 millones de habitantes. El alcalde de la mayor ciudad brasileña, Fernando Haddad, señala como ejemplos que los paulistas generan 12 mil toneladas de basura al mes. “Eso se agrega a problemas como la congestión, que la estamos resolviendo con el metro, más de 500 km de calles segregadas para buses que han permitido ganar 50% de velocidad y darle cuatro horas más de tiempo libre a los habitantes. Ahora buscamos que los transportes individuales paguen un impuesto para subsidiar al público, lo que es difícil, pero necesario”, afirma.

Con la mitad de basura mensual (6 mil toneladas mensuales), Buenos Aires enfrenta otros problemas como el creciente narcotráfico, con redes de sicariato en las zonas periféricas, además de déficit habitacional que se manifiesta en la expansión de villas “miseria”, similares a los campamentos.

Para Joan Clos, director ejecutivo de ONU-Habitat, América Latina debe seguir aspectos del modelo europeo para resolver sus carencias. “Las funciones que el Estado hizo suyas en la Europa del siglo XX, incluyendo el acceso a la vivienda, son algunos retos y compromisos que América Latina debe asumir en su proceso de urbanización (…) En eso deben involucrarse los gobiernos nacionales, no pueden resolverlos solo los alcaldes”, recomendó.

EJEMPLO

En la ONU plantean que Latinoamérica debe mirar la experiencia europea en urbanización.

Lección colombiana

El alcalde de Medellín , Aníbal Gaviria, señala que la clave del “éxito urbano” de la ciudad no fue haber inventado sistemas, sino repensarlos. “Se usaban teleféricos turísticos en todo el mundo y escaleras en centros comerciales, pero nosotros les dimos un uso social e hicimos la diferencia”, asegura.