Turistas extranjeros realizan su propio arte callejero en muros de cerros de Valparaíso

Por Mauricio Silva, El Mercurio. (15/02/14)

Emergente tour es disfrutado por 80 visitantes al mes:

Durante tres horas recorren algunos de los 200 murales de los sectores altos, donde además participan del pintado.

“Pinté porque me sentí libre. Fue una experiencia hermosa y divertida”, dice la estadounidense Sharon Ahlman, aún con un tarro de pintura en spray en la mano. Enfermera jubilada de Rochester, ciudad del estado de Nueva York (EE.UU.), acaba de cubrir de azul una figura humana dibujada en el N° 129 de la subida Caracoles de Valparaíso.

En su urbe natal no le permiten colorear de esa forma ninguna pared. La nueva experiencia para ella la vivió el pasado jueves al participar, junto a otros 37 visitantes extranjeros, en un nuevo recorrido turístico porteño: la ruta del arte callejero.

La idea de la agencia “Valpo Street Art Tours” es mostrar la parte más hermosa del movimiento underground en la ciudad patrimonial: los más de 200 murales pintados por artistas locales, nacionales y foráneos en los cerros porteños.

Ellos han convertido a Valparaíso en el foco más importante de arte callejero sudamericano, junto a Sao Paulo y Buenos Aires, afirma Álvaro Ramírez, dueño de la agencia.

El fenómeno no ha pasado inadvertido. En su edición del viernes 7, el diario británico The Guardian lo destacó en un artículo dedicado a la vida bohemia y artística porteña.

Los bares, galerías de arte, fotografía y litografías lo convierten, a juicio del medio inglés, en una versión pequeña y latina de Berlín. Y recomienda estos tours como una de las mejores maneras de conocer su arte callejero.

Sammy Espinoza y Cynthia Aguilera son dos de estos pintores urbanos que actúan como guías en los recorridos que parten en la plaza Aníbal Pinto, hacia los cerros Alegre y Concepción.

Sus hitos allí son el paseo y plaza Dimallow, la escalera Caracoles y el taller de ambos artistas en calle Elías. Desde allí, los grupos derivan a otros cerros, como el Cárcel, Panteón, Miraflores o el San Juan de Dios.

Espinoza y Aguilera responden dudas de los turistas sobre materiales y estilos que caracterizan a los diferentes autores. También se esmeran en diferenciar este arte del rayado vandálico que ensucia la ciudad. “Son dos corrientes distintas”, dice Espinoza, enfatizando que solo pintan en lugares autorizados por sus dueños, y muchas veces a pedido de ellos.

La plaza Dimallow, a un costado del ascensor Reina Victoria, es un ejemplo de este contraste. El grupo de 36 turistas provenientes de Estados Unidos y Europa admiran la eclosión de colores que Espinoza y Aguilera ya plasmaron allí.

A pedido del municipio y del hotel que se está instalando en el lugar recrearon el “Bestiario del Reyno de Chile” de Renzo Pecchenino, Lukas: las figuras humanas mezcladas con las de animales con que el Premio Nacional de Periodismo caricaturizó a los tipos humanos chilenos.

Pero un poco más allá, los callejones que llevan a la plaza muestran un aspecto sucio y sombrío debido a los rayados sin sentido con los que están plagados. Los visitantes, que han expresado con aplausos y risas su interés por el trabajo de sus guías turísticos, reparan en ello e insisten con sus preguntas en diferenciar arte de suciedad.

Los tours tienen por objeto introducir en el arte callejero a los neófitos y su precio varía según la duración de los recorridos y el nivel de conocimientos, a través de talleres prácticos, que entrega. Pero también hay servicios destinados a artistas underground extranjeros.

”Damos servicio a gente que no sabe nada del arte callejero y quiere conocerlo. También a artistas extranjeros que quieren contactar a los locales”.

ÁLVARO RAMÍREZ

CREADOR DEL TOUR

”Me gustó pintar y me dieron total libertad para hacerlo. Me gustó mucho la experiencia”.

JEAN GRAVES (80 AÑOS)

TURISTA ESTADOUNIDENSE

RECORRIDO

El recorrido más corto dura cerca de tres horas, y cuesta entre $6 mil y $10 mil.