Lanzarán campaña para evitar accidentes en el Parque Metropolitano

Por Darío Zambra, La Tercera.

Con el aumento de deportistas en los últimos cinco años, los incidentes en bicicleta van en alza.

Nina y Lola, las dos perritas border collie del publicista Javier Sanfeliú, se levantan siempre a las 7 de la mañana. Lo hacen para trotar en medio del Parque Metropolitano de Santiago (PMS). Juntos suben por el acceso de Pedro de Valdivia Norte y luego siguen por diferentes senderos del cerro San Cristóbal.

A veces, corren tranquilos en medio del recinto, pero otras tantas, su dueño tiene que protegerlas de los ciclistas. “Bajan a alta velocidad y lo hacen por los caminos exclusivos para peatones. Son un peligro”, cuenta.

Hace un mes, una visitante frecuente del parque, Sonia Selmanovitz, envió una carta a los diarios, relatando un incidente que tuvo ahí: “Ibamos con una amiga por por un sendero escarpado y casi nos arrolló un pedalero. Apenas podía contener su mountainbike ”, relataba.

El director del PMS, Mauricio Fabry, reconoce que en este parque los accidentes provocados por ciclistas van en aumento. En 2012 se contabilizaron 135 y este año, hasta julio, ya se habían producido 123.

“La mayoría de quienes andar en bicicleta por acá lo hacen de forma respetuosa, pero otros se lanzan rápido por las pendientes y pasan a llevar a la gente”, asegura Fabry.Para evitar que estos accidentes sigan aumentando, en noviembre se realizará una campaña y durante cuatro fines de semana (cuando suben más deportistas al cerro). En esas oportunidades, un team recorrerá el recinto en bicicleta y entregará volantes a los ciclistas. Entre los mensajes que se difundirán están el respeto a los peatones, la moderación de la velocidad y el uso obligatorio de casco.

“La campaña apunta a la seguridad y la buena convivencia entre los distintos usuarios por los caminos públicos”, sostiene Fabry.

El problema para que se produzca una sana convivencia entre ambos tipos de paseantes no se suscita sólo en el cerro San Cristóbal, sino en varios lados del mundo, donde el pedaleo se ha expandido. El publicista Javier Sanfeliú dice que esto también pasa en las grandes ciudades, como Berlín y Barcelona.

Adaptaciones del parque

Antes, los santiaguinos iban al Parque Metropolitano casi exclusivamente a pasear, pero hoy suben a hacer deportes. Basta llegar a la cumbre un fin de semana para comprobarlo.

El arquitecto y jefe técnico del PMS, Gonzalo García, entrega un dato que confirma el fenómeno: desde 2009 a la fecha, las personas que pedalean en el recinto se triplicaron.

Es por eso que en 2010 debutó el sistema de segregación de vías entre las 9 de la mañana y la 1.30 de la tarde. Eso significó que el ascenso de autos por el acceso de Pedro de Valdivia Norte quedó vetado. Y aunque sí pueden bajar, deben hacerlo por una sola pista, pues la otra queda expedita para caminantes y corredores (ver infografía).

La medida aún se mantiene, pero ahora se demarcarán algunas vías para indicar que sólo pueden transitar peatones y trotadores por ahí.

La iniciativa partirá antes de fin de año con un tramo de 1,5 metros de ancho señalizado, a lo largo de 12 kilómetros: desde La Pirámide hasta el sector de la piscina Antilén. Las bicicletas y los autos, en tanto, deberán compartir la otra pista.

Fabry explica que una vez que esté terminado el primer trayecto, se definirá en qué otras zonas se implementará este sistema que dará mayor tranquilidad a los caminantes.

Otra de las medidas que tomará el PMS es instalar pasos de cebra y reductores de velocidad en sectores de alta accidentabilidad, como las curvas frente al Jardín Japonés y al Mapulemu, donde la pendiente es acentuada.

Hay usuarios que, incluso, han pedido a través de las redes sociales que se prohíba por completo la circulación de vehículos al interior del parque. Pero su director descarta esa medida.

“Existe una razón legal y es que el Arzobispado de Santiago es propietario de los 100 metros de la cumbre y tenemos que entregarles derecho de paso a sus feligreses. Y muchos de ellos son adultos mayores o discapacitados que sólo pueden subir en auto”, explica Fabry.