Vivir en el Santiago de 2018: las metas del MOP, Transportes y Minvu para la ciudad

Por F. J. Fuentes, P. Gutiérrez y M. Valencia, El Mercurio. (16/03/14)

Además de sus compromisos, las tres carteras de infraestructura ya bosquejan sus proyectos clave

Los planes de inversión para los próximos cuatro años en los ministerios de Obras Públicas, Vivienda y Transportes apuntan a una particular mirada de la ciudad, un foco que se centra en lo que esperan las personas y en aprovechar el espacio aún disponible. Alberto Undurraga (MOP), Andrés Gómez-Lobo (MTT) y Paulina Saball (Minvu) deberán empujar proyectos como las nuevas extensiones del metro a San Bernardo y Quilicura, sumar más espacio vial y potenciar las tecnologías del transporte y las telecomunicaciones.

El rostro de la ciudad visto desde las alturas

En 2017, cuando el Parque Metropolitano de Santiago cumpla el centenario, el recinto habrá implementado una serie de obras comprometidas desde el gobierno anterior. Entre ellas, la más emblemática es la restauración del teleférico que se espera esté operativo desde junio de 2015.

Para entonces, el retorno del transporte aéreo en cabinas contará con sistema de aire acondicionado, portabicicletas, seguridad y una capacidad mayor a los 12 pasajeros por unidad.

Hacia fines de la actual administración, los santiaguinos también podrán divisar la Torre Antena Santiago, una estructura de 140 metros de altura que busca convertirse en ícono urbano. Concentrará todas las antenas que hoy contaminan las cumbres del cerro San Cristóbal en una sola estructura, provista de un mirador, cafeterías y un sistema de alumbrado de distintos colores.

El segundo espacio para la contemplación urbana de fines de esta década lo aportará la Catedral Metropolitana, que para entonces tendrá dos miradores.

Transporte público y el foco en el usuario

Para 2018, el Transantiago habrá entrado en la fase de la integración y la intermodalidad. La clave, expresó el ministro Andrés Gómez-Lobo, será el desarrollo de nuevos proyectos en forma participativa. Bajo esa mirada se espera que con las obras del Plan Metropolitano de Inversiones para el Transporte Público haya más de 170 km de Metro, con las Líneas 3 y 6 culminadas y operando. Además de las extensiones de Línea 3 a Quilicura; la 2 hasta El Bosque y San Bernardo, y la 4 hasta Bajos de Mena, en Puente Alto.

Adicionalmente, habrá 333 km de nueva vialidad para buses, con pistas exclusivas a la izquierda de la calzada y alrededor de 29 estaciones intermodales, entre las que destacarán las subterráneas de Baquedano y Estación Central.

En el plano ferroviario, se espera que el renovado servicio Santiago Express aporte al menos 30 millones de pasajeros anuales, los que no tardarán más de media hora en viajar desde Rancagua a Santiago. Todo sumado a los taxis eléctricos, que por estos días comienzan a aparecer.

Vialidad y la lucha contra los tacos

Anualmente, la ciudad de Santiago recibe alrededor de 150 mil vehículos nuevos. Según la Secretaría de Planificación del Transporte (Sectra), en la próxima década el crecimiento de la motorización hará que el número de vehículos se duplique, pasando de 1,3 millones de unidades en la actualidad a 2,7 millones en 2025.

De ahí que los principales esfuerzos estarán enfocados en el combate de los tacos, siempre pensando en potenciar la armonía urbana de la capital y la participación directa de los capitalinos en las decisiones respecto de su ciudad.

Por ello, el mapa de Santiago al 2018 ya comenzó a configurarse y el mayor impacto estará en la zona oriente. Ahí, la obra vial de mayor envergadura será el Programa Santiago Centro Oriente, que se comenzó a ejecutar en febrero de 2013 y que, según el cronograma dispuesto por el MOP, habrá terminado en julio de 2017.

Para esa fecha, la rotonda Pérez Zujovic estará remodelada; la Costanera Sur tendrá dos túneles de conexión con Costanera Norte para aliviar los tránsitos al norte y sur. Además, habrá conexiones directas desde el norte del río Mapocho con Presidente Riesco y avenida Presidente Kennedy.

Para las Fiestas Patrias, los conductores que transitarán por Autopista Central, en vez de tomar la Ruta 5 Sur por el actual Puente Maipo, lo harán por nuevos viaductos que reemplazarán la centenaria estructura. Ello, sumado al plan de construcción de terceras pistas entre los kilómetros 51 y 58, permitirá aumentar la capacidad de 2.800 a 5.000 vehículos por hora. Ambas obras estarán ya operativas en 2016.

Si de autopistas se trata, los santiaguinos ya estarán disfrutando parte del nuevo Vespucio Oriente, cuya construcción se desarrollará en etapas hasta 2020, esperándose que el proyecto mute hacia una gran iniciativa que adicione el tramo hoy pendiente: entre Príncipe de Gales y la rotonda Grecia.

En el plano vial público, se espera que la ciudad tenga los corredores de Alameda-Providencia, el anillo intermedio y los ejes de Vicuña Mackenna-Carrascal, Gran Avenida-Independencia, Grecia-5 de abril-PAC-Rinconada y Santa Rosa-Recoleta.

En estos casos, las vías permitirán virar a la derecha y habrá reprogramación de semáforos en las intersecciones críticas.

La interoperabilidad de los medios de pago y masificación de la televisión digital

Gracias a la irrupción de nueva infraestructura de fibra óptica de carácter público, los usuarios accederán a bajo o cero costo a nuevos niveles de conectividad. Así, los usuarios del Transantiago tendrán acceso gratuito a internet en las más de cien estaciones electrónicas de pago cerradas o zonas pagas.

En materia de dispositivos, Metro ya trabaja en un modelo de migración de tecnología para aplicar en la tarjeta BIP, con lo que se espera que los usuarios puedan acceder a sus puestos de trabajo, pagar sus compras en el comercio menor e incluso cargar sus viajes desde su celular.

Del mismo modo, la tecnología TAG estará presente no solo en accesos a malls , sino también a centros de salud, recintos privados y rutas urbanas.

Para 2018, los santiaguinos ya no se asombrarán con las ventajas de la nueva TV digital terrestre, que para entonces ya habrá superado la brecha de la digitalización total.

Y en el nuevo aeropuerto capitalino, que para entonces moverá más de 30 millones de pasajeros al año, los santiaguinos contarán con 120 máquinas para chequeos y sistemas de lectura inteligente de maletas que reducirán la espera a casi la mitad.