Talcahuano se vuelca al mar con obras que recuperan su borde costero

Por Fabián Álvarez, El Mercurio.

Marina pública y costanera ya muestran una ciudad nueva:

Remodelación del sector es el proyecto más importante del centro histórico del puerto. Esto, pues de los 13,5 km de costa que tiene la comuna, solo 500 m están habilitados para que acceda la gente.

En los años 80 un sketch del “Jappening con Ja” premiaba a sus concursantes perdedores con un viaje a Talcahuano. La ironía aludía a los malos olores y aguas rojizas que dejaban descargas industriales de la pesca en una ciudad que, pese a contar con 13,5 km de borde costero, hacía huir del mar a sus vecinos y, más aún, a los pocos turistas que llegaban.

Hoy, con el problema ambiental solucionado, tímidamente la gente vuelve a apreciar la bahía de Concepción gracias la intervención del casco histórico de Talcahuano, con $10.583 millones de inversión.

De ese dinero, la recuperación de la costanera, conocido como proyecto La Poza, se lleva $7.479 millones del Ministerio de Obras Públicas. Los trabajos tienen 70% de avance y ya cuenta con áreas abiertas al público.

“Es un proyecto integral. Es un polo turístico, gastronómico y laboral”, resume Ana María Arzola, jefa de Urbanismo del municipio.

Los cuatro restaurantes contemplados serán los primeros en abrir, durante las próximas semanas. Y los 32 locales de venta de pescados y mariscos estarán listos en junio, mismo mes en que se entregarán las oficinas, pañoles, patios, baños y bodegas de la caleta de pescadores.

Se avanza en construir muelles para botes y naves turísticas; un pontón para vela menor; y 15 mil m {+2} de plazas, terrazas y mobiliario urbano.

Pero el principal “gancho” para atraer visitantes será un mirador de 30 m que se interna en el mar.

“La idea es que vengan turistas de todo el país e, incluso, que vuelvan los cruceros que alguna vez atracaron acá. Ya vimos que para el Mundial Soto 40 la gente llegó”, dice Salvador Bascuñan, presidente del consejo de administración del puerto pesquero, en referencia a esa competencia de vela mayor, que transformó la ciudad por unos días, convirtiéndola en “el Algarrobo del Biobío”, como comentan en Talcahuano.

La actividad no sólo dio vida al borde costero, sino que también dejó los cimientos de la Marina Municipal Felipe Cubillos, donde se habilitó una explanada de 7.400 m {+2} por $604 millones.

En septiembre estará otra vez operativa. Allí dos muelles flotantes recibirán entre 70 y 80 naves, dice Enrique Armstrong, presidente de la Asociación Regional de Vela. A futuro se pretende construir nuevos muelles y un molo de abrigo.

Para el alcalde, Gastón Saavedra, la remodelación del borde costero es el proyecto más importante de la ciudad, porque hoy de los 13,5 km de costa, sólo 500 m están habilitados para el acceso de la gente. La marina pública y La Poza aportan otros 800 m.

Pero no es lo único, pues hay obras viales que potencian el sector, como la nueva avenida Blanco y la construcción en curso de cuatro bulevares, dos de los cuales llegarán al segundo tramo de la costanera que se intervendrá y aportará otros 700 m de costa.

Aunque esta fase aún no tiene recursos, el alcalde explica que se intentará reubicar las lanchas pesqueras, para evitar que ante un nuevo maremoto queden en las calles, como pasó en 2010 con 58 naves. También se buscará que el puerto libere esa franja de la actividad industrial.

“Este proceso mejora la calidad de vida de los vecinos de Talcahuano y transforma una ciudad industrial, estigmatizada, en una con servicios, incluso turísticos, que puede transformarse en la ventana al mar del Gran Concepción”, dice Sergio Baeriswyl, coordinador del Observatorio Metropolitano del Gran Concepción.

Turismo acotado

El Museo Monitor Huáscar es hoy el único gran atractivo turístico de Talcahuano en su sector costero. Recibe 175 mil visitantes al año.

Paseos en Lancha por la bahía de Concepción también se ofrecen a turistas para que aprecien desde el mar la Base Naval, los Astilleros y Maestranza de la Armada (Asmar) y los trabajos que se ejecutan en la costanera.