El “Transantiago” de 1949

Aumentar el valor del transporte colectivo en una “chaucha” bastó para que diferentes grupos de personas se manifestaran unidos en contra de una medida que consideraban injusta.

Por Vanessa Díaz, El Mercurio

Desde el inicio de su implementación, en febrero de 2007, el Transantiago generó críticas de sus usuarios y se produjeron manifestaciones espontáneas ante la falla del servicio. Un descontento que las autoridades han combatido con diferentes medidas, pero que está lejos de ser patrimonio exclusivo del actual plan de transportes capitalino.

El 12 de agosto de 1949 el anuncio de que se subiría el pasaje de la locomoción colectiva en 20 centavos (una “chaucha”), dada a conocer por el entonces director general de Transporte y Tránsito Público, general Óscar Reeves, no cayó bien entre los santiaguinos, especialmente estudiantes y obreros.

La medida también incluía una tarifa nocturna que implicaba que el valor -a contar de las diez de la noche- se elevaba de $1,6 a $3, lo que fue públicamente cuestionado por el personal hospitalario. Agrupados en la Confederación de Sindicatos de Beneficencia, estos argumentaban que sus turnos de salida y entrada se daban justamente en horario nocturno, lo que gravaría considerablemente sus sueldos.

Por su parte, los estudiantes -junto a representantes de gremios obreros y de empleados- expresaban su malestar durante una visita realizada a este diario. En ella, los primeros señalaban que iniciarían un paro estudiantil en las dos universidades que existían en aquella época para mostrar su desacuerdo con el alza que afectaría el bolsillo de sus familias ya que, en promedio, se tendría que contar con un presupuesto de casi ochocientos pesos mensuales exclusivamente para la locomoción.

Los segundos decían que los choferes de microbuses ponían en práctica el horario nocturno a partir de las 8:00 de la noche y que pese a los reclamos a Carabineros, nada se lograba. Además denunciaban la mala calidad del servicio, ya que las aglomeraciones y el atochamiento de los pasajeros de pie eran constantes.

El malestar se extendió a las esferas políticas y fue el entonces senador y ex Presidente de la República, Arturo Alessandri Palma, junto a los regidores de la Municipalidad de Santiago Jaime Egaña Barahona y Luis Ugarte Salazar quienes acusaban la ilegalidad de la medida adoptada por el general Óscar Reeves.

Esto, porque el alza en el valor del pasaje se efectuó antes de que el decreto que lo indicaba fuera publicado en el Diario Oficial. Además, las facultades para variar las tarifas de la locomoción colectiva correspondían en ese entonces y por ley solo a las municipalidades.

Como el Gobierno hacía caso omiso a las demandas de los capitalinos, las protestas fueron aumentando y recrudeciendo la violencia. Entre los días 16 y 17 de agosto, fuertes enfrentamientos entre la policía y manifestantes dejaron muertos y heridos, en un hecho que posteriormente sería conocido como “La revolución de la chaucha”.