Fiesta universitaria dio origen al incendio que afectó a la iglesia San Francisco de Valparaíso

Por Mauricio Silva, El Mercurio.

Investigación de Carabineros concluyó que la causa estuvo en parrilla mal apagada, y descartó cortocircuito:

Según las pericias, el fuego comenzó en un asador metálico que estaba en la sala del centro de alumnos de la UCV junto a papeles y ropa. Fiscal dijo que adoptará resoluciones “lo antes posible”.

El sobrecalentamiento de un asador metálico utilizado para celebrar una “peña” en el edificio contiguo, perteneciente a la Universidad Católica de Valparaíso (UCV) fue la causa del incendio que en la madrugada del 2 de agosto de 2013 destruyó por tercera vez la iglesia San Francisco, símbolo del puerto.

Así lo establece la investigación hecha por Labocar de Carabineros de Valparaíso, con apoyo del Departamento de Investigación y Prevención de Incendios del Cuerpo de Bomberos. Se comprobó que el fuego comenzó en la sala del Centro de Alumnos del Instituto de Matemáticas del plantel universitario, y desde allí se propagó al templo, que estaba en las fases finales de su nueva restauración, con un costo de $3.168 millones.

Los resultados de estas pesquisas fueron entregados el 20 de marzo al fiscal de la causa, Ulises Meneses, quien ayer aseguró a “El Mercurio” que resolverá en breve plazo si procede a formalizar bajo una figura de delito o cuasidelito de incendio a quienes aparezcan como responsables.

Según señaló, ahora deberá examinar tanto la participación de los estudiantes en la fiesta como el papel de la autoridad universitaria, ya que quedó acreditado que la actividad contó con su permiso.

“No puedo adelantar juicios. Pero deberé examinar no solo el origen, sino también las eventualidades de quienes participan”, dijo. “Sobre la base de los antecedentes adoptaré las decisiones procesales y penales que correspondan. Como (el caso) no está judicializado, no hay un plazo que me apremie. Ojalá sea lo antes posible”, planteó.

Tesis descartadas

La investigación descartó así la hipótesis de un cortocircuito, la que incluso apoyó el propio rector de la Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, cuando surgieron versiones preliminares que apuntaban a la peña estudiantil que realizó el centro de alumnos como un posible origen del fuego (ver nota aparte).

Sin embargo, las indagaciones de los organismos especializados establecieron que el asador que originó el incendio que alcanzó al templo estaba dentro de la sala del centro de alumnos.

“Con el frío de esa noche, los estudiantes decidieron hacer el asado en su interior, y allí lo encontró Bomberos, junto a una cocinilla”, dijo el fiscal Meneses.

El prosecutor precisó que en la sala había gran cantidad de papeles y ropa, lo que ayudó a la rápida propagación: “Hubo un recalentamiento de la parrilla, cayeron cenizas, y con esa carga combustible el fuego se propagó. La sala cerrada actuó con un efecto chimenea y se quemó por dentro hasta que no dio abasto, y explotó. El fuego tomó la iglesia también”.

Pericias químicas a los sistemas eléctricos del Instituto de Matemáticas y de la iglesia San Francisco descartaron la existencia de cristalización de los cables conductores de electricidad, que son la señal dejada por los cortocircuitos. Análisis similares del Labocar descartaron la presencia de acelerantes derivados del petróleo, confirmando que el episodio obedeció al descuido de los jóvenes.

Al igual que la UCV, cuyo recinto también sufrió daños a causa de este incendio, se hicieron parte en la causa el gobierno regional de Valparaíso y la empresa Basco, que como consecuencia del siniestro vio interrumpido su contrato de restauración. No así la comunidad franciscana, propietaria del templo.

Nueva restauración

La iglesia, construida en 1851, ya había sido destruida por incendios en 1983 y 2010; este último, también cuando era reparada. El seremi de Obras Públicas, Miguel Saavedra, dijo que la nueva restauración deberá esperar a lo menos un año más, ya que debe elaborarse el anteproyecto, y prevé que su costo superará los $3.200 millones. Ello, porque las condiciones estructurales del templo cambiaron y fue estabilizado para evitar su colapso.

Explicó que el seguro cubrió las pérdidas para el gobierno. “Estamos en la etapa de liquidación del contrato con la empresa Basco, a cargo de la obra. Ello permitirá iniciar la reformulación del proyecto”, dijo. La futura restauración, indicó, contemplará medidas adicionales de seguridad, pero que no puede conseguir una iglesia incombustible.

$3.168 millones costaba la restauración. Cuando se quemó llevaba un 70% de avance.

Rector de la Universidad Católica de Valparaíso había llamado a no sacar “conclusiones apresuradas”

El mismo día del incendio, el rector de la Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, había llamado a “no sacar conclusiones apresuradas” ante la molestia de los vecinos del sector de Cerro Barón que entonces ya apuntaban a la actividad estudiantil realizada al interior del Instituto de Matemáticas, como la causa del incendio.

“Aquí se han incorporado elementos que no son relevantes. Efectivamente hubo una peña de estudiantes, que terminó en torno a las 2 y el incendio de acuerdo a nuestra información partió a las 4 de la mañana. (…) Si hay alguna conexión entre los dos hechos debiera aflorar como resultado de las pericias, pero hasta ahora no la veo”, dijo entonces.

La autoridad académica resaltó en esa oportunidad que las dependencias del Instituto de Matemáticas habían sufrido relativamente menos estragos que la iglesia, lo que contrastaba con el hecho de haber sido origen del siniestro. El mayor daños se concentraba en el sector colindante con el templo, lo que también le aparecía contradictorio con otro hecho: “La peña entiendo que tuvo lugar en el patio. Era un asado en las afueras del recinto que resultó dañado”, sostuvo.

El rector Elórtegui decía disponer de información inicial que apuntaba que el incendio había partido fuera de la universidad, aunque se inclinaba por no desechar la tesis de un desperfecto eléctrico en la sala del centro de alumnos. “No se puede descartar que haya habido problemas con un artefacto eléctrico que haya quedado enchufado (…).Si hay un tema eléctrico, no tiene nada que ver con la peña”.

Esa vez, el centro de alumnos de Matemáticas no se pronunció, aunque participantes de la peña indicaron que los 200 asistentes hicieron un fogón en el patio para preparar sopaipillas y vino navegado.