Comerciantes de dulces dispondrán de 140 locales en el peaje Angostura

Por Pamela Gutiérrez, El Mercurio.

Proyecto es parte de la construcción de las terceras pistas en la Ruta 5 Sur:

Los puestos contarán con acceso especial para los automovilistas, baños y estacionamientos, en los que trabajarán solo vendedores empadronados.

Para muchos automovilistas, viajar por la carretera, especialmente hacia el sur, implica la tradición de comprar empolvados, masitas dulces y charqui, entre otros productos que se ofrecen en la vía y cuyo repertorio la modernidad ha ampliado hasta incluir accesorios para celulares.

Un negocio en el que muchos comerciantes llevan décadas y que hoy los tiene concentrados especialmente en el peaje Angostura, donde están expuestos a sufrir atropellos, además de las consecuencias de trabajar a la intemperie. Pese a que ha habido intentos por erradicarlos, siguen ahí.

“Nos iban a sacar a todos, pero hicimos una protesta a la orilla de la carretera. Pero eso ya no es problema”, cuenta Jacqueline Tapia, presidenta del Sindicato N°2 de Vendedores, que agrupa a 50 comerciantes.

Y es que, hace algunas semanas, el MOP y la concesionaria Ruta del Maipo anunciaron la habilitación de terceras pistas en la Ruta 5 Sur, entre Acceso Sur y el peaje Angostura, proyecto que incluirá la construcción de 140 locales para estos vendedores, recintos que contarán con estacionamientos y baños para locatarios y clientes. Las instalaciones serán entregadas en comodato una vez que se alcance un acuerdo entre comerciantes, la Municipalidad de Mostazal y el MOP.

Los locales, en el lado poniente, van a estar instalados un poco más al sur del actual peaje. También construirán puestos en el sector oriente, mientras que la plaza de peaje será trasladada tres kilómetros hacia el norte. La construcción de las terceras pistas se iniciará a fin de año y estará terminada en diciembre de 2016, a un costo de US$ 63 millones.

La presidenta del Sindicato N° 2 de Vendedores en Angostura, Jacqueline Tapia, sostuvo que han tenido varias reuniones con la concesionaria y el municipio. “Los sindicatos tienen que estar con su credencial, delantal y chaquetas reflectantes”, cuenta. Su agrupación reúne a 50 vendedores, pero entre los tres sindicatos concentran más de 150 personas.

“Solo los empadronados van a seguir trabajando acá”, explica.

Hasta ahora, los comerciantes no han visto el diseño de los locales, pero sí los planos de dónde estarían. “Hace años que estamos esperando esto”, comenta Juan Carlos Miranda, quien tiene tres años en el sector, mientras que sus hermanas llevan 18 años vendiendo pasteles.

Miranda cuenta que los vendedores corren el riesgo de ser atropellados, sobre todo los que están cerca del tag interurbano, en dirección a Santiago. “La gente que sale del tag lo hace a alta velocidad y nos tiran los vehículos encima. Es gente más pudiente, que no compra pasteles”, comenta. A él mismo le pasaron a llevar el brazo con un espejo.

“Nadie sabe que con este trabajo costeamos la educación de nuestros hijos. Yo mismo estoy estudiando prevención de riesgos”, explica, mientras una de sus compañeras agita un pañuelo para atraer a un vehículo.