Taltal busca romper aislamiento y ser declarado Zona Extrema

Por Mario Alejandro Rojas, El Mercurio. (31/08/13)

Ubicada entre Antofagasta y Copiapó, es una de las comunas más apartadas del país:

Sus 12 mil habitantes viven de la minería y la pesca. Exigen mejor salud, educación y más viviendas. Todo apegado a la ley.

Ana Pereira (60) ha vivido de allegada más de la mitad de su vida. “Hace 14 años que no construyen casas ni poblaciones nuevas”, reclama. Ella reside en el sector norte de Taltal, localidad de 12 mil habitantes, que depende de la mediana y pequeña minería, y en menor medida de la pesca, sobre todo del congrio.

Es una de las comunas más aisladas del país, ubicada a medio camino entre Antofagasta y Copiapó. A tres horas de viaje de ambas urbes.

Su coterránea, Jimena Castillo (52), vive a media cuadra de la Plaza de Armas. Su diseño es una réplica de la bandera británica y recuerda el auge salitrero de los siglos XIX y XX.

Usa bastones tras ser operada de la cadera y tiene problemas renales. “La semana pasada viajé en bus a las cuatro de la mañana hacia Antofagasta, porque acá no hay especialistas”, cuenta.

En la plaza, Nelson Paredes (55), taxista, aguarda por pasajeros en una localidad sin semáforos y que tiene solo una bencinera. Orgulloso, cuenta que tiene cuatro hijos. Todos nacidos en Taltal, incluyendo a la menor (16). “Ahora es más fácil ganarse el Loto que nacer acá”, dice.

Esta comuna estrenó su movimiento ciudadano hace dos semanas, pero a diferencia de otras localidades del norte, como Calama y Tocopilla, optaron por hacerlo “apegados a la ley”.

“Queremos que nos declaren Zona Extrema”, señala Juan Mediano, vocero del grupo “Despierta Taltal, Despierta”, formado por vecinos, pirquineros, pescadores, transportistas, comerciantes, profesores, estudiantes, entre otros.

“Invocamos la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, sobre participación ciudadana. Reunimos más de las 100 firmas mínimas requeridas para elevar un petitorio al municipio para una audiencia o asamblea pública (se realizó la semana pasada, con 300 personas en el teatro local) ante el alcalde y el concejo municipal. Ahora deberán plantear soluciones a nuestras demandas en 30 días, o nos movilizaremos”, señala.

“Vamos a trabajar con el concejo (municipal). No queremos protestar con neumáticos encendidos, tenemos que ser más inteligentes”, responde el alcalde Sergio Orellana (PRSD).

En Taltal hay contrastes. Hace 14 años que no se construye una población, pero hay obras en ejecución para un centro cultural, con una inversión de $1.866 millones. También hay reclamos por las carreteras, como la semicostera hacia Antofagasta, que en un tramo menor a 40 km registra más de 50 muertos en una década. No hay grandes cadenas comerciales y los bancos escasean, pero es el extremo norte del Sistema Interconectado Central (SIC), que llega hasta Chiloé.

“Nuestro petitorio, como salud, vivienda, desarrollo productivo, seguridad ciudadana y transporte, lo exigimos al Estado. En las escuelas no hay jornada completa, los niños desertan de clases en la tarde porque no hay infraestructura. En el liceo técnico hay maquinarias de última generación, pero no se usan porque los profesores no están capacitados”, reclama Paola Collao, apoderada.

El alcalde Orellana apuesta por “convenios con universidades de Antofagasta para capacitar a los estudiantes locales y el turismo”. Entre los atractivos hay pinturas rupestres, vestigios del mineral más antiguo de Latinoamérica, un hito fronterizo con Bolivia del siglo XIX, el primer puerto chileno donde se embarcó salitre y extensas playas.

Mientras tanto, el movimiento ciudadano le pidió al municipio la presencia en la localidad de los ministros de Salud y Vivienda, para la próxima semana.

$1.400

millones al año recibe el municipio por patentes mineras.

Dos mil

empleos directos genera la minería.

600

familias requieren viviendas.

Seis

médicos generales de zona tiene el hospital. Subirán a nueve.

Tocopilla: bloquean la ruta costera en demanda de vías aluvionales

Tres cortes en el flujo de buses interprovinciales, camiones y vehículos menores ha tenido este mes la carretera costera que conecta las regiones de Antofagasta y Tarapacá, en su paso por la comuna de Tocopilla. El jueves 1 y viernes 2 de agosto hubo un paro comunal de 24 horas, organizado por una asamblea ciudadana local, en demanda por mejoras en salud, educación, vivienda e infraestructura urbana.

El domingo 25 de agosto pasado, luego de una llovizna en la zona, al menos cinco aluviones de barro y piedras, que escurrieron desde la cordillera de la Costa, cortaron la ruta hasta el día siguiente.

El lodo y las piedras pusieron en riesgo las poblaciones Pacífico Norte y Tres Marías, ubicadas en la salida norte de Tocopilla, y por ello bloquearon desde el jueves en la noche hasta ayer viernes la carretera costera durante 16 horas. Utilizaron rocas, escudos humanos y barricadas con neumáticos de camiones mineros. Instalados a la altura del kilómetro 188, exigieron la construcción de vías aluvionales, luego que los desprendimientos pasaran a metros de sus casas.

La protesta fue levantada pasadas las 14:00 horas de ayer, luego de una tensa reunión entre dirigentes vecinales, el alcalde Fernando San Román, y el intendente de Antofagasta, Waldo Mora. Se acordó que en un plazo de un mes comenzará la construcción de una piscina aluvional y una canaleta para detener futuros desprendimientos producto de la lluvia. Los trabajos estarán a cargo del Ministerio de Obras Públicas, con una inversión de $1.800 millones.