Las ideas por transformar la cara de zonas con alto riesgo social

Por Enrique Elgueta, Pulso.

Hace unos días se llevó a cabo la segunda versión de Emprendimiento Social BBVA, una iniciativa que gracias al trabajo conjunto de otras instituciones busca encontrar emprendedores líderes en zonas de riesgo social. ¿El resultado? Jóvenes con hambre por materializar sus sueños y, sobre todo, con una desarrollada concepción de lo sustentable.

Dicen que el bichito del emprendimiento no conoce de estratos sociales ni de barreras culturales. Afortunadamente, en el país existe evidencia de ello, no sólo gracias a las ideas frescas de jóvenes con hambre por materializar sueños, sino, al casi imprescindible apoyo del sector privado y políticas públicas.

Hace unas semanas, el banco BBVA, el Fosis, Vertical y el Hogar de Cristo dieron vida ala segunda versión del Programa para la Innovación y el Emprendimiento Social 2012-2013, una iniciativa distinguida con el sello “Juntos por un Chile sin Pobreza” del Ministerio de Desarrollo Social y que tiene como objetivo entregar oportunidades de innovación y construcción de proyectos de negocios sustentables para jóvenes que viven en zonas con alta vulnerabilidad social.

Esta vez, tuvo como protagonistas a 14 valientes muchachos que presentaron sus proyectos con el objetivo de obtener el puntapié inicial, un capital semilla. La disputa no fue fácil, seis iniciativas diferentes, todas con una profunda vocación social y que iban desde la alfabetización digital para microempresas del Fondo Esperanza hasta soluciones para la reutilización de aguas para regadío en zonas agrícolas de la V Región. Estas tuvieron dividido a un jurado que finalmente se inclinó por InnovaCaucho, un proyecto que busca apoyar a las municipalidades en la transformación de suelos de plazas y espacios públicos, reemplazando el cemento por una fórmula de caucho que hace más seguros el juego de los niños.

Proyectos que nacieron desde la cabeza de sus protagonistas, pero fuertemente apoyado por dichas instituciones y ejecutivos comprometidos, como Dana Tillería, analista de riesgo del banco BBVA y mentora del proyecto ganador (ver recuadro).

Sin embargo, más allá de los tres proyectos acreedores de $2,5 millones, $1,5 millones y $1 millón, respectivamente, existe consenso en que al final de cuentas todos terminaron ganando.

El gerente general de Banco BBVA, Manuel Olivares, explica: “queremos apoyar donde más sabemos, es decir en mejorar casos de negocios y disponer de la capacidad de equipo del banco. Estamos tremendamente contentos, porque vemos que los que ganaron el año pasado han tenido éxito hasta hoy. Han podido hacer empresa”.

PERO AÚN HAY DESAFÍOS

El estruendo del público una vez conocida la decisión del jurado deja contentos a todos, pero también invita a la reflexión sobre cómo hacer que esta felicidad llegue cada vez a más rincones del país.

“A pesar de que el emprendimiento hace tiempo que es un tema en Chile, lamentablemente todavía es un asunto muy dirigido a personas con niveles socioeconómicos altos. Hablar de estos asuntos en zonas vulnerables todavía es un desafío porque hay condiciones básicas mínimas que muchos jóvenes no logran reunir, como el apoyo familiar y condiciones materiales”, afirma Verónica Monroy, directora social nacional del Hogar de Cristo.

Claudio Storm, director nacional del Fosis, institución de gobierno que tiene dentro de su misión el poder implementar políticas de superación de pobreza, explica que hoy el jefe de hogar en zonas vulnerables, en general, es mujer y con muchas dificultades para integrarse al mercado laboral formal, impedida de estar fuera más de 12 horas de casa, por tanto el emprendimiento es una respuesta y un camino para encontrar dignidad y un empleo estable. No obstante, un desafío mayor que existe al respecto es superar el problema de la inactividad, el desinterés por desarrollar cualquier actividad.

“En el país hay más de 700 mil jóvenes que no trabajan ni tampoco estudian, jóvenes pasivos que están desperdiciendo sus talentos, los que en un par de años jefes de hogar y serán el futuro de Chile”.

EMPLEA MAMÁ: LA SOLUCIÓN PARA PONER ORDEN A LAS PYMES

Dayán Riquelme y Jocelyn Parada son las gestoras del proyecto Emplea Mamá, una iniciativa que busca emplear y capacitar a madres que no pueden trabajar, por el cuidado de sus hijos, entregándoles un programa de empleo flexible.

