Piscina Municipal de La Cisterna, 1988

Por Pablo Marín, La Tercera.

Archivo urbano:

Se diría que a fines de la década de los 80 había dos “centros” en la comuna de La Cisterna, ambos desplegados en la Gran Avenida José Miguel Carrera. Uno estaba en el paradero 18 y era el “polo comercial” en torno a la estación de Metro Lo Ovalle (terminal sur de la Línea 2), donde destacaban el caracol del mismo nombre, el Cine Moderno y el Bowling.

El otro se hallaba entre los paraderos 23 y 25, constituido como una suerte de centro cívico-administrativo: comercios tradicionales (librerías, heladerías, pastelerías, “flippers”), árboles de cierta estatura y una pequeña explanada para los peatones acompañaban la presencia de la Municipalidad de La Cisterna, en la esquina con la calle Pedro Aguirre Cerda.

Y bajando por esta última, como quien se dirige a la Panamericana Sur, pero antes de llegar al colegio Madre Cecilia Lazzeri y en la vereda opuesta del gimnasio comunal, se encontraba la Piscina Municipal, inaugurada el 30 de mayo de 1925. De importantes dimensiones, su tamaño y equipamiento la distinguía a kilómetros a la redonda (acaso La Florida le hacía el peso por entonces, en el área Sur de Santiago, a la hora de ofrecer un recinto de esas características y dependiente de un municipio).

Era, adicionalmente, un espacio singular de la comuna: un ítem cisternino tan distintivo como el campanil del Templo Nacional San Juan Bosco, la Casa de la Cultura o el monumento a la aviación en el cruce de Gran Avenida con Américo Vespucio.

Y ante la llegada de la época estival, una actividad como el plan de natación podía llamar la atención de la prensa, para no mencionar a los cisterninos presentes, entre participantes, parientes, amigos y curiosos. Hoy, la piscina sigue prestando sus servicios, pero ya no es municipal.