La postergada construcción del estadio techado del P. O’Higgins

Por Vanessa Díaz B., Centro de Documentación, El Mercurio. (08/09/13)

Proyectado en 1954 con la intención de ser terminado tres años más tarde, este coliseo solo vio la luz cinco décadas después.

Fue por más de cincuenta años el emblema de los denominados “elefantes blancos” de la capital, el originalmente concebido “Estadio Cubierto Metropolitano” (hoy “Movistar Arena”) fue inaugurado oficialmente -después de múltiples problemas- el 15 de abril de 2006.

Las complicaciones para la construcción de este recinto comenzaron en 1954, cuando diferentes autoridades instalan la idea de un gran estadio techado que estuviera a la altura de lo que ya existía en Estados Unidos y varios países de Europa.

Así, a principios de enero de ese año “El Mercurio” publicaba que en un plazo de tres años se construiría en el Parque Cousiño y que tendría un costo de 250 millones de pesos -de la época- siendo capaz de albergar a 20 mil personas.

Para concretar tan anhelado proyecto fue necesario formar una comisión, la que presidió el entonces ministro de Vías y Obras Públicas, Orlando Latorre, y en la que participaban también, entre otros, los arquitectos Augusto Gómez, Mario Recordón y Guillermo García Huidobro, que tenían a su cargo la confección de los planos.

El objetivo principal de este estadio, según la publicación, era “obtener un escenario adecuado para presenciar y practicar deportes de invierno”.

Sin embargo, los dineros para construir dicha obra nunca fueron dispuestos y un año después Jaime Egaña Barahona, entonces diputado liberal, presenta un proyecto de ley con la intención de financiar los costos de la edificación. ¿Cómo? Mediante empréstitos que serían devueltos a través de un alza en el impuesto a los cigarrillos y a los espectáculos públicos.

Frente a este último punto, surgieron voces contrarias manifestando que era un gravamen excesivo e improcedente.

Pese a los esfuerzos, no sería hasta abril de 1957 y con motivo del Mundial de Básquetbol Masculino, del que Chile sería sede al año siguiente, que los organizadores del evento solicitan al Ministro de Obras Públicas, general Eduardo Yáñez Zavala, que se lleve a la práctica la construcción del proyecto.

Aunque se avanzó en parte de la obra gruesa, esta quedaría inconclusa, ya que los recursos que quedaban para su finalización fueron destinados a la remodelación del Estadio Nacional con motivo del Mundial de Fútbol de 1962.

En la década de los setenta se intenta retomar el proyecto, pero solo se avanzaría en algunas modificaciones, luego pasaría al completo abandono convirtiéndose por años en un lugar para actos delictuales y favorito de vagabundos.

Ya en los noventa y durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle se llama a licitación para concluir las obras y la futura explotación del coliseo.

Actualmente este recinto tiene capacidad para alrededor de unas 17 mil personas y es lugar frecuente para albergar los más variados shows y recitales.