¿Para qué? Para ofrecer un sistema de archivado de documentación física y digital.

Ambas jóvenes conocen de cerca la industria de recursos humanos, y están al tanto del desorden que hay en la documentación administrativa, sobre todo en las pequeñas empresas.

Así, empleando a madres dueñas de casa de entre 25 y 40 años, específicamente en la comuna de Puente Alto, se matarán dos pájaros de un tiro: el ordenamiento administrativo de las Pymes y dar puestos de trabajo flexibles a personas con dificultades para entrar al empleo formal. Aún están manejando los números, pero el pago será por hora trabajada la que hoy oscila en torno a los $1.073, con ello la recuperación de la inversión sería entre 3 a 6 meses.

Obtuvieron el segundo lugar detrás de InnovaCaucho, haciéndose de una suma de $1.500.000. Con ello, según explicaron, se podrá garantizar la compra de insumos iniciales y sueldos para los primeros tres meses.

¿Cuál es su mercado? Todas las empresas que manejen documentación sensible a la que deben recurrir de manera eficiente ya sea de forma física o digital. ¿Y la competencia? Existe, Iron Mountain es una de ellas, pero su valor agregado es que con este proyecto se dignifica la condición de la mujer, y al mismo tiempo, se protege a la familia.

BIOBASUREROS: EFECTIVAMENTE, LA MATERIA SE TRANSFORMA

“La materia no se crea ni se destruye, se transforma”, dijo alguna vez Albert Einstein, algo que Fabián Soto se lo tomó al pie de la letra.

Biobasureros es una iniciativa cuyo objetivo es la instalación y recolección de residuos reciclables (latas, vidrios, plásticos) a través de contenedores instalados en espacios estratégicos, tales como paraderos de locomoción colectiva, colegios, plazas y zonas de esparcimiento.

Pero la gracia, es que dichos contenedores estarán creados a partir de la misma basura, los que con un diseño entretenido podrán ser instalados en distintos municipios, siendo ésta una solución económica para mantener limpios espacios públicos.

“La idea es un trabajo social, contribuir con un número de basurerosreciclados, lo que resultará un servicio más barato para los municipios y ojalá contar con un encargado para que administre el reciclaje de estos basureros”, explica su creador. El primer objetivo, es empezar a trabajar en la plaza de Lo Prado.

Esto podrá satisfacer una importante necesidad urbana. Pues según cifras de la Conama, sólo un 10% de la basura se recicla, mientras que un 30% del total de gastos de los municipios es por el ítem aseo.

A esto se suma, según explica el joven, que habrá otros beneficiarios, pues Biobasureros, al nutrirse de material reciclado, podrá contar con el aporte de terceros: la familia o persona que recolecta el residuo y lo almacena para su posterior envío a la empresa de reciclaje, se beneficiará con un monto asociado a su labor.

INNOVACAUCHO: QUERÍAN RECICLAR NEUMÁTICOS PERO TERMINARÁN TRANSFORMANDO PLAZAS

“Queríamos hacer una fábrica de reciclaje de neumáticos, fuimos donde nuestro proveedor y nos dijo: ‘Mira esto es carísimo, así que te recomiendo hacer esto otro”, comenta Camilo Gutiérrez, quien junto a Jorge Llanquileo y Marcelo Neira componen InnovaCaucho. Este fue el proyecto acreedor de $2,5 millones, más otro premio de $500 mil luego por parte de los trabajadores de BBVA.

Luego de que el gerente de ventas de Polambiente, recicladora de neumáticos, les dijera que la puesta en marcha de lo que querían hacer costaba US$5 millones, éste mismo les sugirió que podían investigar sobre los pisos de caucho, utilizados en algunas plazas y espacios públicos de países europeos.

Lo hicieron durante casi todo un año, investigaron en internet y finalmente dieron con un prototipo adecuado. Así, le dieron forma a un proyecto cuyo principal objetivo es construir pisos de seguridad mediante el reciclaje del caucho, llamados pisos In-situ. Estos no necesariamente serán de los colores del neumático, explica este joven emprendedor, pues puede contener diseños divertidos para zonas de juego: plazas, jardines infantiles, colegios y particulares. Gutiérrez explica que el principal aporte es la seguridad, pues amortigua golpes ante eventuales caídas, con un material de superficie neutra, vale decir, no se desarrollan ni bacterias ni parásitos y, además, fácil de limpiar.

