Pueblos sin internet, caminos de tierra y puertos chicos: los escollos logísticos de Chile

Por El Mercurio.

Catastro de las principales falencias en infraestructura del país y las inversiones que se requieren:

Cuanto más pobre es una región, menos caminos pavimentados tiene. En La Araucanía, más del 80% de las vías son de tierra. Valeria Ibarra y Claudia Ramírez Chile necesita ocho puertos nuevos y remodelar los existentes para hacer frente al creciente intercambio comercial y los megabuques que hoy se construyen. El 5% del país aún no tiene redes de comunicación. Eso ocurre en pueblos como Totoral y Pehuenco. Inversiones por más de US$ 60 mil millones requiere el país en aeropuertos, terminales portuarios, carreteras, electricidad y redes telefónicas.

US$ 2.500 millones para pavimentar vías y acercarse al nivel de Nueva Zelandia

En 2010 estábamos muy lejos de los estándares internacionales en materia de vialidad.

El 23% de los caminos estaba pavimentado en Chile, mucho menos que en países como Nueva Zelanda (que tiene una densidad de población similar a la de nuestro país) en que la pavimentación llegaba a 66,2%, según datos de la Cámara Chilena de la Construcción.

La brecha de pavimentación aumenta en regiones más pobres. Por ejemplo, en la Región de La Araucanía, donde la pobreza alcanza al 22,9%, más del 81% de los caminos es de ripio o tierra, y en el Biobío, donde la pobreza llega al 21,5%, hay 72,2% de vías de ripio o tierra, según datos de 2011. (Ver infografía)

Para cubrir las vías que permanecen sin pavimentar, se requieren US$ 1.484 millones, y para el mantenimiento vial otros US$ 1.000 millones, según estimaciones de la Cámara para 2012-2016.

Javier Hurtado, gerente de estudios de la Cámara, asegura que uno de los inconvenientes en esta área es que, en general, las decisiones son centralizadas. “Se fijan las prioridades en torno a grandes carreteras y rutas transversales, pero no se miran las prioridades de las regiones. Por ejemplo, Temuco tiene una gran cantidad de caminos interiores que no están pavimentados”, estima.

En el MOP no precisan el porcentaje pavimentado actual, pero destacan que en la modalidad de caminos básicos (para conservar el trazado y disminuir o eliminar el polvo al paso de los vehículos) se ejecutaron 976 km en 2012, con una inversión de $44.630 millones (US$ 93,13 millones) y que en tres años se han construido 2.513 km de caminos básicos. Al finalizar el gobierno, se habrán construido 1.580 km pavimentados, 3.913 km de caminos básicos y mejorado en 1.646 km los caminos indígenas, detallan.

La ministra de Obras Públicas, Loreto Silva, destaca que el promedio de inversión anual en infraestructura pública que se está ejecutando es de casi US$ 3 mil millones. Agrega que ha sido esencial “establecer una planificación en el corto, mediano y largo plazo, para ir año a año impulsando proyectos que contribuyan al desarrollo social y económico del país. Prueba de ello es que en estos tres años hemos revertido la tendencia a la baja en inversión en infraestructura, cuya ejecución presupuestaria alcanzó su nivel histórico durante el 2012, con un 98,7%”.

¿Vivir como en Alemania? Se necesitan 23 nuevas plantas eléctricas

Cada ciudadano alemán, francés o suizo consume más del doble de la electricidad que usa un chileno. Mientras en el país el consumo por habitante es de 3,3 megawatts, en Alemania es 7,2 megas y en Estados Unidos, de 13,4. Como los requerimientos energéticos van creciendo a un ritmo mayor a 5% al año, el país requiere en los próximos 10 años, para satisfacer esa demanda, de unas 23 centrales nuevas de 400 megawatts (MW), según estimaciones de las compañías eléctricas.

Eso implica adicionar a los sistemas del Norte Grande y el Central unos 9.200 MW a la capacidad instalada que ya hay actualmente, e implica una inversión aproximada de US$ 19.800 millones en plantas eléctricas. Pero no cualquier central. Dicho cálculo considera instalaciones con un factor de planta de 85%, es decir, que se pueda usar casi todo el día, lo que minimiza la utilización de parques eólicos y solares, que por su naturaleza no se pueden usar continuamente y obligan a tener respaldo térmico, es decir, a petróleo o carbón.

A eso hay que añadir las redes que se deben usar para llevar la electricidad desde el lugar que se genera hacia donde se consume, que serían unos US$ 1.000 millones adicionales al 2020, dicen en el Ministerio de Energía. Y si se le suma la interconexión entre sistemas eléctricos del Norte Grande y el Central, son US$ 800 millones más, dependiendo de cómo se haga.

Las compañías eléctricas hacen ver que el consumo no espera. Los electrodomésticos se siguen vendiendo, aunque la cuenta de luz suba.

US$ 30 mil millones para que Pehuenco tenga la misma internet móvil que Rotterdam

En Totoral, el pueblo que se opuso a la central Castilla de Eike Batista, no hay internet y la cobertura de celular es precaria. Lo mismo ocurre en Pehuenco, en La Araucanía. Esos dos pueblos son parte del 5% de las localidades de Chile que aún no cuentan con algún tipo de servicio que los comunique. Lo que viene en la próxima década es que el 100% del país esté conectado -no por teléfonos satelitales, sino por redes inalámbricas o fijas- y que la transmisión de datos, ya sea voz, mensajes, música, imágenes o videos, sea más profunda.

