Tren Arica a La Paz cumple 100 años con tramo chileno operativo

Por Víctor Fuentes Besoaín, El Mercurio. (11/05/2013)

Presidente Piñera participará en viaje de reinauguración:

Cancillería invitó a Evo Morales a ceremonia que se realizará este lunes 13, pero autoridades bolivianas no respondieron.

Nora Ventura hace más de un mes barre y sacude las instalaciones de la ex estación Arica del Ferrocarril a La Paz y sabe que está contra el tiempo: mañana tiene que tener todo listo ya que este lunes 13 de mayo se cumplen 100 años de la inauguración del tren binacional y las principales ceremonias de conmemoración se efectuarán en ese edificio. El trabajo de mantenimiento y limpieza la ha hecho muy feliz, porque le ha permitido reconectarse con su padre y su abuelo, ya fallecidos, quienes fueron trabajadores ferroviarios.

El 13 de mayo de 1913, el Presidente Ramón Barros Luco tuvo la misión de inaugurar el servicio. Su puesta en marcha dio cumplimiento a una de las cláusulas del Tratado de Paz y Amistad que Chile y Bolivia suscribieron en 1904, veinte años después de concluida la Guerra del Pacífico, la que buscaba facilitar el comercio exterior del país altiplánico.

Los festejos para conmemorar el centenario del tren comenzaron en abril, con un concurso de pintura escolar, y anoche se realizó una sesión solemne en el Teatro Municipal, organizada por la Asociación de ex Ferroviarios. Las actividades prosiguen entre hoy y el domingo 19 de mayo con el maratón “Centenario Ferrocarril Arica a La Paz”, la presentación del libro “100 años de historia”, con fotos que retratan el desarrollo de este transporte, una misa de acción de gracias en la Catedral de San Marcos y un desfile a los pies del Morro de Arica.

El intendente de Arica, José Durana, señaló que el transporte se encuentra listo para recibir la certificación en las próximas semanas y comenzar el traslado de carga a través de los 206 kilómetros del tramo chileno. “La línea está 100% operativa y este lunes toda la ciudad podrá ver al tren circulando por Arica”, indicó.

Desde diciembre pasado, diversas locomotoras y carros realizan viajes de prueba entre Arica y Visviri. Para probar la resistencia de la vía, trasladan restos de las faenas que permitieron la rehabilitación de los rieles y durmientes de la línea férrea y la remediación ambiental de la vía, contaminada por los metales pesados que por décadas fueron transportados desde Bolivia hasta el puerto de Arica sin ninguna medida de seguridad.

En las actividades, que se realizarán este lunes en Arica, estarán presentes el Presidente Sebastián Piñera; el canciller Alfredo Moreno; y el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, quienes participarán en el viaje de reinauguración.

El recorrido comenzará en el terminal marítimo y concluirá en la estación Poconchile, ubicada a 37 kilómetros de la ciudad de Arica.

La Cancillería chilena invitó a los actos de celebración del centenario del ferrocarril al Gobernante boliviano, Evo Morales, pero hasta la fecha no ha recibido respuesta de las autoridades de ese país.

El tren dejó de funcionar en 2005, luego de la quiebra de la empresa boliviana encargada de su administración. Antes, en 2001, también había visto interrumpido su funcionamiento producto de los daños que sufrió la vía a causa de las lluvias que se producen en el altiplano.

El ex ferroviario más longevo del tren binacional

Liborio Leiva comenzó a trabajar a los 17 años en el Ferrocarril de Arica a La Paz. Partió en 1937 en una cuadrilla que construyó las piscinas de acopio de metales de la Maestranza de Chinchorro. En sus casi 40 años como operario, conoció a fondo el trabajo. “De vías y obras pasé a cañerías. Luego a gasfitería y, finalmente, a máquinas. En esta última jubilé como jefe de sección”, relata.

Su carrera estuvo a punto de truncarse al tercer año. En un partido de fútbol junto a sus compañeros sufrió una grave fractura. La lesión se agravó y en la Navidad de 1939 le amputaron la pierna derecha a la altura de la rodilla. Aunque le ofrecieron “trabajos más livianos”, prefirió seguir en terreno y jamás utilizó la silla de ruedas. “No acepté ser portero, yo quería seguir en mi oficio, primero como mecánico de banco, y después como tornero, fresador y matricero”, rememora.