Comercio ambulante prolifera en la Alameda mientras municipio alista nueva ordenanza

Nueva normativa de la Municipalidad de Santiago obligará a formalizar los permisos para vender en la vía pública y mejorará el estándar de los puestos en todos los barrios de la comuna.

Por Nadia Cabello, El Mercurio

Zapatos, vestuario de hombre, mujer y niños, artículos de aseo y electrónicos, ropa de guagua, cigarrillos electrónicos para dejar de fumar tabaco y juguetes se pueden encontrar en la Alameda. No es la oferta de las grandes tiendas instaladas en el centro de Santiago, sino parte de la variopinta gama de productos que ofrecen los comerciantes ambulantes que durante el último mes se han instalado allí.

Vecinos, trabajadores y transeúntes habituales del sector reconocen que durante las últimas semanas ha crecido el número de vendedores que llegan con sus telas y productos chinos a emplazarse entre aquellos que sí cuentan con permiso municipal para ejercer el comercio.

Una situación que se da en las veredas norte y sur de la Alameda entre la calle Mac Iver y La Moneda, concentrándose principalmente en el frontis de la Casa Central de la Universidad de Chile y en las cercanías de Estado y el Paseo Ahumada, donde ocupan la mitad de la vereda.

“Uno sabe que en el centro hay un montón de vendedores, pero encuentro que esto ya es mucho. Si tienen de todo para ofrecer”, dice Mario Vargas, trabajador de un banco del sector.

Si bien hay quienes tienen autorización municipal, que es fiscalizada por inspectores y carabineros, la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, explica que todos los vendedores nuevos que aparecieron en la Alameda son ilegales. “No pueden estar con permiso. Nosotros en esta administración no hemos entregado ninguno, ni en la Alameda ni en ningún otro lugar”, asegura.

Para los vecinos, la explicación es simple: varios comerciantes que se instalaban en calles como Bandera, hoy cerradas por los trabajos de la nueva línea de Metro, se trasladaron a una de las arterias con más flujo de personas en la comuna. En esto coincide la edil, para quien “es posible que haya habido un traslado y se hayan corrido para este sector”.

Tohá argumenta que despejar las veredas de comerciantes ilegales es tarea de Carabineros y que el municipio solo puede fiscalizar a aquellos que tienen autorización municipal y pasarles multas si es que no cumplen con las exigencias que se les imponen.

De todas maneras, el municipio está trabajando en una nueva ordenanza de vía pública que tendrá por objetivo ordenar el comercio en las calles. El documento está listo y esperando la aprobación del concejo.

Uno de los cambios que traerá aparejado será la formalización de permisos. “A muchas personas que estaban trabajando con ‘tolerancia’, que no es un permiso sino una carta que se entregaba para que no se fiscalizara a ciertas personas, les vamos a dar la posibilidad de formalizar su actividad”. Junto con ello se establece el tipo de carro que se podrá utilizar, que será transparente y en armonía con el entorno, así como los horarios y los rubros sobre los cuales se podrá comercializar.

______

”Uno conocía a la gente que vendía siempre acá, pero ahora hay muchas caras desconocidas y da susto”.
ANA SALCEDO
TRABAJA EN ALAMEDA CON ESTADO

”Esto ya parece persa. Si venden de todo. Uno se podría vestir entera con lo que hay en la vereda”.
JAZMÍN GUTIÉRREZ
VIVE A DOS CUADRAS DE LA ALAMEDA

“Esto genera más oportunidades de delitos”

No solo vender productos en la vía pública sin autorización es una falta. El subsecretario de Prevención del Delito, Cristóbal Lira, explica que las aglomeraciones que se producen cuando llega comercio a un sector dan espacio a que se cometa otro tipo de delitos.

“Se bloquean las veredas, se generan espacios difíciles de transitar, la gente saca la billetera y el dinero en la calle, todo eso genera más oportunidades de delitos. Hay confusión, lanzazos. Es un problema que hemos visto en varios sectores donde hay comercio ilegal”, agrega.

De acuerdo a las experiencias vistas desde la repartición, además, señala que muchas veces los vendedores que se instalan sin permiso en las veredas se asocian con otros delincuentes. “Uno ha podido observar cómo comerciantes de pronto prestan ayuda a bandas organizadas que actúan en ciertos sectores. Este no es un problema menor, y es algo que hay que combatir”, dice.

A eso se suma la sensación de inseguridad de quienes conviven a diario con este comercio. Ana Salcedo dice que hasta hace unos meses conocía a cada persona que se instalaba fuera de su trabajo, en Alameda con Estado. “Ahora uno ve a gente distinta todos los días y ya no se le tiene la misma confianza”, asevera.

Otra arista la entrega la alcaldesa Carolina Tohá: “Además del comercio ilegal, quien compra allí también está cometiendo una falta y se expone a multas”, dice.