Solo de aquí al 2017, el Gobierno estima que Chile multiplique por nueve el tráfico de datos a través de dispositivos móviles y que al avanzar la década tengamos un patrón de uso similar a los países más desarrollados en el área, como Holanda. Eso supone llegar con 4G al 80% de la población; alcanzar una cobertura del 80% en Banda Ancha Fija, con una oferta de velocidad sobre los 30 Mbps y cerrar la brecha digital en el 20% restante, dice el presidente del gremio Atelmo, Guillermo Pickering.

Eso implicará, de acuerdo a la entidad, una inversión de US$ 30 mil millones entre este año y el 2023, principalmente en aumentar la cobertura de las redes y llegar a esas localidades que aún están aisladas. Pickering señala que es fundamental construir y desplegar las redes de telecomunicaciones, para lo cual se requiere la licitación de la banda 700 megahertz.

Chile, eso sí, lidera en América Latina en todo lo relacionado a desarrollo de telecomunicaciones. A marzo de este año, había 7,29 millones de conexiones de internet y crecieron, entre 2009 y 2013, un 213%, según cifras de Subtel.

Lo que más ha crecido es internet móvil, lo que está estrechamente relacionado al hecho de que en Chile hay más celulares que habitantes: unos 25 millones de teléfonos móviles.

US$ 2.000 millones para más capacidad portuaria

Este año salió al mercado el barco Triple E de Maersk, un megabuque tan largo como ir de la estación de metro Baquedano a Salvador. Esta nave, y otras como ésa, no pueden llegar a ningún puerto chileno, porque no cabe. Para poder hacer frente a buques como éstos y al crecimiento promedio de 7% en el comercio exterior marítimo, “se va a necesitar duplicar la capacidad portuaria actual utilizada”, señala el presidente de Ultramar, Richard von Appen.

Pese a su extensa costa, Chile está lejos de ser una potencia portuaria. El terminal más grande del país, San Antonio, movió menos de un tercio de lo que transportó el más grande en América Latina, Colón (Panamá). El Callao (Perú) movilizó en 2012 un 80% más que San Antonio.

Por eso Von Appen advierte que hay mucho por hacer. “Nuestros puertos deben poder tener el calado, explanada de apoyo y las vías de acceso para tener las productividades que van a exigir los operadores de la nueva generación de buques. Y para ello, la construcción de un puerto de gran escala en la zona central y en alguna medida, en el norte, va a ser fundamental para mantener nuestra competitividad”, estima. Además, “en la próxima década se debieran construir al menos unos 6 u 8 puertos nuevos”, dice Von Appen. Esto implica una inversión de hasta US$ 2.000 millones.

El consultor Andrés Rengifo detalla que urge ampliar San Antonio o Valparaíso; expandir los terminales de Iquique y Puerto Montt y construir un nuevo puerto en la III Región que saque todas las exportaciones mineras. Hoy, por ejemplo, el cobre de Caserones tiene que ir desde Atacama a Antofagasta en camiones.

Aeropuerto de Santiago, a la par con el de Lima y Bogotá

Si un australiano hace más de cuatro viajes en avión al año, un chileno realiza solo uno. Pero esta proporción está cambiando a pasos agigantados.

Por eso el aeropuerto de Santiago ya inició obras para aumentar su capacidad. La inversión, de US$ 70 millones que hará la concesionaria SCL, busca pasar desde 9 millones de pasajeros anuales a 16 millones a 2015. Se sumará la relicitación por unos US$ 716 millones para 29 millones de pasajeros en 2030.

Hoy algunos aviones que aterrizan en Santiago tienen restricciones. Por ejemplo, el Boeing 747-8, que hace viajes intercontinentales non-stop y ha operado siete veces este año en Santiago, para aterrizar o despegar debe tener, como peso máximo, 432 toneladas, cerca de 15 toneladas menos que su capacidad total, explica la Dirección General de Aeronáutica Civil. La relicitación del aeropuerto incluye la “preparación” de pistas para aeronaves de gran capacidad.

El aeropuerto de Santiago tiene competencia en la región. En el aeropuerto Jorge Chávez, de Lima, Lima Airport Partners (LAP) invierte US$ 1.000 millones para recibir a cerca de 30 millones de pasajeros a 2031, explica Juan José Salmón, gerente general de LAP. Y en el terminal El Dorado, de Bogotá, se invertirán US$ 1.100 millones. A 2015, la concesionaria Opain estima 27,8 millones de pasajeros.

A nivel país, la Cámara Chilena de la Construcción proyectó una inversión de US$ 1.070 millones para 2012 -2016. Según Ricardo Mewes, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, nuestro sistema de concesiones debe cambiar para que los aeropuertos se amplíen apenas copen su capacidad.

Pese a las necesidades, la Dirección de Aeropuertos del MOP, que hace la inversión no concesionada, destaca que está desembolsando cerca de US$ 70 millones en 2013 en remozar aeropuertos. Hace obras en recintos como El Loa en Calama.