Vecinos se organizan y recuperan plazas en manos de los delincuentes

Por Sebastián Sottorff, El Mercurio.

Iniciativa ciudadana:

Con ayuda de la Fundación Mi Parque, varias comunidades de la Región Metropolitana están participando en el diseño y construcción de áreas verdes en sitios abandonados.

Hace más de una década, el pasto que hoy embellece la plaza central de la Villa Centenario de Colina no era más que un montón de tierra. Y sobre esa tierra, decenas de traficantes y delincuentes se apropiaban día a día de un sitio que por lo mismo los vecinos rehuían.

“Era penoso ver que cerca de nuestras casas había un terreno botado, que se prestaba para el consumo de drogas o incluso balaceras”, explica Judith Huala, presidenta de la junta de vecinos de la población.

Fue la propia dirigenta quien luego de golpear varias puertas sin resultado decidió tomar medidas y alejar definitivamente a los “elementos peligrosos”. Fue así como convocó a otros residentes, y junto a la Fundación Mi Parque transformaron el peladero, que tantas preocupaciones les traía, en una plaza para todos los vecinos. “Al principio costó convencer a la gente, pero finalmente el año pasado nos pusimos de acuerdo y lo diseñamos. Nosotros mismos construimos la plaza y recuperamos un espacio para todos”, explica Huala.

Algo similar ocurrió en la Villa San Luis de Renca. Además de la delincuencia, un extenso terreno servía para que varios narcotraficantes se reunieran. Eso ahuyentaba a los niños, y un espacio con mucho potencial estaba botado. “Nos pusimos las pilas, porque queríamos cambiar el barrio. Hoy, todos los vecinos agradecen el espacio, porque hermoseó la villa entera. Y con eso nos sentimos más seguros”, explica la presidenta de la junta de vecinos, Rosa Claro. Fueron ellos mismos, junto a un grupo de voluntarios de la fundación, quienes plantaron los 56 árboles que hoy adornan la plaza, los 700 m2 de pasto, e instalaron el circuito de juegos para niños, máquinas de ejercicios y varias mesas de ping-pong .

“Los vecinos participan en la elección de los árboles, los juegos y los mobiliarios. Después construyen la plaza, y eso ayuda a que sientan el espacio como propio. La idea es que se empoderen y cuiden el lugar”, explica Max Correa, coordinador de proyectos de la Fundación Mi Parque.

Para comprobar los efectos de la plaza sobre la comunidad, la entidad realizó una encuesta que refleja las externalidades positivas que conlleva la construcción de estas áreas verdes. ¿Las conclusiones? Un 78% de los vecinos se siente más orgulloso de su barrio, un 63% confía más en sus vecinos, y un 56% ve a su villa más segura.

“Tras la construcción de las plazas, las comunidades se potencian y se da una relación más estrecha entre los residentes”, agrega Correa. Un tema que se debatirá mañana en el seminario “¿Después del verde qué?”, en el centro cívico de Vitacura.

La escasez de estos espacios preocupa a los ciudadanos. Así lo demostró la Encuesta de Seguridad Ciudadana (Enusc) realizada en 2012, en la que para un 3,7% de los encuestados la falta de espacios públicos es la principal causa de la delincuencia.

Por ese motivo, la Subsecretaría de Prevención del Delito anunció el año pasado la construcción de 168 plazas en todo el país. La iniciativa, con un costo sobre los $6 mil millones, busca recuperar sitios eriazos, microbasurales o áreas verdes sin mantención para devolverlas a la comunidad. Un ejemplo de esa recuperación se está generando en San Bernardo, donde el municipio gestiona la construcción del Consultorio El Manzano, que busca terminar con uno de los basurales clandestinos más grandes de la capital.

Evidencia

En la última encuesta Enusc el 3,7% de los chilenos declaró que la falta de espacios públicos genera delincuencia.

78%

de los vecinos se sienten más orgullosos de su barrio, tras la construcción de una plaza.

63%

de los residentes dice que la creación de un parque genera más confianza entre ellos.

56%

de los pobladores cree que un área verde mejora la seguridad de los barrios.