Qué Leo deja Drugstore y reabre en Av. Pedro de Valdivia

Por Patricio Cofré A., La Tercera. (04/01/14)

Librería conocida por la atención personalizada y sus actividades artísticas inaugura en febrero en nueva ubicación.

Hace 12 años que este espacio dedicado a los libros abrió como una pequeña tienda en Las Urbinas. Gracias a los buenos resultados obtenidos en los primeros años, se mudó un par de metros más allá, a la esquina de esa calle con Av. Providencia. Ahí, en un recinto más amplio, logró transformarse en lo que su dueño siempre pensó para su negocio: un espacio no sólo de venta de libros, sino que de eventos varios, como lanzamientos de libros y tertulias.

Sin embargo, en junio del año pasado, su dueño, Juan Carlos Fau, anunció su cierre, luego de que su arrendador le avisara que alquilaría la esquina a una cadenas de farmacias. Pese a que hubo varios reclamos de clientes, el negocio se concretó igual y su dueño tuvo que buscar una nueva ubicación.

Febrero es el mes en que Qué Leo abrirá nuevamente sus puertas y lo hará en el 040 de Av. Pedro de Valdivia 40, entre Av. Providencia y Nueva Providencia.

La disputa

El traslado no estuvo exento de problemas y polémicas. Antes de abandonar el espacio en la galería Drugstore, Fau inició una disputa legal en contra de los propietarios, la familia Vinagre, para hacer valer la vigencia del contrato de arriendo, que estipula que éste rige hasta agosto de 2014. El litigio aún está en curso, pero se está buscando un acuerdo entre las partes. “No queríamos salir de un lugar simbólico de esa manera, por eso buscaremos llegar a acuerdo con los propietarios para terminar las acciones legales y así cerrar en febrero en el Drugstore. De no ser así, seguiremos hasta agosto con los dos locales, hasta que se termine el contrato”, explica Fau, quien abrirá de todas formas la nueva tienda en Pedro de Valdivia en febrero. “Tendrá las características para mantener nuestro sello”, añade.

El nuevo recinto tiene sólo cuatro metros de ancho, pero 45 de largo. Al final de este lugar, hay una piscina que será utilizada para eventos culturales como tocatas de música, firmas de autógrafos o recitales poéticos.

“Acá es más grande aún, gracias a este gran pasillo, que nos permitirá poner muestras que hoy no podíamos ofrecer, como la de antropología o la de humanidades”, cuenta el dueño.

A esta dirección llegaron en forma casual. “Después de que anunciamos el cierre, un cliente nos dijo que tenía un local desocupado y que podíamos instalarnos ahí si nos interesaba”, recuerda.

El cambio de domicilio implicará transportar los 160.000 libros desde Las Urbinas y se hará de una forma creativa: llevarán los libros en una especie de caravana entre un lugar y otro.