Los restaurantes y bares de Santiago se adaptan a la Ley Antitabaco

Por Diego Villegas C., La Tercera. (02/06/2013)

En Vitacura, Mestizo habilitó en una terraza un comedor calefaccionado para fumadores. En Plaza Lastarria, hay una “smoking room” al aire libre para 24 personas.

Desde el 1 de marzo pasado, los fumadores deben estar alertas frente a la posibilidad de encender un cigarrillo en un lugar donde esté prohibido. Ese día entró en vigencia la Ley Antitabaco que no permite fumar en espacios cerrados de uso público ni techados al aire libre, si su cubierta se encuentra unida a la construcción del local. Por esa razón, restaurantes y bares han buscado diversas formas para convertirse en espacios libres de humo, como dispone la norma, pero sin perder al público que consume cigarrillos. Medidas que también permitirán paliar el frío y las lluvias de los meses que se avecinan.

En el restaurante Mestizo, del Parque Bicentenario de Vitacura, habilitaron terrazas en los costados sur y poniente con diferentes usos. En la primera, se colocaron sillones para que el cliente salga a fumar. En la segunda, se habilita un comedor para fumadores que cuenta con braseros y mantas como calefacción.

Señales de humo

Con el fin de proteger la salud de los fumadores pasivos y no molestar a sus comensales ubicados en el primer piso, el restaurante Osadía, de Nueva Costanera, ubicó una terraza con sofás y sillas en las que se puede tomar un trago mientras se fuma. Tiene una capacidad para ocho personas.

“Desde que comenzó a regir la ley, no hemos tenido baja en la clientela. Como muchos se quejaban e intentaban fumar dentro del local, montamos la terraza”, dice José Miguel Rebolledo, gerente de Osadía.

En el Paseo El Mañío de Vitacura, La Boquería de Barcelona instaló cinco mesas protegidas con paraguas en la vereda, donde se puede comer y fumar.

“Todos hemos tenido que adaptarnos de la misma forma, porque no tenemos muchas opciones para construir nuevos espacios. Por eso, hemos puesto sillas y mesas para fumadores en el paseo mismo”, explica el administrador Mario Díaz.

También en Vitacura, el Bar Esquina (Vitacura 8587) dispuso dos grandes terrazas para fumadores, en las que se puede tomar y comer. Tienen una capacidad para 50 personas.

Una de las soluciones más innovadoras es la del restaurante Urriola, en Plaza Lastarria. El local oriundo de Valparaíso dispuso una improvisada “smoking room”, al aire libre, a cinco metros del local. El espacio es una estructura metálica de cerca de 20 m2 donde pueden instalarse 24 personas. El lugar permite proteger a los clientes de la lluvia y cuenta con calefactores. Debido a que allí se puede fumar, está prohibida la entrada a niños.

“Este espacio nos favorece, porque somos el único local del bulevar en el que se puede fumar de forma legal y eso nos da una ventaja frente a los otros”, señala la administradora Erengarth Wilenman.

Terrazas con tabaco

En Patio Bellavista, la mayoría de los locales tienen los techos de sus terrazas junto al local. Para solucionar ese problema, el restaurante Lizarrán, de especialidad en pinchos y tapas, dispuso una “plaza” en su entrada por Pío Nono. Cerrada con vallas metálicas, cuenta con mesas y sillas para que sus usuarios puedan tomar un trago y fumar.

Cuando Andrés Celis, dueño del restaurante Bendita Albahaca, de Lo Barnechea, se enteró de que la Ley Antitabaco prohibía fumar en espacios cerrados, también comenzó a buscar una forma para no perder público, ya que en todo su local se encontraba inhabilitado para albergar a fumadores.

“Tenía una terraza debajo de una higuera y le puse mesas y sillas. En estos momentos por el frío, la gente solo va por un cigarro, pero en verano es el único espacio donde la gente puede comer y fumar”, explica Celis.

Para la comodidad de los fumadores todos los locales han invertido en la instalación de estufas especiales para los nuevos lugares al aire libre que han destinado a ese tipo de público.

Fernando de la Fuente, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), asegura que pese a las medidas tomadas por el gremio, la nueva ley generó pérdidas en los locales, ya que los santiaguinos no se adaptaron al cambio y los restaurantes perdieron clientes. “El público dejó por un tiempo de ir a restaurantes al sentirse presionado. Después de un tiempo todo volverá a la normalidad, cuando los fumadores se acostumbren a la ley”, concluye De La Fuente.