Alto El Loa busca consolidarse como el nuevo San Pedro de Atacama

Por Mario Rojas Martínez, El Mercurio.

En la precordillera de Calama, a 3 mil metros de altitud:

Una docena de aldeas altiplánicas, iglesias y fortalezas son algunos de sus atractivos.

En Toconce, 110 km al noreste de Calama y a 3.300 metros de altitud, Pascual Yufla pasea a diario entre terrazas de cultivo, en faldeos de cerros cercanos a volcanes y una quebrada de 500 metros.

Cactus de más de tres metros y un puente de la época de la conquista española son algunos de sus atractivos. “Es como nuestro mini Machu Picchu”, dice.

A 77 km de Toconce, la familia Hrepic-Chávez es “fabriquera”, o encargada de resguardar la iglesia de Chiuchiu, construida a mediados del siglo XVII. “Es un trabajo en que mi familia ha estado dos siglos”, cuenta Cristina.

Ambas localidades son parte de la docena de poblados precordilleranos que tienen menos de 2 mil habitantes y que en su mayoría pertenecen o descienden de la etnia atacameña. Todas ellas forman Alto El Loa, en la precordillera de la comuna de Calama. Con más de 50 atractivos turísticos, asoma como el “nuevo San Pedro de Atacama” de la II Región.

En Lasana hay pucarás, o antiguas fortalezas indígenas construidas con piedras. En Cupo, a 3.600 metros de altitud, solo habitan mujeres casi todo el año. En el vecino Paniri solo vive una familia, los Berna.

Caspana se caracteriza por sus canales de regadío. Y Ayquina, donde residen 50 personas, en los primeros diez días de septiembre recibe miles de visitas que acuden a la Fiesta de la Virgen de Guadalupe.

Los atractivos suman petroglifos, tramos del Camino del Inca, volcanes, ríos, fauna típica e iglesias que son Monumento Nacional, como las de Chiuchiu y Conchi Viejo.

Este último poblado, único asentamiento minero de atacameños, comenzó la reparación de su templo en enero. Hace tres años quedó dañado luego que sus muros y campanario de piedras volcánicas y sus paredes interiores, con frescos del siglo XIX, fueran tapados con cemento.

“Es un símbolo para nosotros. El plan costará $170 millones y los trabajos se extenderán por cinco meses”, dice Alejandra Zuleta, directora de la Corporación de Cultura de la Municipalidad de Calama.

Entre los proyectos para potenciar el turismo en Alto El Loa, impulsados por Sernatur, Corfo y el Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec), destacan la construcción de seis miradores, programas de apoyo para artesanas de Lasana, la creación de una escuela de tejido y rutas astronómicas y de turismo étnico.

“Las comunidades de Caspana y Toconce administran el acceso a los géiseres del Tatio, que está más asociado a San Pedro de Atacama. Pero Alto El Loa es un destino emergente, donde hay que habilitar alojamientos y servicios”, afirma Irina Salgado, directora regional de Sernatur.