Falta de recursos frena proyecto en terrenos del ex Mundo Mágico

Por Nadia Cabello, El Mercurio.

Aún hay ruinas del jardín gigante y del “Chile en miniatura” del parque:

El municipio de Lo Prado pretende construir allí un nuevo recinto recreativo, con un skatepark y juegos infantiles.

Los restos del jardín gigante, una de las atracciones del extinto Mundo Mágico, se asoman por las paredes de la Corporación Municipal de Lo Prado. Allí, decenas de neumáticos apilados, botellas de plástico y dos perros cercan los altos penachos con forma de hojas. “Lo tuvimos que clausurar por completo hace un tiempo, porque los niños se saltaban la reja y se metían a jugar. Y como lleva tanto tiempo tirado, podía ser peligroso”, cuenta Pablo Castells, coordinador comunitario del municipio.

Son los terrenos que por 17 años albergaron al primer parque de diversiones del país, que dejó de funcionar en octubre de 2000. El sitio de 5,4 hectáreas pertenece al Serviu y está entregado en comodato al municipio de Lo Prado, pero desde el cierre del parque no ha podido ser intervenido. ¿La razón? La falta de recursos para sacar adelante una iniciativa que permita dar un nuevo uso a esos terrenos.

“Tenemos un proyecto desarrollado de un recinto deportivo-recreativo, que incluiría, por ejemplo, un skatepark , y que mejoraría todo el entorno de ese sector, pero no hemos logrado que el Gobierno Regional nos apoye con recursos durante los últimos cuatro años. Ahora surgió la idea de licitar y concesionarlo. Vamos a ver cómo nos va con los privados”, explica el alcalde de Lo Prado, Gonzalo Navarrete.

Para sacar adelante el proyecto se necesita una inversión cercana a los $600 millones que ha sido discutida en varias oportunidades en el concejo municipal. Por su ubicación estratégica, en calle General Bonilla, cerca del metro Pajaritos, podría ser altamente cotizado por inmobiliarias; sin embargo, el Plan Regulador Metropolitano de Santiago solo permite allí un uso de espacio recreativo y de entretención.

Así, la intervención de un privado se hace más difícil porque les resulta menos rentable que, por ejemplo, participar en la concesión de las canchas que están al lado de los terrenos en cuestión que se pueden arrendar y tener algún tipo de ganancia.

Navarrete reconoce que “mantener los terrenos en las actuales condiciones no nos genera mayores problemas, pero sí es una pérdida porque se podrían aprovechar”.

Mientras no aparezcan inversionistas, seguirán funcionando en el lugar la Corporación Municipal, las rucas mapuches con oferta medicinal y un huerto que está bajo los cuidados de escolares de colegios de la comuna.

Se mantendrán, también, las ruinas de lo que alguna vez fueron el Volcán Villarrica, la cordillera de los Andes y las islas de Chiloé en miniatura, que ya despidieron a los palafitos, los puentes, las playas, la Torre Entel y La Moneda, algunas de las piezas más distintivas de la construcción, que desaparecieron por el paso del tiempo o por los robos que sufrieron en el abandono.

Nuevo uso En la casona donde funcionó una tienda de regalos hoy está la Corporación Municipal.