El Santiago que no fue

Por Sebastián Sottorff, El Mercurio. (02/06/2013)

Ideas que nunca vieron la luz:

Por diversas razones, hay iniciativas urbanas que no fueron más que imágenes virtuales o maquetas. Con esto, parques, trenes y edificios planificados para la capital jamás pasaron la etapa de “proyecto”.

El centenario de la Independencia fue para las autoridades del siglo XX el momento perfecto para transformar a la capital.

La ocasión entonces no solo incluyó la épica conmemoración de los cien años de vida independiente del país, sino que también la inauguración de varias obras que pretendían hacer historia.

Así, el corte de cinta se proyectó en dos edificios que hasta hoy son un emblema para la capital: el Museo de Bellas Artes y la Estación Mapocho, que en rigor abrió sus puertas tres años después del centenario de la patria. Sin embargo, ambos lugares siguen siendo una postal reconocida de Santiago.

Cien años después, las autoridades promovieron la creación de varias obras para conmemorar el Bicentenario. Algunas se concretaron, otras fueron modificadas y unas simplemente desechadas.

El Mapocho navegable, la llamada ciudad Bicentenario de Cerrillos y un plan maestro sobre ciclovías son ejemplos de iniciativas que terminaron siendo distintas de lo originalmente proyectado.

La galería de proyectos que no vieron la luz se complementa con un truncado plan para instalar una torre de 257 metros en el Parque de los Reyes, un tren ligero entre La Dehesa y Providencia, el traslado de la Plaza Italia o el soterramiento de la Alameda.

Todas estas ideas quedaron en el recuerdo y no fueron más que renders o maquetas virtuales que nunca han podido concretarse.

El parque en Bellavista que todavía no se concreta

Áreas verdes, espacio para los artesanos, un anfiteatro y salas multiuso. Todo coronado por una estatua de Juan Pablo II de casi 14 metros. Ese fue el proyecto que iba a materializarse en Bellavista, frente a la Facultad de Derecho de la U. de Chile. Pero hasta hoy no se concreta.

Y pese a que la polémica escultura será finalmente instalada en Puente Alto, el resto del proyecto aún sigue en carpeta. El municipio de Recoleta declinó referirse al retraso de estas obras.

La torre de los doscientos años

La idea era revitalizar un sector del Parque de los Reyes que por años se mantuvo abandonada y asediada por la basura. Para eso, el municipio de Santiago ideó en 2002 un proyecto que además de cines, restaurantes y tiendas, incluía la construcción de una torre de 257 metros que sería la más alta de Sudamérica. La estructura contaría con un mirador panorámico, y para su materialización de se realizó un concurso internacional en la que participaron 178 propuestas. De todas ellas, fue el proyecto de los arquitectos Nicolás Loi y Benny Dvórquez el que finalmente ganó, pero que nunca se levantó. Razones económicas y poca rentabilidad social estuvieron entre los factores que influyeron en la cancelación de la iniciativa.

“Era un proyecto internacional en el que participó mucha gente. Creo que los chilenos y la ciudad fue la que finalmente perdió, porque el Bicentenario era una gran oportunidad para levantar estos símbolos”, explica Dvórquez.

La Alameda subterránea

El proyecto original de la Plaza de la Ciudadanía no solo consideraba la creación de un moderno centro cultural bajo La Moneda, sino que, además, incluía el soterramiento de la Alameda frente al palacio presidencial. La idea era generar una gran explanada que conectara todo el Centro Cívico de la capital, pero esto -finalmente- se desechó.

La utilidad, los costos económicos y el caos vial que se provocaría por el cierre de esta avenida estuvieron entre los factores que influyeron en esta decisión.

De hecho, actualmente se trabaja en la fase final de un remozamiento incluido en el programa “Legado Bicentenario”, que solo considera una nivelación de las calzadas, y no la construcción de un paso bajo nivel en este sector. Se proyecta que las obras comiencen en julio de este año.

Una futurista estación intermodal

En Matucana, justo frente a la Quinta Normal, se pretendía construir la más grande “estación de intercambio modal” de la capital, un moderno complejo para complementar el Transantiago.

El recinto consideraba la implementación de varias instalaciones y servicios, pero la posibilidad de combinar el metro con un tren suburbano hacia Melipilla era, a todas luces, su mayor virtud.

El proyecto se presentó el año 2005, pero nunca se pudo materializar, pues se decidió extender el metro hacia Maipú y hubo poco interés de los privados. De hecho, se requerían unos US$ 22 millones para poder levantarlo.

Finalmente, una parte del terreno considerada para la construcción de esta futurista estación fue destinada al Museo de la Memoria y, hoy, gran parte del área expropiada sigue estando abandonada, levantando las críticas de quienes viven en el sector.

El traslado de la Plaza Italia

Reubicar un hito urbano como la Plaza Italia es una tarea difícil de imaginar, sobre todo porque se trata de un sector emblemático, reconocido por todos los que viven en la capital.

Sin embargo, el municipio de Providencia propuso hace tres años relocalizarla a unos cien metros al oriente para construir un corredor para el Transantiago por avenida Providencia y unir el parque Balmaceda con el Forestal. La idea no prosperó. “Es una idea que no tiene sentido, sobre todo porque este lugar es reconocidamente patrimonial para todos los santiaguinos”, explica el urbanista Iván Poduje.

De La Dehesa al centro, en tren

Más de 15 años de evaluaciones tuvo que pasar el “Tren del Río” para ser considerado por el MOP. Finalmente fue en 2008 cuando la Coordinación de Concesiones recibió el proyecto, que consideraba la construcción de más de siete mil estacionamientos y ocho estaciones que conectaban Sanhattan con la avenida El Rodeo en Lo Barnechea. Todo en unos veinte minutos. “La idea era que la gente dejara el auto en la casa y se moviera con este medio de transporte”, explica Jean Pierre Oliger, el arquitecto que ideó este tren.

Pero no prosperó. “Fue por una mezcla de cosas. Falta de voluntad política y de incentivos, y un sistema de transportes que sigue complicado”, explica Oliger, quien además detalla otro factor en contra: el tranvía que se pretende construir en Las Condes.

“Mientras no se sepa qué va a pasar con ese proyecto, nuestra iniciativa está en una etapa de congelamiento. Nunca hemos desistido y más temprano que tarde resolveremos su destino. Pero dependemos de este y otros factores para ver qué es lo que va a pasar”, agrega.