Poca fiscalización da luz verde al comercio ambulante en Línea 4

Por Daniela Yanzon, El Mercurio.

Ventas incomodan a pasajeros:

Metro prohíbe este tipo de actividad por la seguridad de sus pasajeros.

Cada mañana, miles de pasajeros de la Línea 4 del Metro de Santiago comparten los reducidos espacios dentro de los vagones con vendedores ambulantes y músicos, que con canciones religiosas, tropicales o clásicas despiertan a quienes se dirigen hacia sus lugares de trabajo o de estudio.

“No corresponde que existan vendedores ambulantes dentro del metro. Afuera hay espacios para que ellos puedan trabajar”, afirma Antonieta Rossel, quien viaja diariamente por la Línea 4. Como a ella, el comercio incomoda a algunos pasajeros, quienes piden mayor seguridad en las estaciones para evitar incidentes y robos.

Los espectáculos tampoco son bien recibidos por algunos viajeros, que quisieran un poco de silencio. “Me molesta porque, por lo general, una viaja incómoda y este tipo de funciones son para apreciarlas con tranquilidad”, dice Ellen Sanzana, quien diariamente toma este tipo de transporte.

Metro tiene prohibido este tipo de actividades para velar por la seguridad e integridad física de sus pasajeros. Por esto trabajan junto con Carabineros para erradicar el comercio ambulante y las actividades que ponen en peligro a sus pasajeros. Sin embargo, quienes burlan la prohibición prefieren la Línea 4 por ser amplia, menos ruidosa y contar con menor vigilancia.

Es el caso de Nicolás Saavedra, Mario Pino y Pablo Matamala, que tocan música clásica en el transporte público desde fines del 2012. Trabajan durante toda la semana y logran generar un sueldo similar al de un trabajo tradicional. “Estamos entregando cultura. La música no solo se toca en los teatros”, señala Saavedra.

Los humoristas, en tanto, prefieren trabajar en las tardes para evadir el control de seguridad y aprovechar el flujo de gente.