De esto ya hay algo en Chile, aunque con características totalmente distintas, dice el joven. La Municipalidad de Vitacura ha sido pionera al respecto pero mediante el uso de plaquetas de caucho, las que según este emprendedor son más caras, pues el metro cuadrado vale $100 mil y al mismo tiempo pueden ser hurtadas; mientras que su fórmula cuesta sólo $30 mil y no se puede extirpar del suelo. Algo no menor, pues con estos menores costos otros municios con menos recursos podrán tener acceso a soluciones como ésta.

Lo mejor de todo es que ya tienen clientes. Pues el Hogar de Cristo será el primero en solicitar su expertise para una plaza ubicada en Valparaíso.

Los cálculos de Gutiérrez dicen que con cinco proyectos mensuales, en torno a los 100 metros cuadrados, les permitiría ingresos por $10 millones. Esto, con un trabajo que sólo toma dos días. ¿Cuál es la fórmula? “Eso es como pedirle la receta mágica a la Coca Cola”, dice el joven.

CHILE CONECTADO, GANADORES EN 2012: UN PROYECTO QUE HOY YA ES UNA EMPRESA

No ganaron el año pasado, pero salieron segundos. En un principio, obtuvieron $1,5 millones por parte de BBVA y hoy ya gozan de aportes cercanos a los $30 millones, gracias a los US$60 mil que obtuvieron tras ganar “Desafío Clave”, un programa de gobierno que tiene como objetivo dar solución a grandes problemáticas del país, por medio de emprendimientos jóvenes, por supuesto.

Chile Conectado, iniciativa creada por Francisco Paillamilla y Jonathan Sandoval, hoy es una realidad, con oficinas en Socialab -instancia en la que también se hicieron de $2,5 mills. para la creación de un primer prototipo-, están a punto de contratar a su primer empleado e incluso a dar un salto comercial en los servicios que ofrecen.

¿Qué es Chile Conectado? Es un proyecto que consiste en proveer de internet en las zonas más vulnerables del país, que no son atendidas por empresas de telecomunicaciones, mediante la instalación de una antena que permite la conexión inalámbrica de familias a un precio accesible. “Le ofrecemos un servicio de calidad y de bajo costo a gente de escasos recursos”, explica Francisco Paillamilla.

Luego de hacerse del capital semilla, montaron una antena de 2,4 GHz y 7 metros de altura en Puente Alto. Desde su instalación, efectuada en diciembre, el servicio de conexión fue gratuito a modo de prueba, sin embargo este mes será la primera vez en que podrán ver ingresos que no provienen de aportes, sino comerciales.

Es que hoy tienen cinco clientes que pagan una cuota mensual de $5.000 por una conexión cuya velocidad alcanza los 2MB. Pero esto es sólo pasajero, “es sólo un prototipo, hoy no podemos vender la señal, sólo estamos arrendando el equipo. Pero cuando tengamos la concesión podremos vender la señal, algo que está en proceso”, aclara Paillamilla.

Es que su idea es instalar una antena de 5,4 Ghz, de 12 metros de altura, que les hará posible proveer internet con una velocidad mayor, lo que también irá de la mano con un cambio en la estructura tarifaria. Las familias podrán pagar el servicio de una conexión inalámbrica a internet de 1MB por $9.000; 2MB por $12.000; y 5MB por $15.000.

“De aquí a dos años queremos tener más de mil familias conectadas, tanto en Puente Alto como en La Pintana, lo que nos permitiría tener ingresos mensuales por aproximadamente $11 millones a $14 millones”. Eso sí, aclara que existe un servicio gratuito llamado Wi-Escolar, que consiste en proveer señal en instituciones educativas y formativas que se encuentren dentro del radio de 2 kilómetros que abarca la base estación.

LOS OTROS GANADORES

El primer lugar de la primera versión de Emprendedores Sociales BBVA fue para Gonzalo Ceballos y Luis Farías, gracias a un proyecto de una empresa sustentable de reciclaje que compra y venda materiales como el cartón, papel, tetra pack y vidrio.

El año pasado, este proyecto fue premiado en el marco del primer concurso iberoamericano “Cambia tu Mundo” de Ashoka, la mayor asociación global de emprendedores sociales.