Hospitales concesionados: expertos coinciden en ventajas del modelo

Por La Tercera.

Académicos, especialistas y ex autoridades dicen que la alianza pública-privada es la alternativa para revertir déficit hospitalario.

Vivian Modak

Hay un déficit importante de infraestructura hospitalaria, lo que se refleja en el plan de gobierno de construir 20 nuevos hospitales, otros 20 en obras y 20 más en proyecto. La historia evidencia que esa meta no puede cumplirse usando sólo recursos públicos. Requiere equipos técnicos para el diseño, construcción y operación, además de un presupuesto muy relevante que no se condice con el históricamente asignado.

En este marco, la asociación público-privada, que aborda parte del requerimiento de infraestructura a través del sistema de concesiones, ofrece una herramienta. El modelo permite que el privado se encargue de los temas que competen a su materia (construcción de infraestructura, equipamiento y mantención a lo largo de la concesión), mientras la autoridad sanitaria provee el servicio de salud y vigila su calidad.

Sergio Bitar

El sistema de concesiones ayuda a la construcción de hospitales públicos, por tal razón, es necesario que se hagan este tipo de iniciativas dentro del país. Este sistema es una fórmula que acelera los recursos y no soy partidario en ningún caso de descartar proyectos.

Durante el primer gobierno de la Presidenta Bachelet, se inició la construcción de dos hospitales en La Florida y Maipú. Creo que estos proyecto deben ser vistos durante su puesta en marcha para analizar sus beneficios y deficiencias. Deberíamos sacar lecciones para que en el futuro no se cometan los mismos errores. Le doy el beneficio de la duda a la ministra de Salud. Sería ideal que el Estado se hiciera cargo de la construcción de hospitales si es que existiese la plata, pero hay eventualidades, como el terremoto de Iquique, que desvían fondos a otras tareas.

Manuel Inostroza

Los sistemas públicos internacionales, famosos por sus logros sanitarios, han buscado mejorar la gestión hospitalaria a través del modelo de concesiones. Los más exitosos son los que han concesionado la gestión clínica y los recursos humanos, integrando atención primaria y secundaria. En Chile su aplicación es más conservadora. Una suerte de leasing o concesión de la construcción, donde el privado hace la inversión y el Estado paga en cuotas. Visto así, este no es el modelo más eficiente en calidad y gestión, pero es el que puede ayudar a cumplir las metas de construcción de este gobierno, que necesita duplicar su capacidad de gasto en diseño y construcción. Si por razones ideológicas se cercena la posibilidad de utilizar la concesión como modalidad complementaria, es imponerse una autolimitación muy grande que pone en riesgo las metas.

Pablo Allard

El sistema de concesión de hospitales permite desarrollar grandes proyectos en menor tiempo y con una mayor capacidad de gestión por parte del Estado, experiencia que a mi juicio se ha visto reflejada en las autopistas y que debería replicarse en cárceles y otro tipo de infraestructura pública, como por ejemplo, los colegios.

El Estado es un buen administrador, por tal, cuando deja de hacerlo, no hace bien su tarea.

Es lamentable que se cuestione el modelo. El retraso de estos hospitales, porque todas las fallas que han ocurrido, han sido por culpa del gobierno, que no ha sabido poner bien las reglas del juego dentro de las licitaciones correspondientes a este sistema, que mejora tiempos, gestión y cumplimiento de objetivos. Hay que regular mejor como se hacen las cosas.

Carlos Plass

Pese a que Salud ha duplicado sus cifras de inversión los últimos años, los recursos son aún insuficientes y hacen necesario recurrir a alianzas público-privadas para resolver el déficit estructural y acelerar el proceso de renovación de hospitales.

En materia de salud pública hay un espacio importante para hacer mejoras, y Chile debe darse la oportunidad de explorar alianzas. Se requiere una discusión profesional y no ideologizada. No debiéramos descalificar anticipadamente esa opción. En pocos años se podrá entregar parámetros comparables para analizar la conveniencia de uno u otro modelo. La experiencia en otros países muestra que la concesión de los servicios no clínicos redunda en prestaciones médicas de mejor calidad y buen servicio, al no distraer a los equipos médicos con temas que escapan a sus competencias y obligaciones.